¿Qué es El Niño?
El fenómeno del Niño es un aumento excepcional de la temperatura de las aguas del océano Pacífico central y oriental frente a las costas peruanas. Se trata de un fenómeno climático producto de la interacción de la hidrosfera y la atmósfera que causa serios desequilibrios.
Este fenómeno climatológico ocurre con una frecuencia irregular que varía desde 1 a 6 años, desarrollándose por un período de 8 a 13 meses. Su nombre fue dado por los pescadores peruanos haciendo referencia al Niño Jesús, debido a que alcanza su mayor intensidad cercan de la Navidad.
También se ha denominado fase cálida de la Oscilación del Sur, por las variaciones de la presión atmosférica en el Pacífico subtropical del sur. En conjunto se refiere como el fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, en sus siglas en grafía inglesa).
El clima de La Tierra es un sistema complejo y por tanto las consecuencias del fenómeno del Niño se reflejan en diversos sitios del planeta. En términos generales, provoca precipitaciones excepcionalmente altas en las áreas cercanas al fenómeno y fuertes sequías en otras zonas.
Se tiene conocimiento del fenómeno del Niño desde el siglo XVI, habiendo ocurrido eventos calificados como muy fuertes en al menos 10 años. El primer fenómeno del niño muy fuerte ocurrió en 1578, y más recientemente en los años 1877-1878, 1982-1983 y 1997-1998.
Causas de El Niño
Es producto de la interrelación de varios fenómenos que incluyen corrientes de marea ecuatoriales, el debilitamiento de la surgencia y la célula de Walker.
Régimen de vientos y corrientes regulares
Normalmente en el océano Pacífico subtropical la rotación de la Tierra empuja a los vientos alisios desde el sureste al noroeste (efecto Coreolis). Dichos vientos generan corrientes marinas desde el este hacia el oeste, que luego se desvían al sur.
Estos vientos al llegar al Pacífico occidental de aguas más calientes, se elevan y el vapor de agua que portan se condensa y precipita. Una vez secos retornan al este, hacia Sudamérica, conformando este ciclo la célula de Walker.
La corriente marina que viene del suroeste hacia el este, es de aguas frías más densas y al chocar con la costa de Sudamérica se mueve en sentido sur-norte (corriente de Humboldt o del Perú). A la altura de la costa peruana, la corriente de aguas frías profundas choca con la plataforma continental y asciende.
Esas aguas son frías y disminuyen la temperatura superficial en 7 a 8 ºC, además de aportar nutrientes de los fondos marinos. Este fenómeno se conoce como afloramiento de aguas marinas o surgencia.
Esto determina un desequilibrio de temperatura del agua entre el Pacífico occidental y el oriental. En el occidente las aguas son más cálidas, con temperaturas mayores a 30 ºC y en el oriente son más frías, entre 17 y 19 ºC.
Además, se generan altas presiones en el este y bajas presiones en el oeste, definiendo la fuerza de los vientos alisios.
Alteración del patrón de mareas
En la ocurrencia del fenómeno del Niño se rompe el desequilibrio regular entre el Pacífico occidental y el oriental. Esto es por el calentamiento inusual de las aguas superficiales (primeros 100 m) en el Pacífico central y oriental frente a las costas peruanas.
Una de las causas de este fenómeno es la alteración de las corrientes de marea ecuatorial que transportan mayor cantidad de agua cálida desde Panamá hacia Perú. Esas aguas cálidas se superponen a las aguas frías de la corriente de Humboldt, debilitando el afloramiento de aguas frías profundas.
Calentamiento global
Actualmente se agrega el efecto del calentamiento global por el incremento del efecto invernadero, debido a la emisión antrópica de gases que lo promueven. El aumento de la temperatura promedio del planeta afecta también a las temperaturas oceánicas.
De igual manera el derretimiento de los hielos en la Antártida agrega agua y afecta a la corriente de Humboldt.
Ruptura del desequilibrio normal de temperatura del agua
Todos estos factores ocasionan que las aguas superficiales del Pacífico oriental se calienten, alterándose el patrón normal de la termoclina de 20 ºC. Esta es la línea imaginaria que separa la zona de aguas cálidas de las frías en función de la profundidad.
Por lo general, en el Pacífico occidental las aguas son más cálidas hasta más profundidad, mientras que en el oriente las aguas son frías. Durante el fenómeno del Niño la termoclina de 20 ºC logra un equilibrio que es casi simétrico entre occidente y oriente por lo que ambas regiones presentan aguas superficiales cálidas.
Debilitamiento de la célula de Walker
Al calentarse las aguas superficiales en el Pacífico oriental por los aportes del norte, el aire sobre el mar se calienta y eleva. Esto produce una zona de baja presión atmosférica, lo cual debilita a los vientos alisios que soplan desde esta zona hacia el oeste.
Estos vientos son los que regularmente arrastran las aguas superficiales calientes hacia el oeste (Indonesia), por lo que al debilitarse se forma una zona de calma y el agua se calienta aún más.
Ondas Kelvin
En condiciones regulares las altas temperaturas del agua en el Pacífico occidental provocan una dilatación del agua aumentando su nivel. Es decir que el nivel del agua en el Pacífico occidental es mayor que en las costas suramericanas, aproximadamente 60 cm más alto.
Al alterarse la termoclina por el calentamiento de las aguas del Pacífico oriental, se eleva el nivel del agua en esta zona. Esto, unido al debilitamiento de los vientos alisios, provoca que parte de las aguas calientes del occidente se desplacen hacia el oriente.
Por tanto, se producen ondas de agua en sentido oeste-este a las cuales se denomina ondas Kelvin. Esto contribuye a su vez a un incremento adicional de la temperatura del agua en el Pacífico oriental.
Consecuencias
Alteraciones de los efectos de la corriente del Perú y disminución de la pesca
Las costas peruanas están entre las zonas de pesca más ricas del planeta, relacionado con el afloramiento de aguas frías. La corriente de Humboldt o del Perú arrastra aguas frías desde el polo sur al ecuador.
Asimismo, las corrientes de aguas frías profundas que ascienden, aumentan los nutrientes depositados en los fondos marinos. Por esto, las capas superficiales se ven enriquecidas con nutrientes que promueven la llegada de grandes cardúmenes de peces.
En estas zonas se genera el calentamiento de las aguas en esta zona y por tanto disminuye el efecto de la surgencia de aguas profundas. Esto a su vez disminuye la provisión de alimento y los cardúmenes se alejan de la zona, afectando la pesca.
Lluvias e inundaciones excepcionales
El calentamiento de las aguas del Pacífico oriental frente a las costas peruanas provoca un aumento de la evapotranspiración en el área. Esto a su vez trae como consecuencia un aumento de la cantidad e intensidad de las precipitaciones.
Las precipitaciones excepcionalmente intensas provocan deslaves e inundaciones, que traen como consecuencia incluso la muerte de seres humanos y animales. De igual forma, se ven afectadas plantas silvestres y cultivos e infraestructuras como carreteras y edificaciones.
Lluvias beneficiosas
En algunas áreas, el exceso de lluvias excepcionales consecuencia de el fenómeno del Niño reducen los efectos de las sequías. Esto trae beneficios a la agricultura y a la disponibilidad de agua potable.
Problemas de salud pública
El exceso de lluvias y las inundaciones favorecen los brotes de ciertas enfermedades, tales como cólera y diarreas, entre otras.
Sequías
En algunas regiones se produce una sequía excepcional, como por ejemplo en Australia e India. Esto implica también pérdidas de cultivos, fuentes de agua potable, aumento de la desertificación y la ocurrencia de incendios.
Incendios forestales
Se ha establecido una correlación entre el fenómeno del Niño y el incremento en la frecuencia de los incendios forestales, así como su intensidad. Esto se encuentra asociado a las fuertes sequías que produce este fenómeno climático en algunas regiones.
Variaciones del nivel del mar y cambios en las temperaturas marinas
El agua al calentarse se expande y por tanto el nivel del mar en el Pacífico oriental aumenta con relación al resto del océano. En el evento del Niño de 1997, el nivel del mar en la zona ecuatorial se incrementó hasta 32 cm.
Aumento de temperatura y pérdida de arrecifes de coral
La temperatura del agua en el océano puede aumentar hasta 2 ºC por encima de las máximas normales. Esto, entre otras cosas, afecta negativamente la supervivencia de los arrecifes de coral, especialmente en el océano Pacífico.
Agricultura y cría
Las actividades agrícolas y pecuarias son de las más afectadas por la ocurrencia del Niño, dada la dependencia de factores cíclicos de estas actividades. Los cultivos y animales se ven afectados tanto por el déficit como por el exceso de agua según sea el caso.
Esto causa que los cultivos se pierdan por el retraso de las lluvias o por lluvias torrenciales que alteren la floración o la polinización.
Pérdida de suelo agrícola
Por otra parte, las lluvias torrenciales provocan el arrastre de la capa superficial del suelo erosionándolo y provocando su pérdida.
Desequilibrios económicos
Este fenómeno climático causa fuertes pérdidas económicas en diversos países, pero puede traer beneficios en otros. En el primer caso, las inundaciones y deslaves provocan la destrucción de vías de comunicación e infraestructura.
De igual forma se incrementan problemas de salud relacionados con estas catástrofes y con el repunte de plagas y enfermedades. También la pérdida de cultivos implica pérdidas económicas importantes, lo cual a su vez impacta hacia el alza en los precios de los productos.
Por ejemplo, la sequía implica una disminución de la producción de leche, determinando el alza del precio de esta y sus derivados. Por otra parte, en algunas regiones que se ven beneficiadas por una mayor provisión de agua, se potencia la actividad agrícola.
Ventajas
El fenómeno del Niño puede traer algunas ventajas que se relacionan con la alteración de diversos factores a nivel local. Por ejemplo, para algunas zonas implica un aumento de la provisión de agua con las consecuencias favorables que de esto derivan.
También existen algunas enfermedades y plagas que pueden disminuir su incidencia al disminuir o aumentar la humedad ambiental.
Provisión de agua
En algunas zonas donde son frecuentes las sequías, el fenómeno del Niño puede producir un exceso de lluvias que traen beneficios a la agricultura y cría. De igual forma, acuíferos disminuidos se ven recargados por esta provisión inesperada de agua.
Enfermedades y plagas
El desarrollo de enfermedades y plagas depende de factores ambientales determinados, en cuanto a humedad, temperatura y otros. De tal forma que la alteración de estos factores puede provocar tanto el aumento como la disminución de su ocurrencia.
Alteraciones climáticas positivas
Las condiciones del clima para las personas puede mejorar como consecuencia del Niño. Por ejemplo, inviernos menos rigurosos y más húmedos, como sucede en algunas áreas de los Estados Unidos, implicando ahorros en calefacción en este país.
Igualmente lluvias que rompen una sequía prolongada como ocurrió en California con el niño de 2015, potenciando la agricultura.
Desventajas
En general, este fenómeno climático produce muchas desventajas para las personas, particularmente porque ocurre de forma irregular. Esto determina la dificultad de adecuar las actividades humanas a su ocurrencia, especialmente en el campo agrícola y pecuario.
Entre las desventajas que conlleva el niño están pérdidas económicas, incremento de precios de alimentos, incremento de enfermedades y pérdida de fuentes de agua.
Alteraciones climáticas negativas
En la mayoría de las regiones el fenómeno del Niño altera negativamente los patrones climáticos regionales. Tal es el caso de las sequías en el norte de Sudamérica, África, Australia e India, y el aumento de huracanes en el Pacífico.
Los Niños más fuertes de la historia
Se tiene conocimiento del fenómeno del Niño desde el siglo XVI, incluso de la ocurrencia de un evento calificado de muy fuerte en 1578. Tal como reseña el documento “Probanzas de indios y españoles referentes a las catastróficas lluvias de 1578 en los Corregimientos de Trujillo y Saña”.
Desde entonces han ocurrido al menos 10 eventos calificados como muy fuertes, siendo extremadamente fuertes los de 1877-1878, 1982-1983 y 1997-1998. En el presente siglo, el evento del Niño de 2015-2016 también alcanzó una intensidad considerable.
Intensidad en aumento
Datos obtenidos a partir de información paleoclimática y registros de las condiciones actuales, evidencian que los eventos del fenómeno del Niño se han hecho más marcados en los últimos 30 años.
El Niño en Perú
Perú sufre fuertes consecuencias debido a este fenómeno climático, debido a que se produce un aumento de las precipitaciones en cantidad e intensidad. Esto provoca frecuentes y devastadores deslaves e inundaciones con pérdidas humanas y económicas.
La industria pesquera peruana se vio seriamente afectada durante el Niño de 1972-1973, llegando casi al colapso. Mientras que en los eventos de 1982-1983 y 1997-1998 incurrió en pérdidas económicas superiores a 3.000 millones de dólares en cada período.
Como efecto positivo se tiene que el aumento de la humedad favorece la regeneración de los bosques costeros al norte del país.
El Niño en Ecuador
Ecuador, situado al norte de Perú, sufre efectos similares por el fenómeno del Niño, es decir un incremento considerable de las lluvias. Basta señalar que la media de precipitación en Ecuador ronda los 1.000 a 1.200 mm anuales, mientras que en los años Niño se duplica.
Incluso en eventos muy fuertes del niño, como el de 1982-1983, la precipitación anual casi se triplica (3.500 mm). En los eventos calificados como extremadamente fuertes (1982-1983 y 1997-1998), la temperatura media del océano en las costas ecuatorianas alcanzó los 35 ºC.
En este período del Niño los desastres socionaturales producto de las torrenciales lluvias y los deslaves causados fueron considerables. Por otra parte, la elevación de las temperaturas oceánicas afecta también las actividades pesqueras, tal como sucede con su vecino Perú.
El Niño en Colombia
Colombia se localiza en el noroeste de Sudamérica, área en la que el fenómeno del Niño provoca sequías. Estas sequías generalmente son muy severas, incluso con un evento del Niño moderado.
En el caso de eventos fuertes como el de 2015-2016, las consecuencias son graves, ocasionando una reducción de hasta 60 % en las precipitaciones. Entre otras se puede mencionar la drástica disminución del caudal de ríos en el período 2015-2016, el Cali, el Manzanares y el Combeima fueron severamente afectados.
Otro problema que se incrementa durante la ocurrencia del fenómeno del Niño en Colombia son los incendios forestales. Por ejemplo, en las áreas naturales protegidas de los departamentos de Magdalena y Urabá sucedieron casi 3 mil incendios forestales durante 2015-2016.
Plaga agrícola
La principal plaga del cultivo del café en el país es un coleóptero conocido como broca del café (Hypothenemus hampei). Se ha determinado que su incidencia se incrementa luego de las sequías extremas ocasionadas por el fenómeno del niño.
El Niño en Venezuela
En Venezuela, el fenómeno del Niño ocasiona fuertes sequías que afectan toda su superficie. Por tanto, ocurre la disminución de cosechas agrícolas y en la producción ganadera.
Sin embargo, el mayor impacto es en la producción de energía eléctrica, que se obtiene por plantas hidroeléctricas. Por tanto, la sequía particularmente intensa generada por el Niño provoca una sustancial disminución del suministro eléctrico.
Este efecto negativo se evidenció con particular fuerza en el Niño de 2015-2016, cuando el nivel de los embalses llegó a mínimos históricos. Como consecuencia de esto, se produjo una fuerte crisis en el suministro eléctrico del país, que afectó aspectos económicos y sociales.
El Niño en México
En México el fenómeno del Niño provoca inviernos más lluviosos y veranos más secos, siendo este último elemento el más problemático. Más del 50% del territorio mexicano es árido o semiárido, enfrentando graves problemas de desertificación.
Los períodos secos causados por el efecto del Niño, representan una grave amenaza para este país. En general se presenta un gran desequilibrio en el régimen de lluvias en México durante los años con el fenómeno del Niño.
En estos eventos en invierno las lluvias disminuyen sustancialmente en el sur del país, mientras que aumentan hacia el norte. Las temperaturas también se ven afectadas, provocando inviernos más fríos y veranos más cálidos.
El Niño de 1997-1998 fue particularmente fuerte para México, provocando una sequía prolongada y severa, disminuyendo las lluvias hasta 50%. Especialmente en los estados del norte de México el Niño de esos años obligó a declarar estado de desastre debido a las sequías.
Por otra parte, en México también se señala un aumento de los incendios forestales en períodos del fenómeno del Niño. Los veranos fuertes producto de este fenómeno, se incrementan con el aumento de la incidencia de radiación solar por la disminución de la nubosidad.
Otro efecto del Niño en el territorio mexicano es el incremento de la fuerza de los vientos alisios sobre su territorio. Esto a su vez frena la entrada de humedad por la costa del Pacífico mexicano, disminuyendo las lluvias orográficas en esas regiones.