¿Quién fue Helia Bravo Hollis?
Helia Bravo Hollis (1901-2001) fue una de las científicas más importantes de México y de América Latina. Sus aportes se mantienen vigentes gracias a su contribución a la biología y la botánica. Conocida como “maestra Bravo”, dedicó su vida al estudio de los cactus.
Dictó cátedra sobre la variedad de flores relacionada con las cactáceas, con lo que logró identificar y clasificar unas 700 especies endémicas de cactus mexicanos.
Durante su prolífica carrera produjo más de 170 artículos y dos libros, además de describir 60 clasificaciones científicas y revisar 59 nomenclaturas. Gracias a esto y otros aportes, Bravo Hollis desarrolló una labor significativa para la biología.
Esta científica es considerada la primera bióloga de México, lo que la convirtió en pionera en esta ciencia. Esto se evidenció durante toda su carrera con diferentes obras, como por ejemplo, con la fundación del Jardín Botánico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Biografía de Helia Bravo Hollis
Desde muy pequeña, Bravo Hollis demostró su interés por las plantas y la naturaleza, que se despertó gracias a los paseos dominicales que hacía con sus padres, Carlota Hollis y Manuel Bravo, por los bosques de encino de su población. En esa época las personas se podían dar tranquilos baños en el río Mixcoac y disfrutar del agreste paisaje.
Helia nació el 30 de septiembre de 1901, en la Villa de Mixcoac. Perdió a su padre poco antes de cumplir 12 años, pues fue fusilado por simpatizar con el presiente Francisco I. Madero, que un año antes había sido asesinado, en 1913.
Este hecho, enmarcado en lo que se conoce como el “decenio trágico”, complicó la vida de Helia, quien ya se había destacado en su educación primaria.
Su sobresaliente desempeño escolar le valió muchos elogios a temprana edad. Incluso el mismo Porfirio Díaz le envió un reconocimiento.
Pese a la conflictividad mexicana, la joven logró cursar su bachillerato en 1919. En la Escuela Nacional Preparatoria fue discípula de Isaac Ochoterena (entre otros grandes maestros), quien le despertó la pasión por la biología.
Medicina
Al graduarse de bachillerato tuvo que iniciar estudios en Medicina para poder canalizar su interés, dado que todavía no estaba abierta la carrera de Biología en la universidad. Tan solo un año después, en 1925, logró cambiarse de carrera y formarse en aquello que realmente le gustaba.
Aunque no estaba formalmente cursando estudios en biología, ya en 1921 su primer artículo científico salió en la Revista Mexicana de Biología, titulado “Monografía de Hydatia senta”.
En 1931 recibió el título en la Maestría en Ciencias Biológicas. En su momento realizó la investigación “Contribución al conocimiento de las Cactáceas de Tehuacán”, que sería su tesis de grado.
De esta forma, fue la primera mujer en obtener el título universitario de bióloga, marcando un hito en la historia de la participación de la mujer en México.
Labor investigativa y docente
Recién graduada, recibió el honor de ser invitada a trabajar como bióloga en el Instituto de Biología que estaba comenzando a ejercer su labor. Tan solo un año después se convirtió en la jefa de la sección de Botánica y se encargó del herbario.
Durante su carrera profesional, dedicada por completo al estudio de las cactáceas, se desempeñó como docente en varias instituciones, en las cuales era conocida como “maestra Bravo”, un apelativo cariñoso.
Bravo Hollis dio clases en Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional en Tacuba, donde impartió la cátedra de Botánica. Fue una de las principales investigadoras del centro de biología de la UNAM.
Además de la indeleble influencia de su maestro de la juventud, Isaac Ochoterena, trabajó junto a grandes naturalistas, como Faustino Miranda, Maximino Martínez y Eizi Matuda, botánico de origen japonés.
Por sus aulas pasaron también grandes mujeres que, siguiendo su ejemplo, consagraron su vida a la ciencia. Entre ellas resaltan su hermana Margarita, destacada docente e investigadora enfocada en la investigación sobre helmintos; Leonilda Vázquez, entomóloga, y Agustina Batalla, dedicada a la botánica.
Vida personal
Bravo Hollis contrajo matrimonio con uno de sus compañeros de la escuela de medicina, José Clemente Robles, que años más tarde se convirtió en uno de los primeros neurocirujanos de México.
Sin embargo, después de más de una década de vida conyugal, se divorciaron sin dejar descendencia.
Toda su vida estuvo consagrada a la ciencia. Su amor por los cactus, por la investigación y la enseñanza hicieron de ella una mujer de serenidad admirable, de pragmatismo ejemplarizante y de pasión contagiosa, porque se dedicó con verdadero amor a estudiar unas especies tan particulares.
Jubilación y fallecimiento
Teniendo 90 años y con plenas facultades mentales, tuvo que pasar el disgusto de jubilarse por una artritis que le causaba dolor y le impedía movilizarse con facilidad.
Por su trabajo, Bravo Hollis recorrió los más diversos paisajes, con condiciones climáticas extremas, solitarios e inhóspitos. Quizá estas condiciones forjaron su carácter y su lucidez, que la acompañaron hasta que murió el 26 de septiembre de 2001 en Ciudad de México, apenas 4 días antes de cumplir 100 años.
Aportes y descubrimientos de Helia Bravo Hollis
En siete décadas dedicadas a la ciencia, realizó una prolífica producción de artículos científicos tanto en revistas nacionales como internacionales, conferencias, intervenciones en congresos y horas de clase.
Cactáceas y suculentas
Logró organizar y sistematizar una colección viva de cactáceas y plantas suculentas con el objetivo de registrar cualquier tipo de modificación en las plantas, y también para estudiar sus características.
Así, pudo clasificar unas 700 especies endémicas de México, cuyo estudio sirvió de base para la publicación de su primer libro: Las cactáceas de México. Publicado en 1937, fue el texto que le permitió ponerse a la vanguardia de la botánica.
La segunda edición de Las cactáceas de México es una colección de tres tomos que hizo junto con uno de sus más destacados discípulos, Hernando Sánchez-Mejorada.
También publicó Claves para la identificación de las cactáceas de México, El interesante mundo de las cactáceas y Memorias de una vida y una profesión. Además, escribió más de 170 artículos.
Propuso unas 60 clasificaciones científicas, es decir, descubrió taxas nuevos indicando géneros, especies y variedades. Asimismo, realizó la revisión de 59 nomenclaturas.
Fundación del Jardín Botánico
Otra de sus importantes contribuciones fue la conformación de la Sociedad Mexicana de Cactología, fundada en 1951, de la que fue presidenta. Esta agrupación publicaba la revista Cactáceas y suculentas mexicanas, cuya edición estaba a cargo del conocido doctor Jorge Meyrán, siguiendo la inspiración de Ochoterena.
Gracias al trabajo incansable que efectuaron los miembros de esta sociedad, directamente en las zonas a investigar, lograron recabar valiosa materia con la que pudieron sentar las bases para la fundación del Jardín Botánico de la UNAM, dirigido con excelencia y liderazgo por Bravo Hollis en los años 60.
Durante su tiempo al frente de los jardines impulsó las colecciones de plantas para promover su estudio y conservación.
Si bien se destacó en botánica, particularmente en el entregado estudio de las cactáceas, también desarrolló contribuciones a la biología en general, en especial al análisis de la flora acuática mexicana, la flora de zonas tropicales y áridas y la protozoología.
Reconocimientos de Helia Bravo Hollis
Gracias a su dedicación, pasión y a los numerosos aportes que realizó a la ciencia mundial, Helia Bravo Hollis recibió muchos reconocimientos. Entre estos destaca el “Cactus de Oro” que le entregó la Organización Internacional de Suculentas, en el Principado de Mónaco, en 1980.
También fue reconocida con un Premio Investigador Emérito otorgado por la UNAM y un doctorado honoris causa.
Su nombre describe la sección conocida como el Jardín del Desierto dentro del Jardín Botánico de la UNAM. Ocurre lo mismo con una colección de cactus en Puebla, en una zona que es un bosque único de cactáceas muy explorado y estudiado por ella.
Seis especies de cactus y una subespecie fueron bautizadas con su nombre, como por ejemplo, Heliabravoa o Polaskia, un tipo de cactus cuyos ejemplares son casi árboles, pues alcanzan unos 4 o 5 metros. Es una especie endémica de Puebla y Oaxaca.
En 1999 recibió la última medalla en vida, cuando el presidente Ernesto Zedillo decretó la Barranca Metztitlan (ubicada en el estado de Hidalgo) como Reserva de la Biosfera. Esta zona fue una por la que Bravo Hollis sintió especial predilección durante su juventud, invirtiendo mucho tiempo de estudio e investigación en ella.
Referencias
- Bravo Hollis, Helia (1901-2001). Recuperado de plants.jstor.org.
- Google festeja a la científica y botánica mexicana Helia Bravo Hollis. Recuperado de razon.com.mx.
- Helia Bravo Hollis, pionera excepcional de la Botánica en México. Recuperado de sntimp.net.
- Helia Bravo Hollis, la bióloga y pionera en el estudio de las cactáceas. Recuperado de culturacolectiva.com.
- Helia Bravo Hollis, la reina de los cactus. Recuperado de elpais.com.