¿Qué son las 3 R ecológicas?
Las 3 R ecológicas o regla de las tres erres, es un conjunto de estrategias para abordar el control de la generación y manejo de residuos. Estas estrategias incluyen la reducción de residuos, su reutilización y el reciclaje de los mismos.
La estrategia de las 3 R ecológicas aspira contribuir con la solución del grave problema de la contaminación ambiental por parte del ser humano. El fenómeno del consumismo impulsa una tasa creciente de uso y descarte de objetos y materiales, generando enormes cantidades de desechos.
En el caso de los aparatos electrónicos, la humanidad produce alrededor de 50 millones de dispositivos desechados. Esto implica contaminar el ambiente con cientos de sustancias distintas, desde metales pesados hasta plásticos.
La creciente población de las ciudades genera cada vez más cantidades de aguas residuales cargadas de productos químicos y materia orgánica. La humanidad produce una media de 2.000 millones de toneladas de basura anuales, de las que al menos 8 millones terminan en los océanos.
En este contexto, la solución del problema de los residuos generados y la reducción del consumo de materias primas es crucial. Para esto, organizaciones ecologistas como Greenpeace impulsan las 3 R ecológicas, estrategia que se enmarca en el desarrollo sostenible y en la economía circular.
1. Reducir
La primera de las estrategias que conforman las 3 R es reducir los residuos, para lo cual es fundamental desarrollar procesos productivos más eficientes. Se trata de aplicar criterios de reingeniería de sistemas a fin de garantizar generar la menor cantidad de residuos.
Esto considerando cada fase del proceso de producción, distribución, comercialización y consumo de los productos.
Reducción del consumo de bienes
Esta estrategia amerita un consumidor consciente que enmarque su consumo a la satisfacción de necesidades reales con criterio ambiental. Se dirige a la neutralización del consumismo como tendencia a satisfacer necesidades superfluas o creadas por efectos de la moda.
Reducción del consumo de energía
Este aspecto aborda uno de los puntos de mayor impacto ambiental, como lo es el consumo de combustibles fósiles y el derroche de energía. Esto incluye desde acciones como reducir el uso del automóvil particular, priorizando el transporte público, hasta reducir el uso de carbón como fuente energética.
De igual forma, el ahorro de energía eléctrica conlleva una reducción de su uso vía evitar mantener luminarias encendidas sin necesidad.
Reducción de la generación de desechos
Otro aspecto de la estrategia de reducción es la disminución en la generación de residuos o desechos. Esto implica la aplicación de tecnologías más eficientes, que aprovechen al máximo la materia prima y reduzcan las emisiones (gases, aguas residuales, basura).
Un ejemplo muy relevante hoy en día es la reducción de los gases causantes del efecto invernadero, los cuales a su vez provocan el calentamiento global. El grave desequilibrio ambiental que esto genera ha llevado incluso a la comunidad internacional a suscribir acuerdos para garantizar dicha reducción.
Tal es el caso del Protocolo de Montreal sobre sustancias que agotan la capa de ozono. Así como también el Protocolo de Kioto, el cual aborda la reducción de seis gases de efecto invernadero.
2. Reutilizar
En la mayoría de los casos es factible dar más de un ciclo de uso a un objeto, sea para el fin original u otro. En este sentido, la reutilización permite evitar que dicho objeto termine formando parte de los residuos que contaminan el ambiente.
Además, al cubrir una necesidad evita que esta sea cubierta con un objeto nuevo lo que implicaría un mayor consumo de materias primas.
Envases retornables y bolsas reutilizables
Un ejemplo de reutilización del tipo de retorno para otro ciclo de uso con igual finalidad son las botellas de vidrio retornables. De igual forma, el empleo de bolsas de tela para traslado de las compras en lugar de las bolsas plásticas desechables.
Botellas plásticas
En otro sentido, la reutilización puede aplicarse empleando un objeto para un segundo ciclo de uso pero con una finalidad diferente a la inicial. Por ejemplo, las botellas plásticas que son un grave problema ambiental y están siendo reutilizadas como elementos de construcción.
Con botellas plásticas se construyen techos para casas de cultivo gracias a su transparencia a la luz solar e impermeabilidad. Incluso se construyen botes y salvavidas con botellas plásticas de gaseosas.
Teléfonos móviles
Los teléfonos móviles son tal vez el paradigma moderno del consumismo, ya que se trata de objetos de alta tecnología y se sustituyen a una alta tasa. Para 2007 se estima que ya había en uso 2,5 mil millones de teléfonos móviles en el mundo y la tasa de reposición era inferior a 18 meses.
Afortunadamente, existe un mercado en auge para teléfonos móviles que son repotenciados para ser reutilizados. En general, hay mayor número de teléfonos móviles destinados a reutilización que los que se reciclan.
3. Reciclar
La tercera de las 3 R ecológicas es el reciclaje, el cual consiste en volver a introducir al proceso productivo los materiales de desecho. Estos materiales pueden ser procesados y empleados para producir nuevos objetos similares a la fuente del material o un producto distinto.
Casi cualquier material puede ser procesado para incorporarlo nuevamente al proceso productivo. Desde el reciclaje de plástico o vidrio hasta el de complejos aparatos electrónicos como los teléfonos móviles.
Reciclaje del agua
Uno de los problemas más graves que enfrenta la humanidad es el déficit de agua potable. Basta considerar que menos del 1% del agua del planeta está disponible como potable. Por otra parte, el ser humano contamina estas fuentes de agua, afectando las posibilidades de uso.
Estas aguas servidas o de desecho tienen distintas categorías y por tanto deben ser sometidas a diferentes procesos de reciclaje. Existen aguas servidas domésticas, industriales y agrícolas, cada una con sus contaminantes específicos.
A su vez, las aguas servidas industriales varían de acuerdo al tipo de industria. En el caso de las aguas servidas domésticas también es importante distinguir entre aguas negras y aguas grises.
Aguas negras domésticas
Se trata de las aguas del desagüe del retrete, las cuales tienen un alto contenido de materia orgánica, así como bacterias y otros microorganismos. Debido a esto, son sometidas a procesos de reciclaje específicos dirigidos a neutralizar los componentes biológicos, eliminar la materia orgánica y otros sólidos en suspensión.
Aguas grises domésticas
Estas son las aguas provenientes de aquellas actividades del hogar que no implican un gran aporte de materia orgánica. Tal es el caso de las aguas del lavado de la ropa, de los enseres de cocina y la higiene de pisos y otras infraestructuras.
En este caso existen sistemas de reciclaje incluso domésticos que permiten el uso inmediato de estas aguas. Las mismas se pueden emplear para el desagüe del retrete o para riego del jardín.
Teniendo en cuenta que su reciclaje para riego debe considerar el tipo de producto empleado para los procesos de limpieza, sobre todo los detergentes.
Reciclaje del plástico
Algunos de los tipos de plástico pueden ser reciclados para emplearse en la fabricación de otros productos. Este reciclaje puede ir desde procesos complejos en la industria petroquímica hasta procedimientos más simples.
Entre estos últimos está la molienda de botellas plásticas para usar el pellet resultante como aditivo en la fabricación de bloques de construcción. Esto permite economizar concreto al tiempo que se obtienen bloques más livianos y resistentes. También de las botellas plásticas pueden extraerse tiras de plástico para la fabricación de escobas.
Reciclaje del papel y cartón
La industria del papel y cartón es otra fuente importante de contaminantes, por lo que el reciclaje del papel y cartón es fundamental. En la mayoría de los casos, los productos de papel y cartón son fácilmente reciclables.
Además, por cada tonelada reciclada son más de 900 kilos de CO2 que dejan de emitirse a la atmósfera. De igual forma el ahorro de agua es considerable, dado el uso intensivo que hace esta industria de este elemento.
Reciclaje del vidrio
Es otro de los materiales comúnmente sometidos a procesos de reciclaje, partiendo de una correcta clasificación desde su disposición por parte del consumidor. El reciclaje del vidrio representa un ahorro de materia prima y de energía, sobre todo por el bajo punto de fusión del calcín respecto a las materias primas originales.
El calcín es el material que se obtiene al reciclar el vidrio, mientras que el vidrio virgen se fabrica a partir de arena de sílice, piedra caliza y carbonato de sodio. Por otra parte, el vidrio es un material que puede ser sometido a múltiples ciclos de reciclado sin perder sus propiedades fundamentales.
Reciclaje de teléfonos móviles
Un teléfono móvil es un aparato complejo en cuya fabricación intervienen más de 20 metales diferentes, así como plástico y otros materiales. El reciclaje de estos aparatos permite la recuperación de cantidades significativas de estas materias primas, incluyendo oro y plata. Por otra parte, su inadecuada disposición introduce al ambiente estos y otros metales pesados altamente contaminantes.
Reciclaje de materia orgánica
El compostaje es un procedimiento que permite reciclar desechos orgánicos para emplearlos como fertilizantes. Para esto se reciclan restos de alimentos o cosechas, sometiéndolos a una oxidación biológica reduciéndose a compuestos más simples asimilables por las plantas.
El fertilizante obtenido tiene la ventaja de ser orgánico y por tanto menos contaminante que los fertilizantes químicos.
Una cuarta R
Hoy en día se propone una cuarta R en la estrategia: Rechazar, la cual se refiere a evitar consumir productos que afecten al ambiente. Un ejemplo es el rechazo de bolsas plásticas para la compra, debido a su alto impacto negativo en el ambiente.
Igualmente, el rechazo a sustituir productos que aún son útiles por el solo dictado de la moda (obsolescencia inducida), por ejemplo un vestido.
Incluso se plantea agregar a la estrategia la exigencia de Durabilidad, en términos de emplear materiales que permitan una vida útil mayor al producto. Esto está dirigido en contra de la obsolescencia planificada.