¿Qué fueron las encomiendas en la Nueva España?
Las encomiendas en la Nueva España fueron un sistema legal que utilizó la Corona española para definir el estado de la población indígena en las tierras conquistadas en el Nuevo Mundo. En 1505 se definió legalmente como una subvención consistente en un determinado número de indios, otorgada por la Corona a un conquistador.
Aunque la intención original de las encomiendas era la de reducir los abusos del trabajo forzoso que ocurrieron durante el repartimiento, en la práctica el resultado fue una nueva forma de esclavitud.
Quienes se beneficiaban de las encomiendas eran llamados encomenderos. Exigían tributos a los indios en forma de oro, especias o mano de obra. Los encomenderos debían proteger e instruir en la fe cristiana a la población indígena bajo su mando. Las encomiendas se diseñaron para satisfacer las necesidades mineras en las colonias americanas.
El sistema de encomiendas perdió poder a medida que disminuyó la población indígena y cuando la agricultura desplazó a las actividades mineras en importancia. En la Nueva España el sistema de haciendas reemplazó posteriormente a las encomiendas, aunque no se abolieron de forma oficial hasta el siglo XVIII.
No se deben confundir los repartimientos y las encomiendas en la Nueva España, pues son conceptos diferentes, aunque se implantaron de forma casi simultánea. El repartimiento, como la palabra lo indica, solo se refería al reparto de tierras, indios o cualquier beneficio sin ningún tipo de obligación. En la encomienda, el español que tenía indios a su cargo estaba obligado a cuidarlos y darles instrucción religiosa.
Antecedentes históricos de las encomiendas en la Nueva España
El origen de las encomiendas no se ubica en América. Tuvieron su primera aparición en la península ibérica, durante los movimientos de la Reconquista, a partir del siglo XII, y en el marco de las distintas órdenes militares que surgieron. En ese entonces, el rey se encargaba de asignar a los conquistadores la propiedad de las tierras o personas que iban dominando, a cambio de protección.
Ya en el Nuevo Mundo, Cristóbal Colón, Francisco de Bobadilla, Nicolás Ovando y Diego Colón se encargaron, en nombre de la Corona, del mismo repartimiento. El nacimiento de estos repartimientos iniciales se ubica alrededor de 1496, y se practicó con poca frecuencia.
Colón utilizó los repartimientos por tres razones básicas. Primero, porque creía que la población indígena era tan abundante que hacerlo no afectaría a sus intereses. Segundo, para evitar rebeliones, y por último, para contentar a los conquistadores.
En 1503 se legalizaron los repartimientos y los indígenas fueron obligados a trabajar, pero se les pagaba un salario para que pudieran mantener su condición de personas libres. Estos elementos dieron pie a lo que un par de años después se comenzaría a llamar encomiendas.
Inicio de las encomiendas en la Nueva España
El cambio de nombre a “encomiendas” surgió como una iniciativa de la Corona para satisfacer a los religiosos en la Nueva España, descontentos por la brutalidad del sistema de repartimientos. El nombre encomienda, además, permitió enfatizar que la responsabilidad era de los indígenas con los encomenderos y a su vez de los encomenderos con la Corona.
Las primeras etapas de la encomienda establecían que al morir el encomendero, los indios quedaban a disposición de la Corona. Esto cambió para que los indígenas pudieran ser heredados.
En la Nueva España, una vez finalizado el proceso de conquista de Tenochtitlán, en 1521, Hernán Cortés introdujo la figura de la encomienda para repoblar las zonas conquistadas y fortalecer el sistema colonial.
Debido al alto precio de los esclavos africanos, y con la experiencia adquirida durante la ocupación de las Antillas, los españoles decidieron aplicar las encomiendas, para satisfacer la necesidad de mano de obra en cultivos y minas.
En 1550 hubo una disputa entre Bartolomé de las Casas y fray Juan de Sepúlveda. Bartolomé de las Casas defendió la humanidad de los indígenas basada en la Ley Natural.
Por lo tanto, los indios no podían seguir siendo esclavizados. Sepúlveda mantuvo que ciertos grupos eran más aptos para los trabajos forzados, apoyando la aplicación de las encomiendas.
Medidas para controlar los maltratos
La Corona española tuvo varios intentos para evitar los abusos que podían propiciarse debido al sistema de encomiendas. Se promulgaron las Leyes de Burgos (entre 1512 y 1513) y se estableció supervisión religiosa, pero la modificación más importante apareció con las Leyes Nuevas en 1542.
Las Leyes Nuevas eliminaron la entrega de nuevas encomiendas y la sucesión de las ya existentes. Esta medida permitiría el fin de las encomiendas con el paso del tiempo, pero tuvo la oposición de los encomenderos. Al final, las encomiendas tuvieron que mantenerse, aunque con algunas variantes.
Las encomiendas pasaron a heredarse por cuatro generaciones y las labores forzosas se sustituyeron por el pago de impuestos de los indios a la Corona española.
En lo que ahora se conoce como Nuevo México, en Estados Unidos, Juan de Oñate otorgó más de sesenta encomiendas como recompensa a sus ejércitos por la defensa militar en el siglo XVII. Estas encomiendas no sobrevivieron a la rebelión de los indios en 1680.
Características y tipos de las encomiendas en la Nueva España
- Origen. El sistema de encomiendas se basó en la antigua práctica medieval de “encomendar” tierras y personas. En el contexto de la conquista y colonización de América, se utilizó para recompensar a los conquistadores y colonizadores españoles por sus servicios en la conquista.
- Distribución de tierras y personas. Los colonizadores recibían tierras y, lo que era aún más importante, el derecho a demandar el trabajo y la tributación de los indígenas que vivían en ellas. A estos indígenas se les llamaba “encomendados”.
- Obligaciones de los encomenderos. Los encomenderos estaban obligados a proteger y evangelizar a los indígenas bajo su encomienda. Sin embargo, en muchos casos, estos compromisos se incumplían y los encomenderos explotaban a los indígenas, forzándolos a trabajar en condiciones deplorables.
- Abusos y explotación. A medida que avanzaba el tiempo, se produjeron abusos generalizados en el sistema de encomiendas. Los indígenas eran sometidos a trabajos extenuantes, maltrato físico y privaciones, lo que resultó en una alta mortalidad y sufrimiento entre la población nativa.
- Reformas y limitaciones. A lo largo de la colonia, se intentaron implementar reformas para limitar los abusos en las encomiendas. Uno de los principales defensores de estas reformas fue Bartolomé de las Casas, quien abogó por los derechos de los indígenas y propuso la abolición de la encomienda.
- Evolución hacia el sistema de haciendas. Con el tiempo, el sistema de encomiendas comenzó a transformarse en el sistema de haciendas, donde grandes extensiones de tierra eran propiedad de los españoles y trabajadas por mano de obra indígena y africana bajo condiciones similares de explotación.
En cuanto a los tipos, hubo dos tipos de encomiendas que tenían que ver con el tributo y el servicio personal, respectivamente. El tributo consistió en el pago de una cantidad determinada, pues al encomendero se le daban productos que podía comercializar como metales, animales y maíz, entre otros.
En las encomiendas para servicio personal, los indígenas realizaban trabajos domésticos y ayudaban en diversas labores, que podían abarcar la construcción, la agricultura o la artesanía.
Decadencia de las encomiendas en la Nueva España
La lucha contra las encomiendas se inició muy temprano en la historia de la Nueva España. Desde el siglo XVI, los misioneros se quejaron por las condiciones y maltratos a los pueblos indígenas.
La disminución de la población indígena en la Nueva España y algunas decisiones de la Corona (como las Leyes Nuevas) también dieron pie a que el sistema de encomiendas empezara a desaparecer.
Estuvieron presentes hasta el siglo XVIII. Para finales del XVII empezó a ser sustituida por otro tipo de esclavitud, que tuvo a los negros llegados de África como protagonistas. Por otro lado, la hacienda fue adquiriendo valor como elemento económico a medida que lo perdían las encomiendas.
También ganaron protagonismo las reducciones y los corregimientos. Primero tuvieron el nombre de reducciones y se referían a los grupos de indígenas que vivían, con cierta autonomía, de forma no sedentaria y lejos de los españoles. Luego cambió a corregimientos y apareció la figura del corregidor de pueblo indio.
Felipe V fue quien promulgó las primeras medidas para suprimir las encomiendas. En 1701 empezó por eliminar las encomiendas de los españoles que vivían en España y no podían defender el país ni adoctrinar a los indios a su cargo.
Seis años más tarde se eliminaron las encomiendas de menos de cincuenta indios. Hasta que, finalmente, en 1721 se ordenó suprimir las encomiendas sin excepciones.
Los indígenas entre 18 y los 50 años igualmente tuvieron que pagar tributos a la Corona al ser considerados libres. Algunos grupos estuvieron exentos de estas medidas, como fue el caso de las mujeres, los yanaconas en Perú o los indios tlaxcala en México.
Referencias
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- Zubicoa Bayón, J. Las encomiendas o repartimientos de indios. Recuperado de hispanidad.info.