Entre las principales acciones locales y globales para preservar el ambiente, se pueden mencionar reducir el consumo de agua, promover el reciclaje, reducir el consumo de combustibles fósiles o preservar los bosques tropicales.
El modelo económico actual ha promovido un desarrollo acelerado, con el uso voraz e irracional de los recursos naturales, a velocidades mucho mayores que las de su posible reposición. No solo se agotan los recursos, sino que también se vierten al ambiente grandes cantidades de productos tóxicos contaminantes que afectan todas las formas de vida.
Este modelo económico ha generado problemas ambientales graves, algunos de ellos ya irreversibles. Como efectos nocivos de la actividad humana sobre el planeta, podemos citar:
- El calentamiento global.
- La acidificación de los océanos.
- La contaminación por plásticos no biodegradables.
- La destrucción de la capa de ozono.
- La destrucción de los bosques del mundo.
- La degradación de los suelos.
- La contaminación de aguas (superficiales y subterráneas).
Es evidente que se requieren estrategias de sustentabilidad para el manejo de los recursos naturales para preservar el ambiente del planeta, único hogar de la especie humana y de las formas de vida conocidas.
Las medidas a implementar deben ser de alcance global, y ejecutadas por los gobiernos de los países, pero también cada ciudadano puede ejercer acciones personales individuales en pro del ambiente.
Acciones locales para preservar el ambiente
A continuación mencionamos 8 acciones que se pueden implementar a nivel individual con el fin de colaborar con la preservación del ambiente:
Disminuir el consumo del agua
Para usar de manera eficiente el agua, se deben tomar duchas breves, evitar el uso de bañeras, usar WC secos, optimizar el proceso de lavado de vajillas y de ropa, entre otros.
Economizar la energía eléctrica
Esto puede lograrse incorporando paneles solares u otro tipo de sistema de generación de energía limpia en la casa y lugar de trabajo. A su vez, se debe disminuir el consumo energético empleando conscientemente electrodomésticos y bombillos ahorradores que no sean contaminantes.
Disminuir nuestra huella de carbono
Disminuir aquellas actividades en las cuales se generen emisiones de CO₂. Por ejemplo, podemos evitar el procedimiento innecesario y contaminante de “calentar los motores de los automóviles” y procurar movilizarnos en forma no contaminante, sea en bicicleta o caminando.
El uso de transporte público, en lugar del auto particular, resulta la mejor opción para recorrer trayectos importantes.
Proteger los árboles
Se debe reducir el uso de papel y objetos de madera al mínimo indispensable, puesto que así reducimos la deforestación para su producción. Por otra parte, como ciudadanos, debemos organizar y participar en acciones de reforestación y proteger los bosques cercanos, siendo garantes de su conservación.
Informarnos sobre el consumo responsable
Actualmente, existe mucha información disponible sobre los procesos de generación de los bienes y servicios que disfrutamos y sus impactos ambientales. También existe información sobre la disposición final de los bienes consumidos y las sustancias tóxicas y contaminantes que liberan al ambiente.
Cada ciudadano es también consumidor y con sus elecciones apoya sistemas, empresas y procesos específicos. Por esto, debemos estar informados sobre las consecuencias ambientales de nuestras elecciones de consumo.
Por ejemplo, si aumentamos el consumo de productos locales, disminuimos nuestra huella de carbono generada por el transporte (en vehículos, aviones o barcos) de esos productos desde lugares remotos.
Si aumentamos el consumo de productos naturales, lo menos procesados y empaquetados posible, disminuimos nuestra generación de desechos plásticos al ambiente y favorecemos la reducción de estos envoltorios en el mercado a mediano y largo plazo.
Para explorar estos temas y alternativas de acciones que podemos implementar para cuidar el ambiente, se recomienda investigar sobre el movimiento mundial denominado Cero Desechos (en inglés: Zero Waste), la agroecología y la permacultura.
No quemar basura
Quemar basura genera dióxido de carbono, que se libera a la atmósfera. Además, puede haber desechos plásticos, que son mucho más tóxicos cuando se queman.
Clasificar los desechos
Es importante colaborar con las autoridades al desechar y clasificar la basura adecuadamente: por un lado, desechos orgánicos, por otro plásticos, y aparte papeles y cartones. Colocar en los contenedores adecuados todos los objetos de vidrio.
Utilizar bolsas ecológicas
Al ir de compras, evitar en lo posible las bolsas de plástico. Es siempre mejor emplear bolsas de tela o ecológicas para guardar la compra. Así, se gasta menos y no se incentiva la producción de más bolsas de plástico.
Acciones globales para preservar el ambiente
A continuación se señalan algunas acciones necesarias para la preservación ambiental:
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
La reducción de los GEI y la preservación de sus sumideros naturales, permitiría restablecer el equilibrio natural atmosférico y detener los devastadores efectos ambientales del calentamiento global.
Una medida de mitigación del efecto invernadero generado por los GEI, sería sustituir el uso de combustibles carbonados como fuente de energía por otras fuentes renovables no contaminantes, como la energía solar, eólica, mareomotriz, olamotriz y geotérmica.
Esta medida es de carácter urgente, pero su implementación resulta difícil, pues afectaría intereses económicos globales. Por esto, es indispensable la comprensión general sobre las fuentes y los efectos de los GEI.
Eliminar la fabricación y uso de productos no biodegradables o no reciclables
Los productos no biodegradables contienen compuestos llamados xenobióticos, o compuestos químicos ajenos a la naturaleza, y que, por tanto, ninguna forma de vida descomponedora (hongos o bacterias) puede degradar a sustancias sencillas, asimilables por el resto de los organismos en las cadenas tróficas.
En la actualidad existe el gran problema generado por la acumulación de plásticos en “islas” de gran extensión que se han formado en el océano terrestre. Estos plásticos son confundidos por aves y peces como alimentos y mueren al ingerirlos, por asfixia y obstrucciones digestivas.
Adicionalmente, los plásticos, al sufrir fragmentación mecánica, emiten compuestos orgánicos volátiles tóxicos y gases de efecto invernadero (como dióxido de carbono) a la atmósfera.
Actualmente, se está desarrollando investigación en nuevos materiales biodegradables para sustituir a los plásticos no degradables.
Eliminación del uso de agroquímicos y fertilizantes contaminantes
Existe la necesidad de adoptar prácticas agrícolas que no sean tóxicas para humanos y todas las demás formas de vida, y que no contaminen suelos y aguas.
Es necesario promover la utilización de abonos orgánicos en lugar de los fertilizantes de origen petroquímico y sustituir los agroquímicos tóxicos, como los herbicidas y biocidas (plaguicidas y fungicidas), por sustancias de probada inocuidad.
La implementación de prácticas agroecológicas y de permacultura, son alternativas que permiten la sustentación de las necesidades humanas con la producción de un mínimo impacto ambiental.
Eliminación total del uso de compuestos clorofluorcarbonados (CFC)
Los compuestos CFC sufren descomposición fotoquímica en la estratosfera, mediada por la radiación ultravioleta procedente del Sol. Esta descomposición genera cloro en forma atómica, el cual es muy reactivo y provoca la destrucción del ozono (O3).
La capa de ozono de la estratosfera funciona como escudo protector contra la radiación ultravioleta de alta energía, causante de daños celulares en todas las formas de vida, y particularmente cáncer en los humanos.
Los compuestos CFC se emplean como propulsores de aerosoles y como gases de refrigeración. En 1987, gran parte de los países industrializados fue signataria del Protocolo de Montreal, donde se establecían metas para reducir su producción y su eliminación total en el 2000. Este compromiso mundial no se ha cumplido por razones económicas.
Preservar los grandes bosques tropicales
Los bosques lluviosos tropicales son los grandes sumideros de CO₂ del planeta, pues absorben este gas, y mediante la fotosíntesis retornan oxígeno a la atmósfera. Hay países que incentivan y premian a los propietarios de tierras forestales que ayudan a conservar los bosques y que adopten actividades de bajo impacto ambiental.
Promoción del uso de vehículos eléctricos
Muchos gobiernos, sobre todo los europeos, implementan facilidades económicas para comprar vehículos eléctricos. Asimismo, se han comprometido a incrementar la infraestructura para la recarga a lo largo de las carreteras.
Rebajas impositivas a quienes utilizan energías limpias
Muchos países rebajan la carga de impuestos a aquellos ciudadanos que deciden utilizar paneles solares o cualquier otra fuente de energía, en lugar de la convencional.
Premiar la agricultura orgánica
Numerosas naciones implementan ayudas a la agricultura orgánica, de modo de abaratar los costos y hacerla accesible a una mayor población. Eso redunda no solo en prácticas menos agresivas hacia el planeta, sino también en una mejor salud de las personas.
Referencias
- Arrow, K.J. and Fisher, A.C. Environmental Preservation, Uncertainty and Irreversibility. The Quarterly Journal of Economics.
- Gould, S.J. The Golden Rule: A Proper Scale for Our Environmental Crisis. In: The Earth Arround Us. Maintaining a Livable Planet. Jill Schneiderman. Taylor & Francis Group.