¿Qué son las actividades antrópicas?
Las actividades antrópicas son aquellas inherentes a los seres humanos que pueden afectar los ciclos y el equilibrio de la naturaleza. Muchas de estas actividades, por su magnitud, pueden ocasionar grandes alteraciones, poniendo en riesgo la existencia de diversos organismos sobre el planeta, incluyendo la del propio ser humano.
Históricamente, la magnitud del impacto de las actividades humanas sobre el ambiente se vio acelerada desde finales del siglo XVIII, con la llamada Revolución industrial. En las últimas décadas, nuestro impacto sobre los ecosistemas se ha incrementado de manera tal que algunos especialistas han denominado a la presente época del planeta como Antropoceno.
Principales actividades antrópicas que afectan al ambiente
Las principales actividades antrópicas degradadoras del ambiente están asociadas a la obtención industrial de productos, bienes y servicios destinados a satisfacer las demandas de una población creciente, con patrones de consumo insostenibles.
Las actividades para la producción de bienes y servicios requieren de cantidades crecientes de energía, agua y de diversas materias primas, que superan los límites del planeta.
Generación y consumo de energía
La generación de energía para satisfacer los sistemas antrópicos incluye actividades vinculadas a la captación de la energía primaria, la conversión en energía derivada (electricidad y térmica) y su uso final.
Tres fuentes de energía primaria consideradas renovables son la energía cinética del aire (eólica), la energía cinética del agua (hídrica) y la energía procedente de la radiación solar.
Sin embargo, la fuente principal de energía en la actualidad siguen siendo los combustibles fósiles (gas natural, petróleo y carbón). Más del 85% de la energía consumida en el mundo procede de combustibles fósiles.
Otra fuente de energía no renovable con altos riesgos de contaminación utilizada en la actualidad es la fisión nuclear de elementos químicos, como el plutonio o el uranio.
El modelo actual de consumo energético es insostenible. La energía fósil, proveniente de la biomasa de organismos muertos acumulada por miles de años en cuencas sedimentarias, es altamente contaminante de los ecosistemas terrestres y acuáticos.
Agricultura y agroindustria
Los cultivos, ya sean destinados a producir alimentos para el consumo directo de los humanos, para la alimentación de animales (ganadería y acuicultura), o bien para la producción de otros productos distintos a los alimentos, generan un alto impacto sobre los ecosistemas.
Desde el surgimiento de la Revolución verde a mediados del siglo XX, la actividad agrícola se convirtió en una actividad de alto impacto ecológico.
La agricultura industrializada requiere del uso masivo de agrotóxicos (fertilizantes y biocidas). Asimismo, posee una alta demanda de combustibles fósiles destinados a las maquinarias para la siembra, cosecha, transporte, procesamiento y almacenamiento de la producción.
Por otro lado, requieren una deforestación notable de terrenos.
El uso irracional de los recursos en los centros urbanos
Las ciudades y sus desarrollos urbanísticos involucran complejas interacciones con el medio. Las ciudades, que albergan a la mitad de la población mundial, consumen dos tercios de la energía global y producen el 70% de las emisiones de carbono mundiales.
Las grandes ciudades, especialmente en los países llamados desarrollados, presentan los mayores índices de consumo y de generación de desechos en el planeta.
Asimismo, los grandes centros urbanos se caracterizan por su alta demanda de agua potable y consecuente generación de aguas residuales.
Transporte
Este componente involucra tanto la movilización humana como el transporte de materias para la producción, distribución y comercio de los alimentos y otros bienes y servicios.
Los vehículos de transporte, movidos principalmente por energía fósil, además de los contaminantes propios de la combustión, involucran una amplia gama de contaminantes, tales como lubricantes, catalizadores, entre otros, de alto impacto ambiental.
Así, el transporte acuático, terrestre y aéreo logra contaminar el suelo, el aire, los ríos y los mares.
Minería
La extracción de recursos mineros, ya sea como fuente de energía, o como fuente de materias primas para una industria tecnológica cada vez más demandante, es una actividad altamente contaminante e impactante del ambiente.
Para poder extraer del medio los elementos de interés, se utilizan químicos altamente tóxicos, como mercurio, cianuro, arsénico, ácido sulfúrico, entre otros. Estos son empleados por lo general a cielo abierto y vertidos en los lechos de los ríos y acuíferos.
Las guerras y la industria bélica
Entre los factores más contaminantes del planeta, se encuentra lamentablemente uno de los grandes problemas de la humanidad: la guerra y la industria bélica asociada.
La acción de los explosivos no solo ocasiona la muerte de la flora y la fauna, también destruye los suelos, que demoran cientos y hasta miles de años en regenerarse. Asimismo, producen incendios y contaminan aguas superficiales y subterráneas.
El ataque a objetivos estratégicos, en numerosas guerras, ha provocado el incendio de fábricas de plástico y otros productos sintéticos con la consiguiente liberación de gases altamente contaminantes.
Asimismo, se han bombardeado pozos de extracción de petróleo, generando derrames catastróficos que contaminan las aguas y exterminan la biodiversidad.
Gases y otros contaminantes liberados
Gases
Las diferentes actividades antrópicas producen contaminantes que incluyen los gases clorofluorcarbonados, los gases reactivos y los gases de efecto invernadero.
Los clorofluorcarbonados (CFC) son gases utilizados en las cadenas de refrigeración, conocidos como degradadores de la capa de ozono.
Los gases reactivos son el óxido de nitrógeno, óxido de azufre, monóxido de carbono, amoniaco y compuestos orgánicos volátiles. También los aerosoles y partículas sólidas o líquidas, tales como nitratos y sulfatos.
Los gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y ozono troposférico.
Metales pesados, metaloides y otros compuestos químicos
Los principales metales pesados son el mercurio, el plomo, el cadmio, el zinc, el cobre y el arsénico, los cuales son altamente tóxicos. Otros metales más ligeros, como el aluminio y el berilio, son también muy contaminantes.
Elementos no metálicos, como el selenio, son contaminantes provenientes de derrames de actividades mineras o industriales.
Metaloides como el arsénico y el antimonio, provenientes de la aplicación de plaguicidas y aguas residuales urbanas e industriales, son una fuente importante de la contaminación de las aguas.
Productos agrícolas y pecuarios
Los biocidas (herbicidas, insecticidas, raticidas y acaricidas) y los fertilizantes son altamente tóxicos y contaminantes. Destacan los pesticidas clorados y los fertilizantes nitrogenados y fosforados.
Asimismo, las excretas no manejadas de animales de cría, son residuos orgánicos con capacidad de fermentar (purines), altamente contaminantes de fuentes de agua corriente superficial.
Efectos
El efecto de los gases en la atmósfera puede ser de tres tipos, cada uno de ellos con sus consecuencias:
- destrucción de los componentes que protegen a los seres vivos, como la capa de ozono,
- emisiones de elementos directamente perjudiciales para la salud,
- emisiones de elementos que alteran el clima.
La capa de ozono es capaz de absorber un porcentaje importante de radiación ultravioleta. Su pérdida incrementa la radiación que llega a la superficie terrestre, con sus correspondientes consecuencias en la generación de cáncer en los seres humanos.
La concentración de altas cantidades de elementos perjudiciales, como partículas y moléculas tóxicas, ocasionan enfermedades respiratorias, alergias, afecciones de la piel, cáncer pulmonar, entre otros.
Por su parte, los llamados gases de efecto invernadero en condiciones naturales evitan la salida de radiación infrarroja al espacio. Incrementos significativos de estos gases, como los que han ocurrido desde la Revolución industrial (donde el CO₂ ha sufrido un incremento cercano al 40%, el metano más de 150% y el óxido nitroso cercano al 20%), han traído como consecuencia aumentos drásticos de la temperatura que comprometen la vida en el planeta.
Otros efectos
Los agrotóxicos afectan la salud humana y la diversidad biológica. En humanos producen innumerables afecciones; malformaciones genéticas, cáncer, enfermedades respiratorias, entre otras.
La contaminación por nitrógeno inorgánico provoca la acidificación de ríos y lagos, eutrofización de las aguas dulces y marinas, y la toxicidad directa de los compuestos nitrogenados para humanos y animales acuáticos, entre otros.
Por su parte, los metales pesados procedentes de la extracción minera y de diversas actividades industriales pueden causar innumerables enfermedades en humanos y animales, muchas de ellas aún desconocidas y emergentes, entre las que desatacan los desórdenes neurológicos y las mutaciones genéticas.
Referencias
- European Environment Agency. Fluorinated greenhouse gases. Report 21.
- United Nations Environment Programme. GEO 5: Global environmental Outlook.