¿Qué es la Triple Alianza?
La Triple Alianza (1882) es el acuerdo alcanzado entre los Imperios alemán y austrohúngaro e Italia durante los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. En un principio, fueron los dos primero imperios los que firmaron un tratado de defensa mutua, uniéndose Italia poco después.
Esta alianza formó parte de la táctica emprendida por el canciller germano, Otto von Bismarck, para mantener el equilibrio entre las diferentes potencias europeas pero manteniendo a Francia lo más aislada posible.
Durante esa época, la situación en Europa era de una tensión permanente, con conflictos abiertos por motivos económicos, territoriales y colonialistas. La política de alianzas pretendía que esas tensiones no desembocaran en una guerra.
Rusia, Francia e Inglaterra respondieron a la creación de la Triple Alianza con su propio acuerdo, la Triple Entente. La destitución de Bismarck provocó un cambio de la política alemana, que se volvió más agresiva. Finalmente, en 1914, el asesinato del heredero al trono austrohúngaro, Francisco Fernando, en Sarajevo, fue la chispa que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Contexto histórico de la Triple Alianza
Tras la derrota de Napoleón, las potencias europeas iniciaron un proceso de reorganización del mapa político del continente. Para ello, se reunieron en el Congreso de Viena, en 1815, estableciendo una serie de equilibrios de poder para mantener la paz a largo plazo.
De esta forma, a cada potencia le fue entregada un área de control. Esto no evitó que se produjeran situaciones de tensión, aunque, en general, se respetaron las posiciones de cada país. Gran Bretaña, por ejemplo, se quedó con el control del océano, mientras que el Imperio ruso se centró en el este y en el mar Negro.
Entre las zonas de Europa que provocaban más fricciones se encontraban los Balcanes. Alli, otomanos, rusos y austrohúngaros trataban de aumentar su influencia.
Por su parte, la aparición de Alemania como gran potencia, tras la victoria frente a Francia en 1870, significó un nuevo actor en el reparto de poder.
- Los sistemas bismarckianos. Precisamente, el personaje clave en la política europea durante varias décadas del siglo XIX fue un alemán, Otto von Bismarck. Esta ya había sido jefe de gobierno de Prusia durante la guerra con Francia y fue nombrado canciller tras la unificación. Nada más ocupar este puesto, comenzó a diseñar un plan diplomático que permitiera, por una parte, mantener aislada a Francia, su tradicional enemigo, y, por otra, mantener equilibrios de poder en el continente que evitaran nuevas guerras. Por último, todos sus movimientos tenían como propósito consolidar la posición de Alemania como gran potencia. Para ello, creó unos sistemas de alianzas, denominados sistemas bismarckianos. Estos marcaron las relaciones en Europa hasta los inicios de la Primera Guerra Mundial.
- Carrera colonialista. Además de las tensiones territoriales en algunas partes de Europa, como Alsacia, Lorena o los Balcanes, las potencias europeas también comenzaron a competir por aumentar sus posesiones coloniales, especialmente en África y Asia. Italia, por ejemplo, se sintió perjudicada en los diferentes repartos de territorios, ya que no fueron atendidas sus peticiones de controlar el norte de África. Francia fue una de las beneficiadas, creando el protectorado de Túnez al aprovechar la debilidad del Imperio otomano.
- Entente de los Tres Emperadores. Gran Bretaña, tradicionalmente enfrentada a Francia, prefirió mantener una política aislacionista. Bismarck, al no tener que preocuparse por ese país, consideró que los únicos aliados posibles de los franceses eran Rusia y Austria-Hungría. Por esa razón, el canciller se dirigió primero a estos imperios para tratar de firmar alianzas. Aunque, por algunos enfrentamientos por los Balcanes, el acuerdo no era sencillo de conseguir, Bismarck logró que los mandatarios respectivos firmaran, en 1873, el llamado Pacto de los Tres Emperadores. Esta alianza era de carácter defensivo. Los tres países se comprometían a defenderse mutuamente si eran atacados por un tercero. Igualmente, Rusia y Austria-Hungría acordaron apoyar cualquier ataque iniciado por su aliado alemán. Este primer acuerdo solo duró un par de años. En 1875 estallaron dos crisis que provocaron su disolución. Esto estuvo acompañado del aumento de efectivos militares de Francia, aunque la intermediación de Inglaterra y Rusia evitó que estallara una guerra abierta.
Creación de la Triple Alianza
A pesar del fracaso de su primer intento de crear una alianza, Bismarck volvió enseguida a negociar el establecimiento de otro acuerdo. En 1879, logró firmar con Austria-Hungría la llamada Dúplice Alianza, el antecedente más inmediato de la futura Tercera Alianza.
Tras convencer a los austrohúngaros, el siguiente paso fue lograr que estos acercaran posturas a Rusia. El cambio de zar en este último país, junto con la insistencia del canciller, fue definitivo para que, en 1881, se reeditara el Pacto de los Tres Emperadores entre los tres países.
De acuerdo con ello, esa alianza debía mantenerse durante tres años. Durante ese periodo, los firmantes se comprometían a mantener la neutralidad en caso de ataque de un tercer país.
Firma de la Triple Alianza
Tal y como ocurriera anteriormente, las diferencias entre Rusia y Austria-Hungría sobre los Balcanes suscitó que los primeros se retiraran del acuerdo.
Para sustituirlo, Bismarck eligió a Italia, a la que consideró como un aliado importante para mantener el aislamiento de Francia. Para los italianos, la firma de un acuerdo con Alemania significaba acceder al rango de gran potencia. Además, sus relaciones con los franceses no eran buenas por la política colonial en el norte de África.
La Triple Alianza se firmó el 20 de mayo de 1882 y establecía la obligación de prestarse ayuda militar mutua en caso de ser atacados por Rusia o Francia. Sin embargo, el acuerdo no contemplaba las mismas condiciones en el caso de que el país atacante fuera Gran Bretaña.
Miembros de la Triple Alianza
La Triple Alianza estuvo compuesta por el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro e Italia. Este país acabaría por abandonar el tratado antes de la Primera Guerra Mundial. Con el tiempo, hubo otras naciones que se incorporaron a la alianza, como el Imperio otomano.
- Imperio alemán. Alemania heredó la condición de gran potencia de Prusia, uno de los territorios que, después, conformarían su Imperio. Tras el Congreso de Berlín, este país se fue asentando como el más importante de Centroeuropa. La unificación de todos los territorios germanos y la victoria en la guerra francoprusiana, no hicieron más que confirmar ese estatus. Fue justo tras derrotar a los franceses cuando se constituyó en Imperio, en 1871. Muy pronto, comenzó a destacar por su producción industrial, en parte centrada en el armamento. Igualmente, se involucró en la carrera por controlar territorios coloniales.
- Imperio austrohúngaro. El crecimiento como potencia de Alemania fue, en parte, a costa del Imperio austrohúngaro. La guerra entre Prusia y Austria en 1866, que acabó con la derrota del Imperio, hizo que perdiera buena parte de su influencia en Centroeuropa. Antes de la firma de la Triple Alianza, Austro-Hungría tenía problemas con los movimientos nacionalistas que se asentaban en sus territorios. Igualmente, mantenía un enfrentamiento político y diplomático con Rusia por el control de los Balcanes.
- Italia. Italia se convirtió en el tercer miembro de la Triple Alianza cuando las diferencias entre Rusia y Austria-Hungría se volvieron insalvables. Los italianos, que buscaban aumentar su presencia internacional, estaban muy descontentos por cómo Francia había actuado en el norte de África, por lo que sus intereses coincidían con los alemanes. Sin embargo, con el tiempo, Italia comenzó a distanciarse de sus dos aliados. Con Austria-Hungría, por ejemplo, existía un problema territorial, ya que, desde su unificación, los italianos siempre buscaron anexionarse el Trentino, en poder austrohúngaro. Finalmente, al estallar la Primera Guerra Mundial, Italia acabó posicionándose con los aliados, rompiendo su acuerdo previo.
Consecuencias de la Triple Alianza
La Triple Alianza se enmarcó dentro del segundo de los sistemas bismarckianos, pero el vanciller aún tendría tiempo de negociar más coaliciones antes de la Gran Guerra.
En 1887, logró firmar el Pacto Mediterráneo, conformado por Alemania, Austria-Hungría, Italia, España y Gran Bretaña. Tras este, también convenció a Rusia de que consolidara su alianza mediante el Tratado de Reaseguro, que solo duró hasta que el canciller dejó su cargo.
- Destitución de Bismarck. El ascenso al trono alemán de Guillermo II, en 1890, supuso un cambio absoluto sobre la política exterior llevada a cabo por Bismarck. El nuevo emperador, además, decidió destituir al canciller, ya muy anciano. Guillermo II dejó de lado el complejo sistema de alianzas tejido por Bismarck en las décadas anteriores. En su lugar, implantó la llamada Weltpolitik, que buscaba la hegemonía alemana en Europa. La nueva forma de actuar de Alemania, dejando de lado la diplomacia y tomando actitudes agresivas, desencadenó una gran carrera armamentística. Europa se dividió en dos grandes bloques y ambos se prepararon para un conflicto que parecía inminente.
- Triple Entente. Francia acabó con la nueva política impulsada por Guillermo II. El primer síntoma fue el acuerdo entre Francia y Rusia, firmado en 1893. Mediante este pacto, ambos países se comprometían a prestarse ayuda militar en caso de guerra contra Alemania. En 1904, los franceses lograron un nuevo aliado cuando firmó con Gran Bretaña la Entente Cordial. El motivo, en buena parte, fue la amenaza que representaba la nueva política exterior alemana. Al año siguiente, 1905, Rusia sufrió una humillante derrota en su guerra contra Japón. Esto provocó que abandonara sus pretensiones de expandir su influencia en el Extremo Oriente, centrando sus esfuerzos en los Balcanes. Allí, inevitablemente, acabó chocando con Austria-Hungría. Por último, Francia impulsó que sus dos aliados, Rusia y Gran Bretaña, llegaran a un acuerdo entre ellos, lo que hicieron en 1907. De esta forma, los tres países quedaron unidos por una red de alianzas cruzadas que daría lugar a la Triple Entente.
- Primera Guerra Mundial. A inicios del siglo XX, la tensión en Europa había llegado a un punto sin retorno. Alemania, con su crecimiento económico y sus ansias de expansión política, representaba un peligro para las potencias tradicionales del continente. Por otra parte, Austria y Rusia habían comenzado una carrera para aprovechar la debilidad del Imperio otomano en los Balcanes. Los primeros querían hacerse con una salida al mar Adriático, mientras que los rusos apoyaban a los Estados eslavos de la zona, especialmente a Serbia. Aunque la guerra estuvo a punto de comenzar en varias ocasiones, el acontecimiento que la desencadenó ocurrió el 28 de junio de 1914, cuando el heredero del Imperio austrohúngaro fue asesinado mientras visitaba Sarajevo. Austria, con apoyo alemán, lanzó un ultimátum para investigar el crimen, y Rusia reaccionó movilizando sus tropas por si tenía que ayudar a su aliado serbio. La Primera Guerra Mundial empezó cuando Austria declaró la guerra a Serbia. Rusia cumplió con su acuerdo con los serbios y se involucró en el conflicto. Alemania, en virtud de la Triple Alianza, declaró la guerra a los rusos, provocando la reacción de Francia. En pocos meses, las alianzas firmadas durante los años anteriores hicieron que casi todo el continente se involucrara en el conflicto.
Referencias
- Triple Alianza. Recuperado de escuelapedia.com.
- La Triple Alianza. Recuperado de claseshistoria.com.
- Triple Alliance. Recuperado de britannica.com.
- Triple Alliance (1882) facts for kids. Recuperado de kids.kiddle.co.
- Primary Documents – Triple Alliance, 20 May 1882. Recuperado de firstworldwar.com.