¿Qué fue la Santa Alianza?
La Santa Alianza fue un acuerdo firmado por Austria, Prusia y Rusia en 1815 a propuesta del zar ruso, Alejandro I. El objetivo era la defensa de las monarquías absolutistas y de su carácter cristiano frente al avance del liberalismo en Europa.
La Revolución francesa, con sus principios basados en la Ilustración, provocó que los países absolutistas se unieran para combatir su influencia. Sin embargo, Napoleón Bonaparte había logrado hacerse con parte del continente y, a pesar de establecer gobiernos autoritarios, había contribuido a la expansión de las ideas liberales.
Una vez derrotado Napoleón, las potencias vencedoras convocaron el Congreso de Viena con el fin de reordenar el mapa de Europa y devolver la primacía al sistema absolutista. Solo tres meses después de ese Congreso, austriacos, prusianos y rusos decidieron ir un paso más allá y firmaron el acuerdo de la Santa Alianza.
En los siguientes años, los ejércitos de estos países actuaron en varias zonas de Europa para acabar con los movimientos liberales que surgían. La Santa Alianza se mantuvo hasta la muerte de Alejandro I, en 1825.
Antecedentes de la Santa Alianza
- Ideas ilustradas. La Ilustración, con su defensa de la ciencia frente a la religión y de la igualdad de los seres humanos, había supuesto una amenaza para las monarquías absolutistas que regían la mayoría de los países europeos. Aparte de su influencia filosófica, esta corriente resultó fundamental para la Revolución francesa, que acabó con el rey Luis XVI guillotinado.
- Napoleón Bonaparte. La ascensión en Francia de Napoleón Bonaparte marcó el inicio de una nueva etapa. Su forma de gobierno fue dictatorial, e incluso se autoproclamó emperador. Sin embargo, pretendió seguir los ideales de la Revolución y emprendió una serie de guerras expansionistas que amenazaron a las monarquías absolutistas del continente. Para combatirlo, las grandes potencias formaron una serie de coaliciones militares. Aunque en ellas participaba Inglaterra, con un sistema de gobierno parlamentario, estas coaliciones pueden considerarse como un claro antecedente de la Santa Alianza. Napoleón fue derrotado en 1814 y desterrado a la isla de Elba. No obstante, al año siguiente logró escapar de su exilio y regresó al continente para volver a enfrentarse a sus enemigos. Este etapa recibe el nombre de Imperio de los Cien Días y terminó con la batalla de Waterloo, donde las tropas napoleónicas sufrieron la derrota definitiva.
- Congreso de Viena. Ya antes del Imperio de los Cien Días, las potencias europeas se habían reunido para reordenar el mapa europeo y anular la influencia de las ideas liberales. En el llamado Congreso de Viena, los monarcas europeos planearon cómo abolir las reformas sociales, económicas y políticas que los revolucionarios habían establecido. Su principal objetivo era recuperar el poder absoluto de los reyes frente a la soberanía popular. La Iglesia también participó para restablecer sus privilegios. Por otra parte, los países participantes en el Congreso de Viena decidieron crear mecanismos para impedir, por la fuerza, nuevos estallidos revolucionarios liberales. En este contexto, el zar de Rusia, Alejandro I, propuso la formación de la Santa Alianza.
Características de la Santa Alianza
- Casas reales. La Santa Alianza se configuró como un acuerdo entre varias casas reales europeas para impedir la implantación del liberalismo y los ideales ilustrados en el continente. Estas casas reales eran la rusa, la austriaca y la prusiana, que basaban su legitimidad en la religión.
- Cristianismo. El documento mediante el que las tres potencias europeas oficializaron la conformación de la Santa Alianza recogía como base del acuerdo la defensa de la religión. Para los firmantes, era fundamental salvaguardar lo que denominaron “eterna religión de Dios salvador”. La Santa Alianza concedía la máxima importancia al cristianismo, a pesar de que en cada país se practicaba una rama diferente de esta religión: ortodoxos (Rusia), católicos (Austria) y protestantes (Prusia). Los firmantes dejaron abierta la posibilidad de que monarquías cristianas de otros países se unieran al pacto, aunque dejaron fuera a Gran Bretaña.
- Absolutismo. Aparte del componente religioso, la principal característica de la Santa Alianza fue la defensa del régimen absolutista. Este se encontraba amenazado por las ideas ilustradas, que defendían el liberalismo y la igualdad de los seres humanos. La Revolución francesa y Napoleón habían provocado que esas ideas se extendieran por el continente. A partir de ese momento, se sucedieron levantamientos liberales en varios países, algo que las monarquías firmantes del acuerdo pretendían evitar o reprimir.
- Derecho de intervención. Los miembros declararon su derecho a intervenir ante cualquier amenaza que surgiera contra las monarquías. El autor de este derecho fue el canciller de Austria, Clemente de Metternich. Durante los años en los que el tratado estuvo vigente, los países firmantes intervinieron en varias ocasiones para reprimir varios levantamientos de carácter liberal.
- Varios congresos. El documento que establecía la Santa Alianza recogía que los países miembros se reunirían periódicamente para coordinar sus actuaciones. En estos congresos participaron otras naciones, como Francia e Inglaterra. Tras el de Viena, los otros congresos celebrados fueron el de Aquisgrán, en 1818, el de Troppau, en 1820, el de Laibach, al año siguiente y el de Verano, en 1822.
Objetivos de la Santa Alianza
- Objetivos del impulsor del acuerdo. El impulsor de la Santa Alianza fue Alejandro I, zar de Rusia. Este se encontraba fuertemente influido por la baronesa von Krüdener, quien hacía las veces de consejera religiosa. Alejandro I fue descrito en ocasiones como un místico y su estabilidad mental fue puesta en duda por algunos de sus aliados. Según los cronistas, la baronesa lo había convencido de que había sido elegido por Dios para terminar con los ideales surgidos de la Revolución francesa y devolver el esplendor al cristianismo encarnado en los reyes absolutos.
- Ejecutar los acuerdos del Congreso de Viena. En el plano político, la Santa Alianza reunió a los vencedores de las guerras napoleónicas, excepto Inglaterra. Uno de los objetivos del acuerdo fue que lo aprobado en el Congreso de Viena fuera llevado a la práctica. En ese Congreso, los participantes habían acordado la necesidad de frenar la propagación de las ideas liberales, plasmadas en algunas constituciones. A pesar del estilo autoritario del gobierno de Napoleón, sus invasiones habían expandido los ideales revolucionarios por Europa, algo que iba contra los intereses de las monarquías reinantes.
- Mantenimiento del statu quo. Todo lo anterior se plasmó en un acuerdo para mantener el status quo en el continente, esto es, impedir que se produjeran cambios en la situación política y social. En la práctica, supuso que los monarcas firmantes se comprometieran a prestarse ayuda mutua en el caso de que estallaran rebeliones que pudieran afectarles. En el tratado se señalaba que ese soporte se tenía que dar en “nombre de la religión”, con el fin de “aplastar con fuerzas comunes, la revolución en cualquier parte que se manifestara”.
- Fortalecimiento de los Estados nacionales. Otro de sus objetivos fue impedir que volviera a producirse un intento de controlar el continente como el protagonizado por Bonaparte. Para lograrlo, pusieron en marcha medidas que fortalecieran a los Estados nacionales.
Consecuencias de la Santa Alianza
- Políticas. El Congreso de Viena y la Santa Alianza otorgaron a Rusia y a Austria el papel de grandes potencias europeas. Por su parte, los británicos fortalecieron su condición de dominadores de los mares y Prusia amplió su influencia en el área del mar Báltico tras la creación de la Confederación Germánica.
- Otras alianzas. Además de la Santa Alianza, durante las décadas siguientes a la derrota de Napoleón aparecieron otros acuerdos entre las potencias europeas. Inglaterra, participe en la coaliciones creadas para luchar contra Napoleón, no quiso ser parte de la Santa Alianza. Uno de los motivos fue ideológico, ya que su sistema no era absolutista. Por otra parte, los británicos estaban más interesados en el comercio y consideraron que los miembros de la Santa Alianza pretendían perjudicarles en este aspecto. Sin embargo, para no quedarse descolgados del sistema de pactos en Europa, Inglaterra sí firmó, en noviembre de 1815, la llamada Cuádruple Alianza, junto con los tres países firmantes de la Santa Alianza. Algo más adelantes, Francia firmó a su vez otro tratado con esos cuatro países: la Quíntuple Alianza.
- Intervencionismo. La petición de Metternich para que la Santa Alianza pudiera intervenir en aquellas zonas del continente en las que las monarquías estuvieran en peligro, fue aprobada por el resto de sus aliados. En los años siguientes, austriacos y prusianos aprovecharon este punto para intervenir militarmente en otros países. Todas las intervenciones tuvieron en común acabar con los movimientos liberales. De igual forma, la Santa Alianza también luchó contra grupos nacionalistas que estaban surgiendo. De hecho, existió la propuesta de enviar tropas a Latinoamérica para evitar su independencia de España.
- Intervención en España. Aunque hay una corriente historiográfica que está en desacuerdo, la mayoría de los expertos consideran que la Santa Alianza jugó un papel fundamental para acabar con el llamado Trienio Liberal en España. Después de que el rey español, Fernando VII, tuviera que aceptar la Constitución de Cádiz, de carácter liberal, los españoles llegaron a un gobierno no absolutista. La reacción de la Santa Alianza, apoyada por Francia, fue enviar a una fuerza militar, los Cien Mil Hijos de San Luis, para acabar con el gobierno constitucional.
- Congreso en Aquisgrán. Después de reunirse en el Congreso de Aquisgrán, en 1818, la Santa Alianza decidió intervenir en Alemania. Allí, grupos de estudiantes fueron catalogados como “revolucionarios” tras causar disturbios en las celebraciones con motivo de los 300 años de la Reforma. La Santa Alianza los reprimió con dureza y cerró las universidades. El gobierno también censuró los periódicos del país. Por otra parte, ese mismo Congreso aprobó retirar las tropas que aún permanecían en Francia.
- Intervención en Italia. Los levantamientos liberales en el Piamonte y el Reino de las Dos Sicilias, en 1820, también fueron reprimidos por la Santa Alianza. En este caso, fueron los austriacos quienes enviaron tropas para acabar con esas rebeliones. Inglaterra se negó a apoyar a la Santa Alianza en estos movimientos, ya que consideró que no afectaban a sus intereses.
- Fin. Hubo diferencias entre sus componentes. Primero, fracasaron al intentar sofocar el movimiento independentista griego en 1821, ya que fue apoyado por Francia y Gran Bretaña. Rusia tampoco estaba de acuerdo en luchar contra los griegos. Tras la muerte del zar Alejandro I en 1825, su heredero prefirió desarrollar una estrategia para debilitar al Imperio otomano, lo que implicaba apoyar a los independentistas griegos. Esta discrepancia provocó el fin de la Santa Alianza.
Referencias
- Tratado de la Santa Alianza. Obtenido de escuelapedia.com.
- Holy Alliance, Recuperado de britannica.com.
- Holy Alliance. Recuperado de encyclopedia.com.
- The Holy Alliance and Its Unholy Work. Recuperado de heritage-history.com.
- What was the Congress of Vienna? Recuperado de historytoday.com.