El siglo XIX en Chile fue un periodo en el que el territorio era predominantemente rural. Fue precisamente en ese siglo cuando vivió el proceso independentista, que le abrió las puertas a la vida de una nación soberana.
La historia del siglo XIX muestra que Chile aprendió a depurar sus prácticas electorales y cultivó un sistema político de partidos cuyos referentes principales eran los partidos Conservador, Radical y Liberal.
Junto a la inclusión de los movimientos obreros de finales de siglo, estos partidos generaron lealtades políticas en la población, con efectos palpables en el siglo XX. Además, durante este siglo se fundó la Universidad de Chile y un sistema educativo en el marco de la premisa del Estado docente.
La población chilena en el siglo XIX
El 85% de la población chilena todavía era rural para finales del siglo XIX, a pesar de haber experimentado un crecimiento mayor al 150% en el transcurso del siglo.
Se calcula que a finales de la independencia existían un millón de personas en el país, cuyo crecimiento alcanzó la cifra de 2,7 millones para 1895. Solo el 25% de los habitantes de Chile vivía en los únicos dos centros que podrían considerarse ciudades: Santiago y Valparaíso.
El resto de los pueblos, distribuidos a lo largo del territorio, eran poblados que no excedían los 4.000 habitantes, mientras que Santiago contaba con 250.000 habitantes para 1895, y Valparaíso, 122.000.
Asimismo, una estructura social rígida mantenía una separación de clases y convertía la economía en un sistema duro de penetrar para los productores nacionales.
Esta minoría adinerada consumía predominantemente los productos importados de Europa, en lugar de aquellos producidos nacionalmente.
El sistema de clases y los centros de comercio
En contraste, los habitantes del Chile rural cultivaban sus propios alimentos para subsistir, sosteniendo una dieta basada en legumbres y granos. La carne era un producto escasamente consumido y los habitantes del país lograron incorporarla de manera más amplia a su dieta durante el siglo XX.
Pocos productos nacionales rompían la barrera del sistema de clases e incursionaban en un mercado donde la importación era la verdadera competencia.
Sin embargo, el capital de los comerciantes extranjeros contribuyó con el desarrollo de la agricultura debido a los créditos otorgados a molineros y terratenientes.
Santiago y Valparaíso se caracterizaban por su comercio encabezado por ingleses y norteamericanos. De hecho, para 1850, el 74% de los establecimientos comerciales pertenecían a extranjeros. Esos comerciantes eran propiamente los banqueros de la economía chilena y una pieza clave de su impulso a través de capital otorgado en crédito.
Dinámica económica en el Chile del siglo XIX
Comprender la economía chilena en el transcurso del siglo XIX implica dar una mirada a la exportación de productos como granos y cereales (trigo y cebada).
Algunos países importadores de los productos chilenos para la época eran Gran Bretaña, Australia y Perú. La exportación trajo beneficios sobre todo en el período comprendido entre 1865 y 1880, cuando superó los ingresos generados por la minería.
En el marco de exportaciones, el ganado chileno no podía competir con los granos y cereales, por lo que no experimentó un impulso en el mercado internacional.
Cabe destacar que Chile nunca desarrolló una economía basada en los productos carnívoros, y menos con la competencia de Argentina y Uruguay en el mercado internacional.
Sin embargo, para finales del siglo XIX Chile se retiró del mercado agrícola internacional, por estar superado por la competencia. Por consiguiente, la agricultura no avanzó técnicamente y no se considera que dio un salto más allá del que tenía a principios de siglo.
Por otro lado, el sistema de apropiación y concentración de tierras expandido por todo el país hizo del siglo XIX un siglo cuya clave fue el latifundio.
Política y grupos étnicos en el siglo XIX
Durante la primera mitad del siglo XIX ya se había declarado igualdad para los indígenas ante la ley. Sin embargo, no habían sido erradicadas las prácticas de la conquista que buscaban transculturizar a los autóctonos, como la difusión de la religión católica.
Apoyados con armas estatales, la conquista llegó a nuevos territorios que pasaron a ser propiedad del fisco nacional. A mediados del siglo, entraron de forma arrasadora a otras tierras aún no conquistadas, como las ubicadas al sur del Bío-Bío.
El impulso modernizador veía en los indígenas un obstáculo, de modo que la señal fue arrasarlos e integrarlos a la cultura. Por esta razón, el Estado derrotó a los pueblos mapuches y los grupos étnicos de la Araucanía.
Sin embargo, la transición entre el final del siglo XIX y el inicio de la nueva centuria se caracterizó por entregar títulos de propiedad territorial a líderes indígenas (longko) o caciques de tierras chilenas.
Del mismo modo, el final de siglo cerró con la Guerra Civil de 1891, producida por un enfrentamiento entre el Congreso y el presidente José Manuel Balmaceda. El conflicto tuvo su punto cumbre cuando el presidente pretendió clausurar el Congreso, luego de que el organismo parlamentario desconociera al poder ejecutivo.
La guerra concluyó con 4.000 muertes, la dimisión de Balmaceda y la toma del poder por parte del general Manuel Baquedano.
La conformación del Estado docente
Los ideales de la Ilustración expandidos por Europa y América Latina generaron una cultura intelectual que se tradujo en la fundación de la universidad.
El Estado pasó a jugar un papel predominante en una estructura educativa anteriormente dirigida por la Iglesia católica, y enfocó la educación en los intereses civiles.
La fundación de la Universidad de Chile en 1842, constituyó la conformación de un sistema educativo dirigido por el Estado, donde la ciencia y la razón intelectual predominaron en el proceso de enseñanza.
La influencia del venezolano Andrés Bello terminó por darle a la educación la estructura academicista de herencia grecolatina, afinada por el baluarte moderno del método científico.
Asimismo, el estudio de las profesiones de medicina, leyes e ingeniería se convirtieron en la pauta académica del momento. Además, en 1870, el Parlamento aprobó la instrucción secundaria y superior.
Con sus acontecimientos clave, el siglo XIX fue un siglo de transición donde la estructura económica necesitó de desarrollo y avances, mientras que la estructura jurídica del país y la dinámica política fueron el germen de los procesos del siglo XX.
Referencias
- Bauer, A. J. Expansión económica en una sociedad tradicional: Chile central en el siglo XIX. Recuperado de repositorio.uc.cl.
- Boccara, G., & Seguel-Boccara, I. Políticas indígenas en Chile (Siglos XIX y XX). De la asimilación al pluralismo (El caso mapuche). Recuperado de revistadeindias.revistas.csic.es.
- Serrano, S. Universidad y Nación: Chile en el siglo XIX. Recuperado de books.google.es.
- Valenzuela, J. S. Hacia la formación de instituciones democráticas: prácticas electorales en Chile durante el siglo XIX. Recuperado de cepchile.cl.
- Memoria Chilena: La Guerra Civil de 1891. Recuperado de memoriachilena.gob.cl.