¿Qué es el cuidado del agua?
El cuidado del agua es el uso racional que hacemos los seres humanos de este recurso renovable tan necesario y delicado para nuestra vida en la Tierra. Se refiere al mantenimiento y protección de todas las fuentes de agua limpias y aptas para el consumo, no solo para el ser humano sino para todas las formas de vida que hay en el planeta.
El valor del agua
El agua está en todas partes: cubre el 75% de la superficie de la Tierra en forma de mares y océanos; penetra en las masas continentales a través de innumerables ríos, y baña en forma de lluvia casi todo el planeta.
Pero, además, el agua es un compuesto imprescindible para la vida. Todos los seres vivos del planeta –animales, seres humanos, plantas, microorganismos– necesitan de ella para nacer y vivir.
Asimismo, el agua es un recurso imprescindible para el buen funcionamiento de las sociedades. A través de las centrales hidroeléctricas, proporciona la mayoría de la energía eléctrica que consumimos diariamente.
Se usa en grandes cantidades para producir los cereales y hortalizas que adquirimos en los supermercados y comemos en nuestra casa.
También la usamos para lavar y cocinar los alimentos, bañarnos y asearnos, regar las plantas, beber, limpiar nuestros hogares y las vías públicas. Es esencial para el funcionamiento del aire acondicionado y la calefacción.
Importancia del cuidado del agua
Aunque ya comprendemos que el agua es muy importante para la vida y la sociedad, quizá podríamos pensar que, habiendo tanta agua en el planeta, no hay necesidad de cuidarla o ahorrarla.
Debemos distinguir entre el agua salada, el agua dulce y el agua potable.
Agua salada, dulce y potable
La del primer tipo tiene una alta concentración de sal (cloruro de sodio) y no es apta para el consumo humano ni para generar electricidad ni limpiar el hogar. El 97% del agua del planeta pertenece a este tipo.
El agua dulce es la que no tiene sal y, por tanto, es insípida al gusto. Se encuentra en ríos y lagos. Tampoco es apta para el consumo humano, pero sirve para generar energía eléctrica y para las labores del hogar. Solo el 3% del agua del planeta es dulce.
El agua potable es la que se puede beber sin peligro de contraer enfermedades, es decir, que no está contaminada. No existe naturalmente en la naturaleza, sino que se obtiene al someter el agua dulce a tratamiento mediante procedimientos químicos.
Solo el 1% del agua dulce puede ser convertida en potable, puesto que el restante 2% se encuentra en depósitos subterráneos de difícil acceso.
Escasez de agua
Así, pues, en realidad únicamente contamos con una pequeña parte de la totalidad del agua en la Tierra para satisfacer nuestras necesidades. Solo esta sería ya razón suficiente para cuidar el agua, pero hay muchas más.
El agua disponible no está distribuida de manera uniforme en todo el planeta, de manera que mientras en algunos países el agua sobra, en otros se sufre escasez crónica de este importante líquido.
Durante los últimos 100 años la población mundial ha crecido aceleradamente; pero también, debido al desarrollo económico, se ha incrementado el consumo per cápita anual de agua.
Esto quiere decir que, además de que en la actualidad hay más gente en el mundo y, por tanto, se consume más agua, ha aumentado también la cantidad de agua que cada persona consume al año.
Además, del agua disponible una parte se contamina a causa de los desperdicios industriales o arrojados por personas inconscientes. También, tanto en las industrias como en los hogares, se le despilfarra al emplear cantidades de agua mucho mayores a las necesarias para satisfacer las necesidades.
Las zonas del mundo más afectadas por la escasez de agua son el norte de África y el Medio Oriente. Otros muchos países también sufren escasez por no contar con la estructura adecuada para extraer y distribuir suficiente agua de los ríos y acuíferos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 40% de la población mundial carece actualmente de acceso suficiente al agua. La cifra equivale a 2.400 millones de personas.
Recomendaciones para cuidar el agua
Según datos de la Fundación AQUAE, el agua empleada en labores domésticas representa el 80% del consumo total en las grandes ciudades. Así, pues, nuestros propios hogares constituyen el escenario ideal para poner en práctica hábitos de cuidado y ahorro del agua.
Algunos de estos hábitos son los siguientes:
No te olvides de cerrar el grifo
Ya sea que te estés lavando las manos o la cara, cepillando los dientes o afeitando, recuerda que no necesitas tener el grifo abierto mientras realizas estas acciones. Ciérralo. Solo necesitas el agua al principio y al final, para mojarte y para enjuagarte. Utilizar una mayor cantidad de agua es un desperdicio.
Esto mismo es aplicable a la ducha. Mientras te enjabonas el cuerpo o te lavas la cabeza, cierra el grifo. Al dejarlo abierto se desperdicia un promedio de 46 litros de agua.
Igualmente, toma duchas rápidas en lugar de utilizar una bañera. Esta última requiere 200 litros de agua; en cambio, una ducha de unos cinco minutos de duración consume alrededor de 50 litros.
Reduce el agua de la cisterna del inodoro
En realidad, la cantidad de agua que contiene la cisterna de un inodoro común es mucho mayor de la que realmente se necesita para echar los desechos por la cañería. Así, pues, cada vez que accionamos el inodoro despilfarramos agua.
¿Qué hacer? Hay dos opciones. La primera es cambiar la cisterna del inodoro por otra más pequeña, de seis litros, suficiente para cumplir con su función. Las cisternas de los inodoros comunes tienen una capacidad de 16 litros, así que ahorraríamos 10 litros de agua cada vez que lo utilizamos.
La segunda opción es colocar dentro de la cisterna botellas de plástico llenas de agua. Esta es una manera de reducir la capacidad del inodoro.
Sácale partido al lavavajillas
Si tienes lavavajillas en casa, no dejes de usarlo: utiliza solo 52 litros de agua para lavar una carga completa de trastos, en comparación con los 88 que emplea la persona promedio.
Si no tienes lavavajillas, lo mejor es no lavar plato por plato, sino enjabonar todos los trastos de una sola vez (con el grifo cerrado) y luego enjuagarlos.
No botes sustancias contaminantes por el desagüe
Hay sustancias, como el aceite comestible, el líquido de frenos y los anticongelantes que son altamente contaminantes. No te deshagas de ellos echándolos por los desagües, pues irán a parar a fuentes de agua, dañándolas.
Más bien almacénalas en botellas de plástico reciclables y llévalas a un punto verde o punto limpio.
Referencias
- Fundación Aquae (s/f). Consejos para cuidar del agua. Tomado de fundacionaquae.org.
- Hofste, R.W.; Reig, P. y Schleifer, L. (2019). 17 Countries, Home to One-Quarter of the World’s Population, Face Extremely High Water Stress. World Resources Institute. Tomado de wri.org.
- Milne, S. (2021). Cómo la escasez de agua está provocando cada vez más guerras en el mundo. BBC News. Tomado de bbc.com.
- Naciones Unidas (2021). El agua, una fuente de desastres según su abundancia o escasez y dependiendo de la zona del mundo. Tomado de news.un.org.
- (s/f). Abordar la escasez y la calidad del agua. Tomado de es.unesco.org.