¿Qué es la actitud carmínica?
La actitud carmínica es una de las actitudes que puede tomar el género lírico o poesía. El poeta expresa directamente sus sentimientos y su mundo interior.
Los textos líricos pueden tener tres actitudes: la enunciativa, la apostrófica y la carmínica. La actitud carmínica es la más subjetiva de todas.
La palabra carmínica proviene del vocablo carmen, que en latín significa “canto”. El hablante lírico o la voz del poeta expresa sus sentimientos más profundos, sus emociones e impresiones. De esta forma, el hablante lírico carmínico usa el poema para expresar su mundo interior y habla en primera persona.
Características principales de la actitud carmínica
- En la actitud carmínica el hablante lírico expresa sus sentimientos más profundos e íntimos. Por esa razón se utiliza la primera persona del singular o plural en verbos y pronombres.
- También puede utilizarse la segunda persona en la actitud carmínica. Esto ocurre cuando su expresión interior se dirige al objeto lírico: “Tú, que me vuelves loco, eres la razón de mi vida”.
- Se puede apreciar una gran carga subjetiva en el contenido.
- El emisor y el sujeto poético tienden a confundirse.
Elementos principales de la actitud carmínica
Para construir un texto poético con actitud carmínica se pueden tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
1. Utilizar el lenguaje subjetivo y la función expresiva del lenguaje
El lenguaje debe expresar el estado de ánimo del hablante o poeta. Deben conocerse sus sentimientos, que pueden ser alegría, tristeza, melancolía, decepción o amor. Dentro de un mismo poema pueden encontrarse muchos sentimientos, incluso contradictorios.
2. Fusionar al hablante lírico con el objeto lírico
El objeto lírico provoca los sentimientos o emociones que el hablante quiere expresar. En la actitud carmínica, el foco está puesto en los sentimientos del poeta.
3. Escribir en prosa o en verso
En cuanto al poema, se deben tener en cuenta los elementos que lo componen, como el verso, la estrofa, la métrica y la rima.
La prosa puede lograr expresividad utilizando las figuras literarias. Estas ayudan a que el lenguaje sea más emotivo. Ejemplos de figuras literarias son la metáfora, la personificación, la comparación, la hipérbole, la antítesis y el hipérbaton, entre otras.
4. Enfocarse en el yo
Busca centrarse en sus propios sentimientos, emociones, estado de ánimo y sensaciones corporales. Debe utilizar la primera persona del singular y volcar todos esos sentimientos que afloran.
5. Buscar un tema que toque los sentimientos del hablante lírico
Las opciones son prácticamente infinitas. Puede escoger hablar sobre la amistad, el amor, la muerte, u otros temas que sean significativos para el autor.
Ejemplos de la actitud carmínica
- “Puedo escribir los versos más tristes esta noche” (“Poema 20”, Pablo Neruda).
- “Tengo las manos tan deshechas de apretar que ni te puedo sujetar, ¡vete de mí!” (canción “Vete de mí”, Virgilio Expósito).
- “Anoche cuando dormía / soñé, ¡bendita ilusión! / que una fontana fluía / dentro de mi corazón” (“Anoche cuando dormía”, Antonio Machado).
- “Y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad, entre mi almohada y mi soledad” (canción “Lucía”, Joan Manuel Serrat).
- “Yo quiero ser, llorando, el hortelano / de la tierra que ocupas y estercolas, / compañero del alma, tan temprano” (“Elegía”, Miguel Hernández).
Referencias
- Juan Villegas. Teoría de Historia Literaria y Poesía lírica. Editorial Planeta. Madrid-Barcelona.
- S. Cella. Contemporaneidad lírica. Recuperado de dialnet.unirioja.net.