Existen todavía muchas tradiciones y costumbres en el mundo que pueden resultar raras y extrañas para quienes no las conocen. La cultura humana es variadísima, y cada conjunto de habitantes tiene su propia forma de comportarse y de ver el mundo.
Incluso en pleno siglo XXI, muchas culturas y pueblos repartidos por todo el planeta mantienen formas de actuar que pueden asombrar a extranjeros. Por eso, se listan algunas de esas costumbres y tradiciones para ayudar a comprender la riqueza de la humanidad.
1. Ponerse guantes de hormiga bala
En muchos lugares del mundo, los niños y adolescentes que entran en la madurez sexual deben superar un ritual especial antes de ser considerados hombres. Existen muchas variantes de esta práctica en pueblos nativos y algunas culturas tradicionales. Sin embargo, pocas versiones son tan impresionantes como las del pueblo Satere-Mawe, en el Amazonas brasileño.
Para los miembros de esta pequeña población, un niño no puede convertirse en hombre hasta superar este doloroso ritual. Cuando alcanza la madurez sexual, el joven tiene que adentrarse en la selva con el chamán y otros niños de su edad para buscar hormigas bala, los insectos con la picadura más dolorosa de todo el planeta.
Cuando se han encontrado suficientes ejemplares, el chamán las adormece con un preparado de hierbas y las coloca sobre una especie de guante, con todos los aguijones apuntando hacia el interior del mismo. Cuando el efecto de las hierbas desaparece, los insectos se despiertan y entran en un estado muy agresivo.
Para convertirse en hombres, los niños del pueblo Satere-Mawe deben introducir su mano dentro del guante y permanecer diez minutos con él puesto, mientras realizan un baile ritual para ignorar el dolor. Esta práctica tiene que hacerse 20 veces antes de que el resto de los indígenas acepten al joven como un verdadero adulto.
2. Lanzar agua en el Festival Songkran
Tailandia, un país del sudeste asiático, ofrece una gran mezcla de culturas: es lo suficientemente occidental como para que los viajeros se sientan cómodos, pero al mismo tiempo conserva gran parte de su esencia y sus tradiciones ancestrales.
Una de las costumbres más peculiares de Tailandia es el Songkran, un festival con el que los habitantes celebran su año nuevo. No se celebra en enero: al seguir el calendario lunar, esta fiesta ocurre en abril.
Tradicionalmente, durante los días en que se celebra, las familias se reunían para festejar sus lazos, rezar y reflexionar sobre su vida. Una de las costumbres más importantes antiguamente era la de echar agua sobre las manos de los miembros más ancianos de la familia, como muestra de respeto hacia ellos.
Sin embargo, la práctica fue cambiando poco a poco, y hoy en día, el Songkran es famoso porque durante los días en que se conmemora, las calles de las principales ciudades tailandesas se convierten en un auténtico campo de batalla. Tanto niños como adultos recorren las poblaciones armados con pistolas y globos de agua, e incluso cubos llenos de líquido, intentando mojar al máximo posible a todo el que ven.
3. Comer las cenizas de los muertos
Todas las culturas del mundo suelen tener rituales especiales para enterrar a sus muertos o despedirse de ellos. Es el caso de los yanomami, un pueblo que vive en el territorio amazónico de Brasil y Venezuela.
Cuando un miembro de la comunidad muere, queman su cuerpo. Pero en lugar de enterrar las cenizas o deshacerse de ellas, sus familiares y amigos las mezclan con una sopa vegetal, que más tarde se beben. Los yanomami creen que al ingerir el cuerpo de una persona, esta no desaparecerá nunca del todo, y su espíritu vivirá dentro suyo para siempre.
Para ellos, dejar que un cuerpo se descomponga en el suelo es algo horrible. Los muertos deben quemarse lo antes posible, y sus almas no descansarán hasta que sus restos estén seguros dentro del cuerpo de sus seres queridos. Solo así se evita que los espíritus vuelvan del más allá para atormentar a los demás.
4. Llevar a una mujer embarazada sobre carbones ardiendo
China es uno de los países con más supersticiones peculiares del mundo. Una de las más llamativas es el ritual que se hace en muchas zonas de su territorio para asegurar que las mujeres embarazadas tengan un parto sencillo y sin dolor.
La tradición es la siguiente: el marido debe llevar en brazos a su esposa embarazada, y correr con ella sobre una cama de carbones ardiendo. La creencia es que el sufrimiento físico del hombre disminuirá el que la mujer tendrá que sufrir durante el parto.
5. Pasear estatuas de penes gigantes en el Kanamara Matsuri
El Kanamara Matsuri puede traducirse como “festival del pene”. Cada año, el primer domingo de abril la ciudad de Kawasaki se llena de visitantes de todo el mundo que van a contemplar esta particular tradición japonesa.
El Kanamara Matsuri surgió como un ritual de fertilidad del sintoísmo. Sin embargo, con el paso de los años se convirtió en un ritual a favor del sexo y la diversidad sexual, aunque los organizadores siguen siendo monjes y creyentes. Durante este día, la ciudad se llena de estatuas y fotografías de penes, y se cocinan dulces y platos con la forma de los genitales masculinos.
El origen de esta tradición también es bastante peculiar. La leyenda dice que la ciudad fue atacada por un demonio que poseía las vaginas de las mujeres, y se comía los penes de los hombres.
Para combatirle, una chica le pidió a un herrero que forjase un pene de hierro, con el que consiguió partirle los dientes al demonio y hacer que huyese. Así nació el Kanamara Matsuri.
6. Secuestrar a una chica como muestra de amor
Los rumanos de origen gitano tienen una costumbre singular. En algunas zonas de Rumania, cuando un hombre se enamora de una mujer, puede secuestrarla para demostrar su afecto.
Sin embargo, esta tradición no acaba allí: los practicantes de la misma consideran que si el hombre consigue mantenerla secuestrada durante cinco días, ha demostrado su valía y por lo tanto se ha ganado el derecho a casarse con ella.
7. Bailar con los muertos
El festival Famadihana es una tradición que se celebra tanto en las zonas urbanas como en las rurales de países como Madagascar. Es un ritual funerario utilizado para celebrar el renacimiento de los muertos, una creencia típica de las religiones de este área.
Durante el Famadihana, familiares y amigos cercanos se reúnen en las criptas donde están enterrados sus antepasados. Allí, desentierran los restos de los fallecidos, los envuelven en telas frescas, y bailan con los cuerpos por toda la ciudad al ritmo de música alegre.
Después de varios días de bailes y celebraciones, los cuerpos son devueltos a sus tumbas, donde permanecerán hasta que se vuelva a celebrar el festival. En Madagascar, por ejemplo, el Famadihana tiene lugar una vez cada siete años.
8. Tirar dientes de leche desde el tejado
Muchos países tienen algún tipo de tradición relacionada con la caída de los dientes de leche de los niños. Casi todas tienen que ver con dejar la pieza dental debajo de la almohada, para que se la lleve el Ratoncito Pérez o el Hada de los Dientes. En Grecia, la costumbre es bastante diferente.
A diferencia de lo que ocurre en el resto del mundo occidental, cuando a un niño griego se le cae un diente, sus padres le animan a subirse al tejado de su casa y tirarlo a la calle desde allí. La tradición dice que al hacer esto, el diente definitivo crecerá sano y del tamaño correcto.
9. Hacer que tu bebé duerma en una caja de cartón
Finlandia es uno de los países con ciertas tradiciones extrañas. Algunas, como el concurso que busca al hombre que pueda llevar más lejos a su mujer en brazos, se han hecho famosas en todo el mundo.
Sin embargo, otras que podrían ser muy útiles en todas partes son relativamente desconocidas. Es el caso de la relacionada con los recién nacidos.
En este país del norte de Europa, cuando un bebé nace, el gobierno le da a los padres la posibilidad de escoger entre un cheque de 140 euros o una caja llena de artículos para el bebé. Entre otras cosas, la caja contiene ropa, pañales y mantas.
Lo más peculiar de esta tradición es que la caja también incluye un colchón, con lo que puede utilizarse como una cuna de diseño básico. La idea detrás de la costumbre es darle a todos los niños las mismas condiciones de vida desde el principio, sin importar a qué clase social pertenezcan. Esto se practica desde los años 30, y ha tenido tanto éxito, que el 95% de las familias escogen la caja en lugar del cheque.
10. Cortarse los dedos como muestra de dolor
La muerte de un familiar siempre es algo doloroso. Algunos miembros del pueblo Dani, en Indonesia, expresan su malestar cortándose la última falange de uno de sus dedos.
Esta práctica, que hacen sobre todo las mujeres, tiene como objetivo mantener satisfechos a los fantasmas de los ancestros tribales. Hoy en día, todavía se practica el corte ritual, aunque no con tanta frecuencia como antes.
El proceso que siguen los Dani es el mismo de hace siglos. Primero, el dedo se ata fuertemente con un hilo durante treinta minutos, para adormecerlo. Después se practica el corte, y el muñón se cauteriza para acelerar la creación de tejido cicatricial. Por suerte, esta práctica cada vez se realiza menos.
11. Admirar las linternas flotantes del Loi Krathong
El Loi Krathong, o “festival de la cesta de plátano flotante”, es una fiesta tradicional en la que los tailandeses le dan las gracias a la diosa del río, Pra Mae Khongkha, le piden perdón por sus pecados y muestran su respeto hacia ella. También aprovechan la festividad para pedir deseos para el siguiente año.
En la mayoría de ciudades de Tailandia, la principal tradición del festival consiste en hacer flotar pequeñas cestas fabricadas con hojas de plátano. Sin embargo, en la población de Chiang Mai, los habitantes también lanzan al cielo miles de linternas voladoras, que iluminan la noche y atraen a miles de visitantes todos los años.
12. Ofrecer el cuerpo de un familiar a los buitres
En el Tibet existe la creencia de que el cadáver de una persona es tan solo una carcasa vacía tras su muerte, y por lo tanto no hay ninguna necesidad de conservarlo.
En algunas zonas tibetanas, cuando una persona fallece su cuerpo es troceado por sus familiares y seres queridos, y las piezas se dejan al aire libre para que se las coman los buitres. De esta manera, se cree que los animales llevarán su alma hasta el cielo, donde esperará hasta poder reencarnarse de nuevo.
13. Beber sangre de oso para bendecir a la humanidad
En algunas regiones de Rusia y Japón vive el pueblo ainu, quienes veneran a los osos que viven en la tundra como si fueran dioses.
Durante el invierno, los ainu buscan cuevas donde haya crías de oso hibernando. Cuando las encuentran, secuestran a los cachorros, y los crían en cautividad durante dos años.
Al final de este periodo, las bestias son sacrificadas, y los miembros de la tribu se beben su sangre, comen su carne y colocan su calavera en una lanza, que envuelven con la piel extraída de su cadáver.
Los ainu muestran de esta manera su respeto por los osos, para que su espíritu bendiga a los miembros de su tribu y al resto de la humanidad.
14. Mutilarse con dagas para que se perdonen los pecados
La religión musulmana tiene muchas variantes, y una de las que tiene tradiciones más extrañas es la chiíta. Esta variante islámica practica el evento conocido como Ashura, donde un grupo de hombres se clava dagas en la cabeza voluntariamente en un intento de pagar por sus pecados y pedir perdón por los errores de su pueblo.
Esta tradición tiene su origen en la batalla de Karbala, ocurrida en el siglo VII. En ella, Imam Hussein, uno de los nietos de Mahoma, fue asesinado. Durante el Ashura, los chiítas intentan expiar la vergüenza que sienten por no haber estado presentes ese día para salvar al descendiente del profeta.
15. Dejar a los ancianos en un iceberg
Es un antiguo rito funerario de los esquimales. Aunque ya apenas se hace, esta práctica fascinó a antropólogos y estudiosos de todo el mundo cuando fue descubierta.
Antiguamente, cuando un miembro de los inuit llegaba a una edad avanzada y ya no podía valerse por sí mismo, sus familiares le llevaban hasta un iceberg flotante y le dejaban allí para que muriera solo.
La razón era que creían que la muerte debía ser aceptada con dignidad, y preferían que los ancianos fallecieran sin haber supuesto nunca una carga para sus seres queridos.