¿Qué es la teoría monogenista del origen humano?
La teoría monogenista del origen humano es una explicación que plantea que el ser humano, como lo conocemos hoy, tiene un origen único y común. Esta teoría establece que África fue el lugar donde se originaron los Homo sapiens, y desde allí empezaron a migrar en varias oleadas hacia distintas partes del mundo.
El nombre es de origen griego: “mono” significa uno, mientras que genista viene de “génesis”, que significa nacimiento. Podría traducirse como “nacimiento único”. Según esta teoría, cada raza humana tuvo el mismo origen africano y diversos factores fueron los que modificaron sus características físicas.
Es la teoría más aceptada sobre el origen del Homo sapiens, siendo contraria a la teoría poligenista del origen humano. Esta establece que los Homo sapiens provienen de distintos linajes raciales.
La teoría de origen común no posee un solo autor que la haya formulado. En realidad, ha sido el resultado de múltiples investigaciones de científicos, antropólogos e historiadores.
Las investigaciones que dieron fundamento a dicha teoría fueron basadas en algunas ideas darwinianas extraídas del libro El origen del hombre, publicada en 1873.
Ideas que formaron la teoría monogenista del origen humano
Fueron dos los pensamientos de Charles Darwin que dieron base a las personas que luego formularían la teoría monogenista. Su primer pensamiento fue este:
“Es inadmisible que los descendientes modificados de dos organismos, que difieren uno del otro de un modo señalado, puedan después converger en punto tal, que el conjunto de su organización sea casi idéntico”.
Y el segundo, quizás de más importancia, fue este:
“Los naturalistas, que admiten el principio de la evolución, como la mayoría de los más modernos, no encuentran dificultad alguna para reconocer que todas las razas humanas provienen de un tronco único primero”.
Darwin creó en su momento la teoría de la ascendencia común de las especies. No se trataba nada más de los humanos, tampoco estableció cuál era el origen común. Él tomó como referencia la similitud de muchas especies y determinó que para poder ser tan semejantes debían tener un ancestro en común.
Para defender sus dos posturas sobre el origen común de las razas humanas, explicó que las diferencias visibles exteriores no constituyen al ser humano. La estructura humana tiene una innumerable cantidad de semejanzas, más allá del aspecto exterior.
Por lo tanto, para Darwin era imposible que todas esas características estructurales hayan sido desarrolladas independientemente por cada raza. Finalmente, estas características eran parecidas o iguales a todas las demás.
África, la cuna de la humanidad
La formulación de esta teoría tomó forma cuando diversos investigadores llegaron a la conclusión de que fue en África donde se dio el nacimiento del Homo sapiens.
El origen de todas las razas fue africano y debido a los cambios climáticos, se fueron distinguiendo ciertos rasgos “raciales”. Se dio aproximadamente hace 120.000 años.
Existen dos descubrimientos que constituyen las bases de la teoría: el hombre Grimaldi y la ascendencia común mitocondrial.
La Eva africana mitocondrial
El descubrimiento de la Eva mitocondrial es la base biológica de esta teoría. Fue la que dio forma a la consideración de un ancestro racial común y que este era africano.
Las mitocondrias son secuencias de ADN que se encuentran fuera del núcleo celular. Pero, al contrario de los cromosomas que son dados por ambos padres, el ADN mitocondrial es heredado solo de la madre.
Tres investigadores dieron con el descubrimiento de “Eva”: Rebecca Cann, Allan Wilson y Mark Stoneking. Siguiendo las investigaciones de WM Brown, quien postuló la ascendencia mitocondrial común, los 3 investigadores decidieron ir más allá y descubrir de dónde provenía.
Empezaron a hacer una serie de experimentos extrayendo el ADN de las mitocondrias de miles de placentas de razas distintas: la africana, la asiática, la australiana, etc.
Se dieron cuenta de que la secuencia mitocondrial era la misma, y con la construcción de un árbol filogenético, demostraron que todos los humanos estamos relacionados a nivel mitocondrial.
Todo este linaje de mitocondrias los llevó a África, aproximadamente hace 120.000 años. Allí llegó la conclusión sobre la madre de la humanidad: la Eva africana mitocondrial.
Esta Eva no fue una sola mujer. Se refiere a varias mujeres que estuvieron en ese determinado espacio de tiempo entre los primeros Homo sapiens del mundo.
Estas mujeres fueron madres de los humanos migrantes. Gracias a las mitocondrias, se descubrió que todo ser humano está relacionado con el mismo ancestro.
El hombre Grimaldi y el cambio físico para la adaptación
Este descubrimiento se dio en Italia y se trataba de dos esqueletos. Estos dieron una nueva división a la evolución humana, llamándolos “hombres Grimaldi”.
Al analizarse los esqueletos, encontraron una estructura casi idéntica a la negroide. Sin embargo, la estructura de la frente y la nariz poseía rasgos completamente “europeos”.
Múltiples defensores de esa teoría, especialmente el antropólogo Cheikh Diop, explicaron que era una prueba de la migración del humano africano a Europa.
La estructura negroide, pero con ligeros cambios, daba a entender la adaptación del humano africano al clima y las condiciones del norte del mundo.
El hombre Grimaldi había cambiado para sobrevivir el entorno más frío, para luego convertirse en lo que hoy es “el humano caucásico”. Otra defensa de la teoría monogenista es que la naturaleza no ha creado jamás un ser dos veces.
Los detractores de la teoría se basan en que es imposible que los factores externos hayan podido condicionar los aspectos físicos y que es admisible que las razas hayan tenido su propio origen separado de las demás.
Los osos como prueba de cambio físico y evolutivo
Un ejemplo de que sí son posibles estos cambios, es el caso del oso polar y el oso pardo.
Siguiendo las teorías darwinianas, todos los osos provienen de un ancestro en común. De hecho, la ciencia indica que los osos polares y los pardos fueron una misma especie, hasta hace unos 400.000 años.
Aunque se puede hallar el nexo directo entre estas dos especies de oso, físicamente son muy distintas. La naturaleza no creó distintas especies de oso, las especies evolucionaron de un mismo ancestro.
En realidad, se piensa que el oso pardo fue hacia el Ártico y allí se adaptó a las condiciones climáticas. Como resultado, en ese proceso de adaptación, se convirtió en el oso polar. Su pelaje cambió y su mandíbula también, para adaptarse a la comida y el clima del Ártico.
Referencias
- Out of Africa Hypothesis – Did All Humans Evolve in Africa? Recuperado de thought.co
- Origen de los humanos modernos. Recuperado de es.wikipedia.org