¿Qué es la criminología clínica?
La criminología clínica es una corriente de la criminología que se encarga de estudiar el estado mental de las personas que cometen hechos delictivos. Se basa en la creencia de que, para que una persona cometa un crimen, debe poseer ciertos rasgos patológicos en su personalidad o bien estar sufriendo una enfermedad mental.
En este sentido, la criminología clínica busca entender por qué se producen los comportamientos delictivos, a fin de poder solucionar el problema subyacente. De esta manera, uno de los principales objetivos de esta disciplina es el de reinsertar a los delincuentes dentro de la sociedad.
Esta rama de la criminología no busca quitarle la responsabilidad de sus actos a las personas que cometen un crimen, sino reeducarles para que dejen de ser un peligro para la sociedad. Para ello combina herramientas de varias disciplinas como la criminología tradicional, la psicología y la sociología.
Antecedentes
La criminología clínica nació como subproducto de una corriente del siglo XIX conocida como “positivismo criminológico”.
Esta teoría, formulada por pensadores como Cesare Lombroso, Enrico Ferri y Rafael Garófolo, se alejaba de la concepción clásica de la criminología que había imperado hasta entonces.
El principal objetivo de los autores de esta corriente era la aplicación del método científico para estudiar y explicar las conductas criminales.
Anteriormente, en la llamada “escuela clásica” de la criminología, se entendían los delitos como hechos aislados, sin darle importancia ni a las características sociales del criminal ni a su entorno.
Los autores de la nueva teoría hicieron un esfuerzo coordinado para formular ideas basadas en el conocimiento experimental, sin dejarse influir por ideas religiosas o morales, ni por conceptos que no estuvieran probados mediante el método científico.
Este positivismo se expandió muy rápidamente, convirtiéndose en un paradigma muy importante en la criminología del momento.
Principales vertientes
El positivismo criminológico se desarrolló principalmente en dos direcciones. Por un lado, apareció la vertiente antropológica defendida por Lombroso.
Él intentaba explicar el comportamiento delictivo de las personas con base en factores biológicos, considerando que algunos individuos nacen predispuestos a delinquir.
Por otra parte, Ferri creía que los crímenes se explicaban sobre todo mediante factores sociológicos; es decir, una persona comete un delito debido a la cultura en la que ha estado inmersa.
Sin embargo, ambas corrientes se complementaban en vez de estar en desacuerdo. Esto se consiguió debido a que ambos autores y sus seguidores utilizaron el método científico para comprobar sus afirmaciones.
Influencia en la criminología
Con el paso de las siguientes décadas, los descubrimientos hechos por estos autores y sus sucesores pasaron a formar parte del cuerpo de conocimiento de la criminología.
Así, en 1925 se celebró en Londres el Congreso Penitenciario Internacional, en el que se declaró que todos los criminales debían ser sometidos a exámenes físicos y mentales.
A lo largo de las décadas siguientes, se comenzaron a abrir centros de criminología clínica en todo el mundo. Algunos de los más importantes fueron el de San Quintín (EE. UU., 1944), Roma (Italia, 1954), Madrid (España, 1967) y Toluca (México, 1966).
Métodos en criminología clínica
La criminología clínica presenta varios objetivos principales a la hora de estudiar por qué una persona comete actos delictivos.
Entre estos destacan conocer las motivaciones del sujeto, diagnosticar por qué ha cometido un crimen, proponer un tratamiento para evitar problemas similares en el futuro y evaluar los cambios producidos por la intervención una vez que esta se haya producido.
Para ello se utiliza una serie de herramientas y procedimientos que permiten al criminólogo extraer la máxima información posible sobre el delincuente y los factores relevantes para el caso. A continuación veremos algunos de los procedimientos más importantes.
Estudio del expediente
Para entender qué ocurre en la mente de un criminal, lo primero que hay que hacer es estudiar sus antecedentes penales y los tipos de delitos que ha cometido previamente.
No es lo mismo una persona que solo ha actuado en contra de la ley una vez de manera aislada, que alguien que rompe las normas de manera repetida.
Análisis de los informes
Durante un proceso legal, se realizan todo tipo de informes psíquicos, sociológicos y biológicos del imputado. Por ello, un criminólogo clínico que quiera conocer más sobre esta persona revisará todo el conocimiento recopilado por los expertos durante este proceso.
Así, por ejemplo, un especialista puede examinar diversos test de personalidad o inteligencia, exámenes médicos y la historia familiar del sujeto.
Entrevista
Una de las formas más sencillas de conocer más información sobre un delincuente es simplemente entrevistándolo.
Esta entrevista suele entrar dentro de la categoría de entrevista semiestructurada; es decir, algunas de las preguntas más relevantes estarán preparadas de antemano, dejando cierta libertad a la improvisación.
Estudio clínico del sujeto
Si todos estos procedimientos no fuesen suficientes, el criminólogo clínico podría aplicarle al sujeto otras técnicas como test de personalidad o pruebas psicológicas.
También podría realizar una observación del delincuente en su día a día, así como entrevistarse con personas cercanas a él para recopilar más información.
Principales exponentes
Los autores más influyentes dentro de la criminología clínica fueron los pertenecientes a la Escuela Italiana. Entre ellos destacan Cesare Lombroso, Enrico Ferri, y Raffaele Garofalo.
Cesare Lombroso
Fue uno de los fundadores de la Escuela Italiana. Lombroso fue el principal impulsor de la aplicación práctica de la patología.
Su libro Tratado antropológico experimental del hombre delincuente, que se publicó en 1876, fue uno de los más influyentes para el desarrollo de la criminología moderna.
Su principal aportación fue la clasificación de los criminales en seis tipos distintos, en función de diferentes datos antropométricos que recopiló en sus estudios.
Estas ideas se volvieron muy polémicas en su campo en los años posteriores, pero aún siguen siendo ampliamente aceptadas.
Enrico Ferri
Discípulo de Lombroso, Ferri decidió centrarse en el estudio de los factores sociales que llevan a la persona a cometer un crimen en lugar de los biológicos. Fue un gran estudioso del método científico y su aplicación, y trató de desarrollar distintos métodos para prevenir el crimen.
Por otra parte, fue fundador de la revista Scuola Positiva, además de ser considerado el fundador de la sociología criminal.
Raffaele Garofalo
Garofalo, el tercer autor más importante de la Escuela Italiana, se encontraba a medio camino entre las ideas de los otros dos. Creía que tanto los factores biológicos como los sociales tenían una gran importancia en el desarrollo de una personalidad criminal.
Sus esfuerzos se centraron en encontrar el “delito natural”; es decir, en aquellas acciones que han sido consideradas delito a lo largo de la historia por todo tipo de culturas y sociedades.