Epifanio Mejía (1838-1913) fue un escritor y poeta colombiano cuya vida y obra sobresalió a mediados del siglo XIX. El intelectual fue conocido como el “Poeta triste” y el “Loco Mejía” por los problemas de salud mental que padeció. En cuanto a su labor literaria, el autor publicó sus versos en diferentes medios impresos de su país.
La obra literaria de Mejía se caracterizó por resaltar las cualidades e idiosincrasia del territorio americano, por lo que se puede decir que tuvo una inclinación por el nativismo. En su poesía predominó un lenguaje culto, sencillo y expresivo. Los versos de este escritor colombiano fueron notorios por el drama, la nostalgia y la sensibilidad que les imprimió.
La producción literaria de Epifanio Mejía alcanzó un número de setenta poemas, los cuales en buena medida fueron recopilados en ediciones póstumas. La poesía del autor formó parte de las siguientes obras: Poesías, discurso de Juan de Dios Uribe, Poesías escogidas, Epifanio Mejía: selección y Poesías escogidas de Epifanio Mejía.
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Biografía
Nacimiento y familia
Epifanio Mejía Quijano nació el 9 de abril de 1838 en la localidad de Yarumal, Antioquia, en tiempos de la República de Nueva Granada. El poeta provino de una familia humilde que se dedicó a las labores del campo. Sus padres fueron Ramón Mejía y Luisa Quijano.
Estudios
Epifanio Mejía cursó sus estudios de primaria en la escuela rural de su pueblo natal. Su formación académica se vio limitada por el origen humilde de su familia. Sin embargo, sus padres le procuraron un mejor futuro y lo destinaron a Medellín. Allí vivió con un tío paterno llamado Fortis Mejía, y durante un tiempo trabajó como vendedor.
Si bien el autor no recibió educación secundaria ni universitaria, demostró tener inteligencia para aprender por sí mismo. Así fue como el escritor hizo de la lectura y la literatura dos de sus grandes pasiones.
Comienzos literarios
Epifanio aprovechó los momentos libres en su trabajo como comerciante para leer. Su conocimiento autodidacta en literatura y poesía lo llevó a componer sus primeros versos cuando aún era un adolescente. Luego su labor poética se extendió en Medellín y sus escritos salieron publicados en algunos medios impresos locales.
Vida matrimonial
Durante un tiempo la vida le sonrió a Epifanio. En los años de plenitud conoció a una joven llamada Ana Joaquina Ochoa y comenzaron una relación de noviazgo. Ella fue la musa de varios de sus poemas, entre ellos Anita.
La pareja contrajo matrimonio en 1864 en la iglesia principal de la localidad de Envigado en Antioquia. Fruto del amor nacieron doce hijos. Mejía logró brindarles a su esposa e hijos cierta estabilidad económica y emocional por dieciocho años.
Primeras manifestaciones de su enfermedad
La existencia de Epifanio Mejía comenzó a oscurecerse en 1870. Cuando el poeta tenía treinta y dos años de edad aparecieron los primeros síntomas de su enfermedad mental. Manifestó una actitud agresiva hacia sus hijos y tuvo alucinaciones con una deidad, la cual, según él, lo ayudó a escribir sus poemas.
Luego de lo antes descrito, el escritor decidió irse a vivir con su familia a Yarumal para lograr mayor tranquilidad y encontrar paz mental. Allí pudo estar sin sobresaltos por aproximadamente seis años. Se dedicó a leer y a escribir sobre la naturaleza que lo rodeó y en torno a los hechos políticos de mediados del siglo XIX.
El ir y venir de su padecimiento
El poeta logró mantenerse lúcido durante seis años, pero en 1876 su enfermedad (sin diagnóstico preciso) comenzó a manifestarse con más fuerza. En varias oportunidades fue descubierto expresándole amor al río de la localidad donde vivió.
Mejía fue internado en un manicomio y permaneció hasta 1878. Luego de salir se fue a vivir con su madre y en ocasiones se mostró violento con sus seres queridos. El escritor tuvo momentos en los que estuvo tranquilo y parecía tener consciencia de la vida.
Últimos años y fallecimiento
Desafortunadamente, la salud de Epifanio no mejoró de forma significativa y fue ingresado de manera definitiva en un hospital psiquiátrico en 1879. Sus familiares y amigos lo visitaron con frecuencia, pero él no disfrutó de la compañía. Sus días transcurrieron entre alucinaciones, melancolía y el cigarrillo.
Epifanio Mejía falleció el 31 de julio de 1913 en el manicomio de Medellín, tras permanecer treinta y cuatro años internado.
Diagnóstico actual de su padecimiento
El padecimiento de Epifanio Mejía no tuvo un diagnóstico preciso cuando se manifestó, y con el pasar del tiempo algunos pobladores lo relacionaron con el encanto de una sirena. Sin embargo, algunos estudiosos como Humberto Roselli (apoyados en los avances de la ciencia) han sostenido que sus síntomas pudieron ser los de la esquizofrenia.
Estilo
El estilo literario de Epifanio Mejía se caracterizó por la narración y descripción de las bondades propias del continente americano. El escritor fue un defensor de lo nativo a través de sus versos. En ellos dispuso de un lenguaje culto, sencillo y en ocasiones con vocablos antioqueños.
Los poemas de este escritor estuvieron cargados de sentimientos y nostalgia. La poesía de Mejía fue un reflejo muchas veces de su estado frente a la vida y sus dificultades, de allí que fuera sensible.
La maestría de este intelectual lo llevó a componer seguidillas y romances en los que narró las tradiciones de su natal Antioquia, además le escribió a la naturaleza, al amor y a la existencia misma.
Obras
Poemas
– Canto del antioqueño.
– La muerte del novillo.
– La ceiba de Junín.
– Amelia.
– Anita.
– La historia de una tórtola.
– Las hojas de mi selva.
– Serenata.
Publicaciones póstumas
– Poesías, discurso de Juan de Dios Uribe (1902).
– Poesías escogidas (1934).
– Poesías completas (1939, 1960, 1961, 1989).
– Poesías selectas (1958).
– Epifanio Mejía: selección (1997).
– Gregorio y Epifanio: sus mejores versos (2000).
– Poesías escogidas de Epifanio Mejía (2000).
Breve descripción de algunas obras
Canto del antioqueño
Fue uno de los poemas más conocidos de Epifanio Mejía; la fecha de su composición se desconoce, pero tal vez fue escrito en los años previos a la enfermedad del escritor. Casi medio siglo después de su fallecimiento la obra se convirtió en el himno de Antioquia y fue musicalizado por Gonzalo Vidal.
El poema estuvo compuesto por veintitrés estrofas a través de las cuales Mejía exaltó las bondades naturales y los valores de Antioquia. Los versos se caracterizaron por ser simples y espontáneos, dotados de expresividad y sentimientos. El escritor describió con sutileza y melancolía el paisaje y la vida rural.
Fragmento
“… Yo que nací altivo y libre
sobre una sierra antioqueña
llevo el hierro entre las manos
porque en el cuello me pesa.
Nací sobre una montaña,
mi dulce madre me cuenta
que el sol alumbró mi cuna
sobre una pelada sierra.
Nací libre como el viento
de las selvas antioqueñas
como el cóndor de los Andes
que de monte en monte vuela.
… Muchachos, les digo a todos
los vecinos de las selvas
la corneta está sonando…
tiranos hay en la sierra.
Mis compañeros, alegres,
el hacha en el monte dejan
para empuñar en sus manos
la lanza que el sol platea…
Lágrimas, gritos, suspiros,
besos y sonrisas tiernas,
entre apretados abrazos
y entre emociones revientan.
Oh libertad que perfumas
las montañas de mi tierra,
deja que aspiren mis hijos tus olorosas esencias”.
La muerte del novillo
Fue uno de los poemas más significativos de este escritor colombiano. En él reflejó el padecimiento humano a través del sufrimiento de un animal. Los versos reflejaron el sentir de Mejía, por eso se notó melancolía y expresión de lo real. Fue escrito con un lenguaje culto y sencillo.
Fragmento
“Ya prisionero y maniatado y triste
sobre la tierra quejumbroso brama
el más hermoso de la fértil vega
blanco novillo de tendidas astas.
Llega el verdugo de cuchillo armado;
el bruto ve con timidez el arma;
rompe el acero palpitantes nervios;
chorros de sangre la maleza esmaltan.
Retira el hombre el musculoso brazo;
el arma brilla purpurina y blanca;
se queja el bruto y forcejando tiembla,
el ojo enturbia… y la existencia exhala…
Los brutos tienen corazón sensible,
por eso lloran la común desgracia
en ese clamoroso de profundis
que todos ellos a los vientos lanzan”.
Fragmento de La historia de una tórtola
“Joven aún entre las verdes ramas
de secas pajas fabricó su nido;
la vio la noche calentar sus huevos;
la vio la aurora acariciar sus hijos.
Batió sus alas y cruzó el espacio,
buscó alimento en los lejanos riscos…
El cazador la contempló dichosa
y sin embargo disparó su tiro.
Ella, la pobre, en su agonía de muerte
abrió sus alas y cubrió a sus hijos…
Cuando la aurora apareció en el cielo
bañó de perlas el hogar ya frío”.
Las hojas de mi selva
“Las hojas de mi selva
son amarillas
y verdes y rosadas
¡Qué hojas tan lindas
querida mía!
¿Quieres que te haga un lecho
de aquellas hojas?
De bejucos y, musgos
y batatillas.
Formaremos la cuna
de nuestra Emilia:
cunita humilde
remecida a dos manos
al aire libre.
De palmera en palmera
las mirlas cantan,
los arroyos murmuran
entre las gramas
dulce hija mía.
Duerme siempre al concierto
de aguas y mirlas…
En mi selva penetran
del sol los rayos,
mariposas azules
pasan volando;
sobre sus alas
brilla el blanco rocío
de la mañana…”.
Referencias
- Herrera, G. (2012). Epifanio Mejía, vida y obras. (N/a): Literatura Costumbrista Colombiana. Recuperado de: literaturacostumbristacolombianabygermanherreraj.woedpress.com.
- Epifanio Mejía. (2017). Colombia: Banrepcultural. Recuperado de: enciclopedia.banrepcultural.org.
- Tamaro, E. (2019). Epifanio Mejía. (N/a): Biografías y Vidas. Recuperado de: biografiasyvidas.com.
- Epifanio Mejía. (2019). España: Wikipedia. Recuperado de: es.wikipedia.org.
- Guarín, A. (2011). Epifanio Mejía: el poeta de la montaña. (N/a): Revista Contestarte. Recuperado de: revistacontestarte.com.