¿Qué fue el experimento de Asch?
El experimento de conformidad de Asch fue una serie de experimentos realizados por Solomon Asch en 1951, que se centraron en examinar el poder que ejercen los grupos sobre los individuos. Fue un experimento de psicología social.
Para la realización del estudio se pidió a un grupo de estudiantes que participaran en una prueba de visión. No obstante, sin que ellos lo supieran, estaban formando parte de un estudio psicológico.
En el experimento participaron también sujetos control, es decir, personas que sí sabían del estudio psicológico y que, además, actuaban como cómplices del experimentador.
En la actualidad, el experimento de Asch es uno de los estudios de psicología social más conocidos a nivel mundial y los resultados obtenidos han producido un elevado impacto en la psicología de los grupos.
Bases del experimento de Asch
El experimento de Asch es uno de los estudios más famosos y conocidos dentro del campo de la psicología social. Fue diseñado y elaborado por el psicólogo polaco estadounidense Solomon Asch, y su objetivo principal consistía en probar cómo la presión ejercida por compañeros puede modificar la conducta de las personas.
En este sentido, el experimento de Asch se relaciona directamente con los experimentos conducidos en la prisión de Stanford y los experimentos del también psicólogo Stanley Milgram. Estos dos estudios examinaron la influencia social sobre la conducta individual de cada sujeto.
De forma más concreta, el experimento de Asch trató de mostrar cómo seres humanos en condiciones totalmente normales pueden sentirse presionados hasta el punto que esa presión les conduce a modificar su comportamiento, e incluso sus pensamientos y convicciones.
En este sentido, el experimento de Asch muestra que la presión ejercida por compañeros puede hacer que un sujeto vea influido su juicio y su conducta personal.
Planteamiento
El experimento de Asch se desarrolló en un grupo de entre 7 y 9 estudiantes en un aula.
A los participantes se les había comentado que realizarían una prueba de visión, por lo que tendrían que observar detenidamente una secuencia de imágenes.
De forma más concreta, al llegar al aula, el experimentador indicaba a los estudiantes que el experimento consistiría en comparar una serie de pares de líneas.
A cada sujeto se le mostrarían dos tarjetas, en una aparecería una línea vertical y en la otra tres líneas verticales de distinta longitud. Cada participante debía indicar cuál de las tres líneas de la segunda tarjeta presentaba la misma longitud que la línea de la primera tarjeta.
A pesar de que el experimento contaba con unos 9 participantes, en realidad todos menos uno eran sujetos control. Es decir, eran cómplices del investigador, cuya conducta iba encaminada a contrastar las hipótesis del experimento y, por lo tanto, a ejercer presión social sobre el participante restante (sujeto crítico).
Procedimiento
El experimento empezaba mostrando las tarjetas a los participantes. Todos visualizaban una misma tarjeta con una línea y otra tarjeta con tres líneas.
El estudio estaba planteado de tal forma que el sujeto crítico debía elegir cuál era la línea de idéntica longitud a la de la otra tarjeta una vez los otros participantes (cómplices) habían realizado su valoración.
En total, el experimento constaba de 18 comparaciones diferentes, de las cuales los cómplices tenían la instrucción de dar una respuesta incorrecta en doce de ellas.
En las dos primeras tarjetas, tanto los cómplices como el sujeto crítico respondieron de forma correcta, indicando la línea de la tarjeta que resultaba de idéntica longitud a la línea de la otra tarjeta.
No obstante, a partir de la tercera prueba los cómplices empezaron a indicar de forma intencionada una respuesta incorrecta. En esta tercera comparación, el sujeto crítico difería de los demás y manifestaba la valoración correcta, mostrándose sorprendido por el resto de respuestas incorrectas.
En la cuarta comparación se mantuvo el patrón y los cómplices determinaron de forma unánime una respuesta incorrecta. En este caso, el sujeto crítico mostró un notable desconcierto, pero fue capaz de realizar la respuesta correcta.
Durante las otras 10 comparaciones, los cómplices mantuvieron su patrón de conducta, dando siempre una respuesta incorrecta sobre las tarjetas. A partir de ese momento, el sujeto crítico empezó a ceder a la presión de forma eventual, indicando también una respuesta incorrecta.
Resultados
El experimento comentado anteriormente se repitió con 123 participantes (sujetos críticos) distintos.
En los resultados se observó que en circunstancias normales los participantes daban una respuesta errónea el 1% de las veces, por lo que la tarea no presentaba dificultad.
No obstante, cuando aparecía la presión social, los participantes se dejaban llevar por la opinión incorrecta de los demás el 36.8% de las veces.
Asimismo, aunque la mayoría de los sujetos críticos (más de la mitad) contestaron de forma acertada, muchos de ellos experimentaron un elevado malestar y el 33% de ellos se conformó con el punto de vista mayoritario cuando al menos tres cómplices estaban presentes.
Por otro lado, cuando los cómplices no emitían un juicio unánime, el porcentaje de acierto del sujeto crítico incrementaba notablemente respecto a cuando todos los cómplices estaban de acuerdo en una respuesta incorrecta.
En cambio, cuando los sujetos realizaban la misma tarea sin estar expuestos a la opinión de otras personas, no tenían ningún problema para determinar la respuesta correcta.
Así pues, el experimento de Asch permitió poner de manifiesto el elevado potencial que presenta la presión social sobre el juicio y la conducta personal de los seres humanos.
Una diferencia importante entre el experimento de Asch y el también conocido experimento de Milgram radica en la atribución de las conductas erróneas.
En el experimento de Asch, los sujetos atribuían sus respuestas erróneas a defectos en su capacidad visual o en la falta de juicio (atribución interna).
En cambio, en el experimento de Milgram, los participantes culparon la actitud y el comportamiento del experimentador (atribución externa).
Referencias
- Asch, S. E. (1956). Studies of independence and conformity: A minority of one against a unanimous majority. Psychological Monographs.
- Bond, R., & Smith, P. (1996). Culture and conformity: A meta-analysis of studies using Asch’s (1952b, 1956) line judgment task.Psychological Bulletin.