Hay malos hábitos que operan en contra de una buena salud, como tener una vida sedentaria, estar siempre conectado a redes sociales, beber demasiado alcohol o dormir mal. Los hábitos son acciones que se realizan de manera automática y contribuyen a los resultados que se obtienen en la vida.
Estos hábitos influyen negativamente en la salud física, pero también en la mental. A pesar de que ocupa poco espacio comparado con el resto del cuerpo, el cerebro es sin duda el órgano más importante. Esta pequeña masa de aspecto gelatinoso controla tanto las funciones físicas como el estado mental, los pensamientos y las emociones. Por eso, cuidar de él es fundamental para llevar una vida larga y plena.
Por desgracia, el mundo moderno ha impuesto un modo de vida donde la mayoría de la gente ha adoptado hábitos nada deseables, que a medio y largo plazo pueden tener consecuencias muy negativas para el organismo.
Lista de hábitos negativos que deterioran la vida
1. Demasiado estrés
Debido a la gran cantidad de obligaciones y responsabilidades a las que hay que hacer frente en el día a día, la mayoría de las personas se sienten estresadas y en un estado constante de alerta. Además de generar un estado de ánimo negativo, también puede perjudicar al cerebro a largo plazo.
Las investigaciones sobre el estrés demuestran que cuando se siente muy a menudo, el cerebro libera una serie de hormonas que pueden dañar directamente las conexiones neuronales, acortar la vida y en general empeorar el estado físico y mental. Por eso, los expertos recomiendan reducir los niveles de estrés lo máximo posible.
Hay muchos métodos de relajación que disminuyen el estrés. La meditación, el deporte, practicar técnicas psicológicas como el mindfulness o el pensamiento positivo, ayudan a manejar el estrés y reducir sus altos niveles.
2. No dormir lo suficiente
Dormir adecuadamente es fundamental para mantener el bienestar del cuerpo y de la mente. Según algunos estudios, dormir poco puede ser tan perjudicial para el cerebro como fumar o comer comida basura.
Si se quiere dormir de manera correcta, básicamente hay que hacer tres cosas. Primero, descansar entre 8 y 9 horas para conseguir realmente todos los beneficios del sueño. Es, de hecho, una de las acciones más importantes para cuidar de la salud del cerebro.
Segundo, dormir en un ambiente tranquilo, totalmente oscuro y sin nada que moleste por la noche. Tercero, evitar mirar pantallas durante la hora anterior a irse a la cama.
3. Sedentarismo
No solo moverse es crucial para llevar una vida sana y equilibrada. También lo es entrenar. No hacer el suficiente deporte es uno de los hábitos más dañinos para el cuerpo.
El cuerpo y la mente están adaptados para moverse a menudo. Desgraciadamente, la mayoría de las personas pasa demasiado tiempo sentada delante de una pantalla, sin hacer actividades que impliquen un esfuerzo físico. A la larga, eso atrofia no solo los músculos sino también el cerebro.
Hay una estrecha relación entre las horas dedicadas al deporte y el mantenimiento de algunas funciones cerebrales importantes, como la memoria, la inteligencia o la atención.
4. Pasar demasiado tiempo en redes sociales
Las redes sociales son herramientas maravillosas que permiten mantenerse en contacto con seres queridos, enterarse de lo que ocurre en el mundo y divertirse. Sin embargo, también pueden ser uno de los peores enemigos para la salud cerebral.
Una serie de estudios llevados a cabo en los últimos años indican que el exceso de información y estímulos que proporcionan las redes sociales podrían ser muy perjudiciales para la salud del cerebro. De hecho, hoy se sabe que quienes pasan mucho tiempo al día enganchados a las redes sociales suelen tener graves problemas de atención, memoria y concentración. Incluso se relaciona con trastornos graves, como depresión o ansiedad.
5. No hablar con otras personas
Una de las consecuencias del avance de la tecnología es que cada vez se pasa más tiempo relacionándose a través de pantallas y menos en la vida real. Parece ser que las interacciones online no son un buen sustituto para las relaciones cara a cara.
En psicología se sabe desde hace muchos años que la falta de contacto con otras personas puede generar grandes daños tanto en el estado de ánimo como en el cerebro, e incluso en el cuerpo. Por eso, si a veces una persona se siente sola o cree que debería pasar más tiempo con otros, buscar nuevas amistades o reconectar con los seres queridos puede ser una gran idea.
Lo más sencillo es encontrar personas con intereses similares. Por ejemplo, si le gusta bailar, tocar un instrumento, pintar o ir a la montaña, es recomendable utilizar internet para ubicar grupos con dichas aficiones, y establecer contacto con ellos.
6. Hacer varias cosas a la vez
La multitarea puede ser, en ocasiones, buena. Si una persona es capaz de hacer muchas cosas a la vez, podría terminar las tareas más rápido y tendría más tiempo libre para hacer lo que realmente le apetece.
Sin embargo, en realidad la multitarea provoca más problemas que beneficios. Si se acostumbra al cerebro a centrarse en varias cosas a la vez, se le entrenará para no ser capaz de prestar atención a nada de forma correcta.
Si se siente que hay problemas de atención o concentración, una buena forma es probar a mantener el foco en una sola tarea durante un tiempo determinado. Si cuesta mucho, conviene ponerse un reto sencillo, como diez o quince minutos. Más tarde, el tiempo puede ir aumentando poco a poco.
7. Tomar demasiado azúcar
Una de las peores cosas que se pueden hacer si se quiere un cerebro sano es llevar una dieta en la que haya demasiado azúcar.
A pesar de que antes se le echaba la culpa a las grasas de muchos problemas de salud, hoy se sabe que el azúcar aumenta el riesgo de enfermedades como el cáncer o los ataques al corazón. Y además, no ataca solo al cuerpo, también provoca un efecto muy perjudicial sobre la mente.
Los grandes picos de insulina que causa el consumo de azúcar pueden dañar las neuronas y debilitar las conexiones entre ellas. Esto produce trastornos como la depresión, o incluso alzhéimer, que en algunos círculos médicos ya se conoce como “diabetes tipo III”.
8. No comer suficiente grasa
Este hábito está muy relacionado con el anterior, ya que se trata prácticamente de su opuesto. Durante las últimas décadas, el mensaje oficial de la industria de la alimentación ha sido que las grasas son extremadamente peligrosas para la salud. Sin embargo, no es cierto. Claro que no todo tipo de grasas, sino las saludables, como la contenida en los frutos secos, el aceite de oliva, aceitunas, semillas y frutas como el aguacate.
Como el cerebro está compuesto en gran medida por grasa, este macronutriente es fundamental para su funcionamiento. No comer una cantidad adecuada de esta sustancia puede generar muchos problemas, tanto a nivel de hormonas y neurotransmisores como mentales.
Los científicos han descubierto que la grasa es fundamental para formar testosterona, la hormona que más protege de enfermedades como la depresión y la ansiedad tanto a hombres como a mujeres. Si se nota poca energía o que se está siempre de mal humor, puede que una de las claves sea aumentar la grasa en la dieta.
9. Estar demasiado tiempo bajo techo
La vida moderna impone una forma de vida generalmente contraria a lo que es saludable. Por ejemplo, pasar muchas horas encerrados en la oficina, o en casa, igualmente trabajando, sin recibir la luz solar, es sumamente perjudicial.
El cerebro y el cuerpo necesitan vitamina D, y una de las fuentes es el sol. La falta de esta vitamina produce una débil concentración, más sueño y más cansancio. También produce en los niños raquitismo y en los adultos osteoporosis, sin hablar de depresión.
Aunque se tomen suplementos de esta vitamina, nada sustituye pasar tiempo al aire libre y recibir directamente los rayos solares. Es necesario salir de casa, caminar y exponerse al sol.
10. Beber demasiado alcohol
Tomar una cerveza con los amigos o los compañeros de trabajo de vez en cuando puede ser uno de los momentos más esperados de la semana para algunos. Sin embargo, si se hace muy a menudo, puede perjudicar seriamente el cerebro.
Los efectos del alcohol sobre el estado de ánimo se deben realmente a un efecto tóxico en el cerebro. Diversos estudios muestran que quienes consumen alcohol habitualmente tienen mayores cambios de humor y tienden a estar más tristes que quienes evitan esta sustancia. Además, tomarlo durante años puede afectar habilidades como la atención, la memoria e incluso la inteligencia.
11. No beber suficiente agua
La falta de agua es tal vez una de las peores cosas que afectan al cuerpo y al cerebro. Los seres humanos no pueden pasar más de dos o tres días sin beber agua (en casos extremos). Una pequeña falta de agua en el cuerpo puede traer consecuencias muy negativas: aumenta la sensación de fatiga, los órganos internos se deterioran y el cerebro no funciona correctamente. Se padecen dolores de cabeza, acidez estomacal, entre otros síntomas.
Por eso, los expertos recomiendan beber agua durante todo el día, incluso si en un momento concreto no hay sed, ya que es mucho más fácil quedarse cortos tomando este líquido a pasarse en su consumo. Lo ideal es de 6 a 8 vasos diarios.