¿Qué es la poesía mística?
La poesía mística es la que expresa la unión espiritual entre el poeta y Dios. Surgió en la segunda mitad del siglo XVI cuando, tras los inconvenientes internos en la Iglesia católica por la Reforma protestante, la lírica religiosa se separó entre la ascética y la mística.
La poesía ascética se enfocaba en que el espíritu puede alcanzar la perfección moral y ética. El misticismo, por su parte, trataba de expresar las maravillas que una persona experimenta en su propia alma al entrar en comunión con Dios.
La palabra mística tiene su origen en el verbo griego myein, encerrar, que define una práctica compleja y difícil de lograr, con el objetivo de alcanzar la unión del alma humana con lo sagrado.
La Real Academia Española, por su parte, define lo místico como: “Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste esencialmente en cierta unión inefable del alma con Dios por el amor, y va acompañado accidentalmente de éxtasis y revelaciones”.
Así, la poesía mística es una forma de expresión de una vida de perfección espiritual, secreta, alejada de lo ordinario, en estrecho vínculo con experiencias sobrenaturales.
En este sentido, es Dios quien eleva a las personas (y a los poetas) a un lugar por sobre las limitaciones naturales, donde logran entrar en conocimiento de una experiencia sensorial superior.
A grandes rasgos, el misticismo permea todas las religiones, pero tiene una mayor injerencia en las creencias monoteístas, como el catolicismo, el judaísmo y el islam, entre otras, y no tanto en las religiones que practican el politeísmo.
Para poder entrar en el campo místico, y lograr la unión con la divinidad, se deben atravesar tres vías: la purgativa, que consiste en limpiar el alma mediante la oración, la iluminativa, donde se halla la paz espiritual y depende de la voluntad divina, y la unitiva, que es cuando el alma se une con Dios, donde las palabras son insuficientes y por ello el poeta debe recurrir a símbolos y otros recursos literarios.
Uno de los versos místicos más famosos es el siguiente:
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Su autoría es discutida entre san Juan de la Cruz y santa Teresa.
Formas de la poesía mística
Se considera que la mística es inefable, por lo que los autores recurren a la poesía para expresarse. A su vez, este tipo de género tiene diferentes formas, aunque es el verso su formato más cultivado.
Sus contenidos tratan sobre el amor divino y las hermosas vivencias que los creyentes alcanzan tras llegar a la comunión con Dios. Esta experiencia no depende del ser humano, sino solo de Dios. En este sentido, el autor es solo un vehículo, y la poesía su expresión.
Tipos de poesía mística cristiana
Es complejo hacer una clasificación acabada de la poesía mística del cristianismo, pues al ser una experiencia trascendental del ser humano puede expresarse de manera diversa según cada escritor. Sin embargo, se pueden resumir en tres grandes grupos.
- Mística germánica. En esta destaca Hildegarda de Bingen (siglo XII). Hildegarda fue una notable mística, líder monástica, profetisa, músico, escritora y médica. Fue una de las personalidades más fascinantes de su tiempo y dejó una obra extensa y admirada.
- Mística italiana. Su principal exponente fue san Francisco de Asís, quien fue el autor del célebre Cántico, uno de los primeros textos literarios italianos.
- Mística española. Se desarrolló sobre todo en Castilla, Cataluña y Andalucía, y surgió como una respuesta ante la crisis del protestantismo, en el siglo XVI. San Juan de la Cruz y santa Teresa de Ávila fueron sus principales protagonistas. Tuvo un marcado carácter ecléctico, y fue una de las últimas expresiones literarias místicas en aparecer, por lo que se la considera la conclusión de la tradición mística del cristianismo en Occidente.
Principales representantes
San Juan de la Cruz (España, 1542-1591)
Religioso y poeta místico del Renacimiento español. Reformó la Orden de Nuestra Señora del Carmelo y fue cofundador, con santa Teresa de Ávila, de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Se le considera el patrono de los poetas españoles desde 1952 y concebía su experiencia como un trascender del todo, donde el amor total por Dios y la creación llevan a sentimientos superiores de vida.
San Juan de la Cruz estuvo encarcelado algunos meses por sus ideales y fue allí donde escribió gran parte de su Cántico espiritual, su obra más destacada. Con una prosa explicativa, este autor dejó un vasto legado que fue de gran influencia tras su muerte.
Sus obras pueden dividirse en mayores y menores. Entre las primeras se encuentran Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva, mientras que entre las segundas aparecen una decena de glosas, romances y cantares.
Santa Teresa de Ávila (España, 1515-1582)
Santa Teresa de Ávila, también llamada santa Teresa de Jesús, fue monja y escritora, fundadora de las Carmelitas Descalzas. Es una de las principales y más destacadas referencias de la poesía mística española.
Sufrió grandes padecimientos físicos y de salud. Dedicó su vida a la fe y la poesía mística, con un estilo fácil, ardiente y apasionado. Su amor en Dios está expresado en su obra, donde se destaca una imaginación vehemente y una prosa concreta.
Su legado literario dejó una gran influencia, se tradujo a diversos idiomas y lenguas y su nombre figura en el catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Real Academia Española.
Prolífica en su actividad, dejó casi un millar de escritos, entre los que se destacan cartas, poemas y obras, como Camino de perfección, Conceptos del amor de Dios y El castillo interior, Vida de santa Teresa de Jesús (una especie de autobiografía), el Libro de las relaciones, el Libro de las fundaciones y el Libro de las constituciones.
Fue canonizada en 1622 y en 1970 Pablo VI la proclamó Doctora de la Iglesia. Ella y san Juan de la Cruz son la cumbre de la poesía mística escrita en español y de la mística experimental cristiana.
Referencias
- Hatzfeld, H., Los elementos constituyentes de la poesía mística, Recuperado de cervantesvirtual.com.