El sistema Norfolk es un sistema de rotación de cultivos surgido en Inglaterra, en la llamada revolución agraria, inscrita en la primera Revolución industrial en el ámbito de la agricultura.
Este sistema fue inventado por Charles Townshend, el embajador británico en los Países Bajos, tras abandonar su carrera política en 1730 y retirarse a sus propiedades de Norfolk, en el Reino Unido.
Para 1794, la región de Norfolk producía el 90% del grano en todo el Reino Unido. Pronto empezó a surgir la curiosidad sobre los métodos que se empleaban allí.
La agricultura antes del sistema Norfolk
Para comprender totalmente en qué consistía el sistema, hay que conocer en detalle cómo era la agricultura británica antes de su aparición. Desde la Edad Media, los campesinos usaban un sistema de rotación de cultivos de periodos de tres años.
Los campesinos trabajaban la tierra que les había cedido un terrateniente, que con frecuencia pertenecía a la nobleza. A cambio, los campesinos juraban lealtad al propietario de la tierra y estaban dispuestos a luchar por él en los conflictos que surgieran.
Cada diciembre, en asamblea, los campesinos se asignaban mutuamente estrechas franjas de tierra. Al principio, cada franja tenía alrededor de 0,4 hectáreas de superficie. Al final, cada campesino tendría asignadas alrededor de 12 hectáreas.
Estas eran equitativamente divididas en tres campos abiertos. Con el tiempo, cada una de estas franjas se volvió más estrecha, a medida que las familias de granjeros se hacían más numerosas y el terreno se repartía entre sus miembros.
En el período comprendido entre los siglos XV y XVIII, empezó a incrementarse la cantidad de terrenos vallados. Estos no se dividían en franjas, sino que se trataban como una unidad.
Esto sucedió por varias razones: poco después de la Guerra de las Rosas (1455-1485), algunos nobles vendieron sus tierras porque necesitaban dinero rápido. Después, durante el reinado de Enrique VIII (1509-1547), las tierras de los monasterios pasaron a ser propiedad de la Corona y luego vendidas.
Tradicionalmente, la lana y sus productos derivados fueron la exportación principal del Reino Unido. Como el beneficio de estas exportaciones aumentó en el siglo XV, cada vez más terrenos vallados fueron dedicados a la ganadería ovina.
En el siglo XVII, las nuevas técnicas ganaderas fueron, en parte, las que forzaron a más vallado de terrenos. Cuando los cultivos de forraje dedicados a alimentar al ganado se producían en los terrenos abiertos, la agricultura comunal beneficiaba a los ganaderos más que a los agricultores.
Debido a todo esto, entre 1700 y 1845, más de 2,4 millones de hectáreas fueron cercadas en Inglaterra. Los nuevos terratenientes fueron apropiándose poco a poco de las tierras de los agricultores.
Esto dejó a demasiada gente en la miseria. Muchos se vieron forzados a la mendicidad. Sin embargo, los propietarios de las tierras desarrollaban sus actividades ganaderas en terrenos cercados. Uno de esos terratenientes fue Charles Townshend.
Tras retirarse de la política en 1730, Townshend se centró en gestionar sus propiedades en el estado de Norfolk. Como resultado, y para maximizar sus beneficios, introdujo un nuevo tipo de rotación de cultivos que ya se estaba practicando en Holanda. Nacía el sistema Norfolk.
¿En qué consiste el sistema Norfolk?
Se trata de un sistema de rotación de cultivos. En agricultura, cuando se cultiva algo, dicho cultivo tarda un tiempo en desarrollarse, madurar y estar listo para la cosecha. La tierra está llena de nutrientes y agua. De ahí los cultivos obtienen su alimento para completar su ciclo vital.
Para no agotar la tierra, los agricultores suelen cambiar el tipo de cultivo en sus campos de un año para otro. A veces dejan la tierra sin cultivar hasta un año entero para que vuelva a absorber nutrientes. A esto se llama dejar la tierra en barbecho.
Si el suelo se agotase, se trataría de tierra no apta para el cultivo. Es la tierra baldía. Antes del sistema Norfolk de rotación de cultivos, se utilizaban tres tipos de cultivo diferentes para cada ciclo. Con el sistema Norfolk, se empezaron a usar cuatro.
Además, propició que se eliminase el barbecho. En lugar de dejarla sin cultivar, se siembran nabos y tréboles o alfalfa. Estos resultan ser un excelente alimento para el ganado durante el invierno, y además enriquecen el suelo con nitrógeno, que se encuentra en los extremos de sus raíces.
Cuando la planta es arrancada del suelo, sus raíces junto con el nitrógeno que contienen queda en la tierra, enriqueciéndola.
El sistema de cuatro campos
Townshend introdujo con éxito el nuevo método. Dividió cada uno de sus terrenos en cuatro sectores dedicados a diferentes tipos de cultivos.
En el primer sector, cultivaba trigo. En el segundo, nabos o nabicoles. En el tercero, avena o cebada. Finalmente, en el cuarto cultivaba tréboles o hierbas comestibles para el ganado.
Los tréboles o la alfalfa eran usados como forraje para alimentar al ganado durante el invierno, pues eran un buen pasto para el ganado. Empleando este sistema, Townshend se dio cuenta de que podía obtener un mayor rendimiento económico de la tierra.
Además, el sistema de cultivo rotativo de cuatro sectores aumentaba la cantidad de alimento producida. Si no se rotaban los cultivos en cada uno de los sectores, el nivel de nutrientes del terreno disminuía con el tiempo.
El rendimiento del cultivo en ese terreno descendía. Utilizando el sistema de cuatro cultivos rotativos por sector, la tierra no solamente se recuperaba, sino que aumentaba su nivel de nutrientes al alternar el tipo de cultivo a la que se dedicaba.
Los tréboles y la hierba se cultivaban en un sector después de haber cultivado trigo, cebada o avena. Esto devolvía de manera natural los nutrientes a la tierra. Ningún terreno se quedaba en barbecho. Además, cuando el ganado pastaba en ellos, abonaba el terreno con sus deposiciones, el estiércol.
Referencias
- How does the Norfolk crop rotation lead to the end of fallow fields. Recuperado de answers.com.
- Riches, N. (1967). The Agricultural Revolution in Norfolk. Frank Cass & Co. Ltd.