Algunas de las más conocidas leyendas de Guayaquil son La dama tapada, El niño de la mano negra, La Llorona, Víctor Emilio Estrada y el pacto con el Diablo y La leyenda de Guayas y Quil, entre otras. Se dice que esta última dio el nombre a la ciudad.
La ciudad de Guayaquil fue un puerto comercial muy importante y un centro de construcción de barcos españoles en la época colonial. Obtuvo su independencia antes que Ecuador, el 9 de octubre de 1820.
En 1822 fue anexada a la Gran Colombia por Simón Bolívar. Después del fracaso de la Gran Colombia, Guayaquil terminó formando parte de la recién nacida República del Ecuador.
Los asaltos e incendios a la ciudad por parte de piratas fueron bastante comunes. Hoy en día se cuentan historias populares referentes a estos enfrentamientos.
Leyendas más conocidas de Guayaquil
1. La dama tapada
Se cree que esta leyenda proviene de 1700. La historia relata la aparición del fantasma de una mujer a la medianoche recorriendo las calles de la ciudad, luciendo un vestido negro elegante de la era colonial con el rostro tapado por un velo.
Su figura y el aroma de perfumes era muy atractivo para los hombres que la veían, que en su mayoría eran borrachos o típicos “don Juanes”, seductores y mujeriegos.
Los hombres intentaban caminar hacia la dama, pero ella apuraba el paso sin dejarles acercarse lo suficiente. De esta manera la perseguían por callejones oscuros hasta el cementerio, en donde ella se detenía y se daba vuelta para ver a su víctima.
Era entonces cuando el velo caía, revelando un horrendo rostro de cadáver con los ojos encendidos en llamas y mucho hedor a putrefacción.
Se cree que muy pocos sobreviven a este encuentro. La historia no define por qué mueren las víctimas de la dama tapada: si es por el susto, la pestilencia o algún otro factor, como la hipnosis.
En versiones más contemporáneas, las víctimas caen por un abismo o son atropelladas por vehículos.
2. La viuda del tamarindo
Esta leyenda proviene de la historia de una mujer de Manabí que asesinó a su esposo español. Ella quedó condenada a vagar cerca de un árbol de tamarindo por una hacienda en Quinta Pareja, llorando eternamente por la memoria de su esposo.
Este mito es bastante parecido a la dama tapada. Se dice que anda vestida de luto y a veces llorando por las calles oscuras de la ciudad, con un velo o sombrilla.
Los hombres que la veían iban tras ella para consolarla. La viuda los hacía seguirla hasta el árbol de tamarindo, en donde revelaba su rostro y estos morían.
3. La Llorona
Esta historia deriva de las situaciones típicas de mujeres jóvenes inocentes de los pueblos que se mudaban a la ciudad en busca de mejores oportunidades. Esta leyenda cuenta la historia de una chica que logró conseguir empleo en una casa de gente adinerada.
La ingenuidad la hizo presa fácil del amor y salió embarazada del hijo del dueño. Tras ser despedida de su trabajo, intentó volver a su familia, pero fue fuertemente criticada.
La desesperación la hizo arrojar a su bebé recién nacido al río. Al darse cuenta de su acto inhumano, intentó recuperarlo entre gritos y llantos, pero fue arrastrada por la corriente.
Los relatos cuentan que han escuchado a la chica llorar en las noches buscando a su hijo entre las casas y haciendas cercanas a los ríos, asustando a niños y grandes por igual.
4. El niño de la mano negra
Cuenta la historia sobre un niño de familia adinerada de nombre Toribio de Castro Grijuela, a quien le faltaba la mano derecha de nacimiento.
La familia era muy religiosa. Le tenían especial devoción a la Virgen de Soto, a la cual le pedían muchos milagros. Gracias a la crianza cristiana, Toribio creció con un corazón muy bondadoso y altruista. Le gustaba ayudar a las personas pobres y necesitadas.
Un día una anciana pidió comida al niño, él la atendió con mucha alegría, como siempre hacía. Ella le dio un regalo a Toribio. A la mañana siguiente el chico despertó emocionado, pues tenía la mano derecha, pero de color negro.
Se dice que Toribio tuvo su momento heroico enfrentándose con los piratas en 1587, derrotando al famoso Cavendish y a sus hombres.
Según cuentan, al exhumar el cadáver de Toribio después de años de su fallecimiento, su mano negra no mostraba signos de descomposición.
5. Posorja
Esta leyenda cuenta la historia de una chica con el don de la adivinación que un día llegó llevada por el mar en una especie de barca pequeña. Los nativos huancavilcas del área la adoptaron como princesa y la llamaron Posorja.
Muchos hombres poderosos de otras tribus quisieron casarse con ella o casar a sus hijos, para aprovechar sus dones divinos y ampliar sus territorios. El emperador inca Huayna Capac estaba obsesionado con ella.
Los huancavilcas huyeron de los incas fundando el área de Posorja. A raíz de eso ocurrieron muchos enfrentamientos y muertes entre tribus.
Antes de desaparecer en el mar de nuevo, Posorja les predijo un futuro trágico tanto a Huayna Capac como a Atahualpa.
6. Víctor Emilio Estrada y el pacto con el Diablo
Fue un político ecuatoriano cuya presidencia en 1911 duró menos de cuatro meses, ya que falleció por insuficiencia cardíaca el 21 de diciembre de ese mismo año.
Según cuenta la leyenda, el expresidente había hecho un pacto con el Diablo, ofreciéndole su alma a cambio.
Los habitantes de Guayaquil creen que esa fue la razón de la orden de construir su mausoleo en cobre, para impedir que el Diablo pudiera entrar a llevarse su alma luego de ser enterrado.
Después de su muerte, el Diablo, enfurecido por la treta, maldijo el alma de Estrada, mandando a sus demonios a custodiarlo y no dejarlo descansar en paz.
Desde entonces han visto al fantasma del expresidente vestido elegantemente y de sombrero, deambulando por la entrada del cementerio. Algunos relatos cuentan que la aparición busca conversar con las personas que esperan el autobús.
7. La leyenda de Guayas y Quil
La leyenda se remonta a la época de la conquista de la zona. El relato trata sobre el sacrificio de amor y libertad de la pareja de nativos guerreros de la tribu huancavilca, al verse amenazados por los españoles.
Sebastián de Benalcázar tuvo muchos enfrentamientos fuertes con esta tribu para intentar establecer la nueva ciudad de Santiago (actual Guayaquil). El cacique Guayas y su esposa Quil liderizaban las fuerzas nativas de resistencia, y eran estupendos guerreros.
Eventualmente fueron capturados. Guayas, conociendo la avaricia de sus captores, ofreció a los españoles muchos tesoros escondidos a cambio de su libertad y la de su esposa. Los llevaron entonces hacia el Cerro Verde (actual cerro Santa Ana).
Aquí Guayas pidió un cuchillo para mover una de las piedras que tapaba la entrada del escondite de los tesoros. Pero en vez de oro y piedras preciosas, Guayas clavó el cuchillo en el corazón de Quil y luego en el de él: preferían morir a ser subyugados.
Se dice que este evento ocurrió cerca del actual río Guayas, en donde se dice que cayeron los cuerpos. Este es uno de los orígenes que se le otorga al nombre de la ciudad.
8. La leyenda del ataúd
En épocas de la conquista, una muchacha indígena se casó en secreto con un soldado español. El padre, al enterarse, la maldijo por haber traicionado su patria, sus dioses y a él. Cuando ella salió embarazada, y al parir el niño murió. La maldición del padre es que ni ella ni su hijo descansaran en paz. Por eso en las noches se ve en el río Guayas, a lo lejos, un ataúd, donde dicen los lugareños que están los cuerpos de la muchacha y su bebé.
9. El hada del cerro Santana
Antes de los huancavilcas, en el territorio de Guayaquil se instaló un pueblo guerrero y feroz. El cacique saqueó a todos los pueblos y con las riquezas construyó un palacio en la punta del cerro. Su hija cayó gravemente enferma, y el chamán le dijo que no podía curar a la princesa, a menos que el cacique devolviera todas las riquezas robadas.
El cacique escogió quedarse con las riquezas e intentó matar al chamán para que acompañase a su hija en el más allá, pero el brujo lo maldijo y lo condenó a vivir en el palacio, con las riquezas, pero en las entrañas del cerro, a menos que un hombre prefiriera a su hija por encima del oro. Así, le permitió a la princesa salir cada 100 años.
Una de las veces que salió se encontró con un soldado español, endeudado y pobre. Ella lo invitó al palacio y le pidió que eligiera. Él eligió los tesoros, y el cacique, enfurecido, lo atacó. El soldado, que era devoto de Santa Ana, le pidió ayuda, y misteriosamente apareció en la falda del cerro. Agradecido, el español mandó a colocar una cruz en lo alto, y desde entonces el cerro se llama Santana.
Tema de interés
Leyendas de la costa ecuatoriana.
Referencias
- Legends of Ecuador. Recuperado de discoverymundo.com.
- Ecuadorian Myths and Legends. Recuperado de startlivingecuador.com.