Fomentar la lectura en niños y jóvenes con estrategias efectivas es extremadamente importante para que adquieran el hábito de leer y no pierdan el tiempo en actividades improductivas. Esto les ayudará a su formación y convertirse en personas más educadas y cultas.
Una de las cosas que parece preocupar hoy en día a padres y profesores es que los niños y adolescentes leen cada vez menos. El tiempo libre de los niños queda ocupado de manera frecuente por actividades extraescolares y sobre todo, por el uso de la televisión y las nuevas tecnologías. El ordenador, los videojuegos, la televisión, la tablet… son herramientas que han robado ahora protagonismo a los libros.
Además, también es alarmante la poca curiosidad e interés que los niños y jóvenes muestran, de modo general, por la lectura. A veces les resulta aburrido y acaban realizándolo por obligación y sin disfrutar la lectura.
¿Por qué es fundamental fomentar la lectura y el hábito lector?
Es importante desarrollar el gusto por la lectura y el hábito lector dados los beneficios que tiene la lectura para el individuo. Un aspecto imprescindible de la lectura es que resulta una vía fundamental para el acceso a la cultura.
La lectura, de modo instrumental, permite a los alumnos el aprendizaje escolar. Dominar la lectura es un requisito imprescindible para poder llevar hacia delante el resto de las materias escolares.
Por eso, en muchos estudios se ha encontrado una correlación entre la competencia lectora y el rendimiento académico. Otros estudios han relacionado el rendimiento académico de los alumnos y su afición por la lectura, que se ha medido a través de los hábitos lectores.
Además, hay otros muchos beneficios que los niños pueden encontrar en la lectura. Es divertida, amplía el conocimiento, permite vivir historias nuevas, desarrollar la imaginación y acerca a realidades que no se podría conocer de otro modo.
La lectura es una fuente de placer, de imaginación, fantasía y saber, conocimiento e información. Realmente, conseguir individuos lectores debería ser un objetivo principal de la educación de los niños y jóvenes, dado que este será uno de los aprendizajes fundamentales para el resto de su vida.
11 estrategias para fomentar la lectura
Leer
La regla de oro para conseguir el gusto por la lectura en los niños es que vean a sus modelos principales leer. Los hábitos lectores de los padres influyen en los de sus hijos.
Las actitudes y los hábitos de los padres influyen en la adquisición de las actitudes y hábitos de sus hijos. De ahí que sea importante que los padres lean y disfruten con la lectura para que los niños lo interioricen.
El gusto por leer es algo que los niños aprenden en su casa cuando sus padres dedican tiempo a leer y disfrutan con los libros. El principal factor a tener en cuenta en la formación del hábito lector es el comportamiento y la actitud de disposición a la lectura de la familia.
Ello no significa, sin embargo, que la escuela no tenga ningún papel en todo esto. La escuela (la educación formal) se ha asociado siempre con la lectura. Y también las experiencias y los modelos que los niños observan aquí repercutirán en su actitud hacia los libros.
Distintas investigaciones han puesto de manifiesto que cuando se fomenta la lectura en los niños o cuando los niños ven que sus padres leen, ellos presentan mayores hábitos lectores.
Ofrecer la lectura como una alternativa de ocio divertida
Para que tu hijo pueda ver la lectura como algo divertido, ofrécele actividades donde pueda comprobarlo. Las actitudes que se muestran hacia la lectura se traducen necesariamente en ofrecer la lectura como una alternativa de ocio divertida, donde la lectura y los libros son el aspecto central.
Distintos estudios han demostrado que el hábito lector está más desarrollado entre aquellas personas que tienen la lectura como un elemento esencial en su tiempo de ocio.
Hay diversas actividades donde las historias tienen un papel clave: por ejemplo, acudid juntos a las bibliotecas públicas, que tenga el carnet de lectura, asistir a los cuentacuentos que muchas veces realizan de manera gratuita, observar si hay grupos de lectura, concursos literarios, ferias del libro…
Acudir a obras de teatro o musicales es otro modo de animación a la lectura. Y algunas películas basadas en libros también. Las actitudes positivas hacia la lectura por parte de la familia predice la habilidad lectora de los niños y adolescentes.
Es importante que la lectura esté presente en las actividades que ocupan el tiempo de ocio en familia para que el niño lo integre como una alternativa de ocio.
Compartir ratos de lectura con tu hijo
Además de leer padres e hijos por separado, es importante prever momentos para que los miembros de la familia puedan leer juntos. El niño irá desarrollando su hábito lector y escogiendo los libros que más le gusten para ir iniciándose en la lectura.
Pero es importante que dediques un rato en exclusiva para que leáis y comentéis juntos la lectura. Ese tiempo juntos, que también es tiempo de ocio, permite comprender y reflexionar acerca de historias y conocimientos a los que el niño no podría acceder de otro modo.
Hay que buscar un rato para leer todos los días
Una de las cuestiones por las que se dice no leer es “por falta de tiempo”. Es importante encontrar un momento al día para leer aunque sea unas páginas. Estamos hablando de formar un hábito, y para ello es imprescindible tener una rutina y ser constantes en la lectura.
Reservar un espacio en el hogar para la lectura
Una buena opción es tener un lugar en casa para la biblioteca familiar y para poder tener los libros. Se le puede animar a tener su propia biblioteca y es importante que tenga los libros a su alcance. Que pueda coger los libros cuando desee y pueda sentarse a leer voluntariamente.
Se puede dedicar una zona cómoda y silenciosa para que pueda leer.
Regalar libros
Los libros también son un buen regalo. Muchas veces regalamos ropa o juguetes, pero regalar libros puede ser una opción buenísima.
Puedes aprovechar ocasiones señaladas como el cumpleaños o Navidad, pero también puedes aprovechar otras situaciones para regalar libros.
Cuando vais de viaje a algún sitio, podéis seleccionar una guía del lugar. Si el niño está interesado en algunos temas (el espacio, el cuerpo humano…) acudir a una librería (o biblioteca) y elegir un libro sobre esa temática también resulta una opción idónea.
Adaptar el libro a las características de tu hijo
Si queremos que el niño lea, los libros tienen que estar adaptados a él, “hechos a medida”. Cuando una persona lee, encuentra libros que le gustan, que no le gustan, que le hacen pensar, que quiere volver a leer… Todo ello forma parte de leer, pero es importante no forzar al niño. Respetar sus gustos.
Los libros tienen que ser adaptados a su edad, que no sean muy fáciles para él (es decir, de edades inferiores, porque la temática no será apropiada) ni tampoco muy difíciles (corremos el riesgo de que no lo comprenda y prefiera dejarlo).
Los libros que pueden ser más complicados podemos escogerlos para leerlos juntos y así poder comentarlos. La lectura tiene que formar parte del estilo de vida de la persona y tiene que basarse en sus preferencias y en las necesidades que presente.
Adaptarnos a sus características implica estar atentos a los intereses que muestra para llegar a ellos a través de los libros.
Los libros tienen que ser divertidos
Algunas encuestas realizadas al público infantil ponen de manifiesto que los niños leen más que los adultos. Sin embargo, cuando vamos al interés por la lectura, las cifras son alarmantes. Los niños leen, pero por obligación.
Es importante tener en cuenta que la lectura tiene que ser placentera y que tenemos que esforzarnos y poner empeño para ofrecer a niños y jóvenes un ambiente que propicie el interés por la lectura.
De nada sirve obligar a los niños a leer. Si leen por obligación, cuando tengan oportunidad dejarán de hacerlo, y el efecto que habremos generado en ellos es el contrario al deseado.
Leer no tiene que ser un castigo. Leer debe ser divertido. Para ello, es necesario que les resulte atractivo y no sea un mero instrumento curricular que es obligatorio realizar en la escuela.
En la variedad está el gusto. ¡Diversidad de lecturas!
En la lectura encontramos infinidad de variedad. Aunque no debe obligarse a los niños a leer de todo, sí es importante animarles a que conozcan la variedad y a que lo tengan a su alcance.
Los niños deben tener a su alcance cuentos, álbumes ilustrados, cómics, historietas, novelas de distintos géneros. La diversidad favorecerá que sea curioso y le ayudará a discernir sus propios intereses. Todo ello le permitirá animarse y conocer otros mundos.
Realizar actividades de animación a la lectura
Para fomentar el hábito lector y desarrollar el interés por la lectura no necesariamente se ha de leer. Se deben favorecer y fomentar distintos aprendizajes en los niños. Hay que replantearse la lectura y la escritura en la enseñanza.
La lectura se puede vivir y experimentar no solo de manera instrumental sino también de forma creativa y recreativa. Hay muchos juegos lectores que pueden hacerse: crear poesías, hacer talleres de escritura, jugar con rimas, adivinanzas, dramatizaciones, libro-fórum…
Se pueden reinventar cuentos, cambiar el final a los relatos, hacerlos del revés… Todo ello implica ofrecer escritura creativa que permita aprender e interesarse por la lectura desde otro punto de vista.
Se trata de generar placer, por lo que se debe leer pero también pensar en actividades atractivas que permitan al niño o adolescente penetrar en el mundo de la lectura.
Por ejemplo, también se puede acceder a la lectura a través de las recetas de cocina (preparar galletas o una tarta), y ayudarle a buscar la receta y a leerla como proceso natural de la dinámica establecida.
Crear situaciones de comunicación
Una alternativa para despertar el gusto por la lectura es crear situaciones donde invites a tus hijos a que se expresen sobre la lectura. Puedes comentar lo que has leído, lo que te ha gustado, lo que admiras de un libro… Puedes preguntarles a ellos acerca de sus gustos, del libro que han leído.
Cuando leas con ellos, muéstrate atento a las reacciones que presenta. Esto te permitirá después comentar con ellos ciertas partes de la lectura.
Explica las palabras que no comprenden, es una manera muy útil de ampliar el vocabulario. Cuando acabe la lectura, puedes preguntar sobre los personajes, qué final podría haber sido el alternativo, qué piensan que podrá pasar luego…
¿Cómo debe ser la animación a la lectura?
La familia constituye el lugar donde los niños se desarrollan de manera social y psicológica. Es el primer agente de socialización.
Las normas, los valores, las actitudes frente al mundo que afectan su desarrollo y la forma de ver el mundo se adquieren fundamentalmente en el hogar, a través de sus padres.
Las encuestas indican que los niños leen, pero no por interés, más bien por obligación. Las nuevas tecnologías y otras ofertas de ocio están ganando terreno a la lectura. Hemos de esforzarnos para que la lectura sea una alternativa de ocio interesante y divertida para ellos.
La animación a la lectura debe formar parte de un programa global y continuado, donde todos los agentes que inciden en el desarrollo del niño actúen en la misma dirección. La animación debe ser voluntaria. El niño tiene que querer participar de la lectura para no generar el efecto contrario al deseado.
Además, debe ser activa. La lectura es activa y dinámica, el niño escucha, lee, juega a partir de todo lo que descubre mediante la lectura. Tiene que participar en el proceso.
Desarrollar programas de animación a la lectura donde se tenga en cuenta la edad de los participantes, conocer sus hábitos lectores, colaborar familias, bibliotecas, bibliotecarios, asociaciones culturales… Es una opción muy buena para desarrollar el hábito lector.
Leer es un proceso complejo donde no solo intervienen factores cognitivos y lingüísticos, también contextuales o ambientales, que son fundamentalmente los que facilitan la adquisición de la lectura.
La familia es quien ejerce una influencia más clara y directa en la motivación lectora de los niños y el placer por los libros se despierta mediante la motivación y el interés.
Referencias
- Jiménez Martínez, L. La animación a la lectura en las bibliotecas. La construcción de un camino hacia la lectura. Boletín de la Sociedad Andaluza de Bibliotecarios.
- Molina, L. Lectura y educación: los hábitos lectores y su repercusión académica en Educación Secundaria Obligatoria. Ocnos.
- Salazar, S. y Ponce, D. Hábitos de lectura. Instituto del libro y de la lectura.