¿Qué es la revolución verde?
La revolución verde es un concepto que comenzó a utilizarse en 1968 para describir un nuevo paradigma en la producción agrícola. Se basaba en la siembra de variedades mejoradas de diversos cultivos con la intención de aumentar las cosechas y los alimentos obtenidos.
El creador de la revolución verde fue Norman Borlaug, un ingeniero agrónomo estadounidense. Había investigado el resultado de cruces entre plantas de distintas especies con la intención de hacerlas más resistentes y productivas. En un principio, el objetivo fue acabar con el hambre en los países del tercer mundo.
El primer país latinoamericano que reformó su sistema agrícola para introducir estos cultivos modificados fue México, seguido después por otros países de la zona. Uno de los principales ejemplos es Argentina, donde la soja transgénica se ha convertido en uno de sus principales recursos económicos.
Los resultados de la revolución verde son bastante controvertidos. Por un lado, las cosechas obtenidas son mucho mayores, lo que ha contribuido efectivamente a paliar algunas hambrunas. Por otro, ha significado que los países pobres dependan de las empresas creadoras de las semillas, además de producir un empobrecimiento del suelo y de la biodiversidad.
Características de la revolución verde
- El término revolución verde fue utilizado por primera vez por el exdirector de USAID, William Gaud, para describir el aumento de la productividad agrícola en Estados Unidos entre 1960 y 1980. Después, esa mayor productividad se extendió a otros países.
- El iniciador de esta revolución fue el ingeniero agrónomo estadounidense Norman Borlaug, quien, con la colaboración de varias organizaciones agrícolas internacionales, experimentó con plantas de maíz, arroz y trigo. Comenzó a realizar cruces selectivos para hacerlas más productivas en los países en vías de desarrollo.
- La causa de esta investigación fue la baja producción agrícola que se daba en esos países, lo que estaba asociado a las hambrunas y la desnutrición.
- Una vez obtenidas las variedades modificadas, cada tipo de planta se plantaba en un terreno determinado, utilizando grandes cantidades de agua, fertilizantes y plaguicidas. Los resultados fueron positivos en cuanto a producción, aunque produjo un serio deterioro en los campos de cultivo y una desmejora en la calidad nutricional de los cultivos.
- Este tipo de agricultura se basa en cuatro grandes pilares: la maquinaria moderna, los agroquímicos, la biotecnología y los sistemas de riego.
- Se implantaron prácticas agrícolas, denominadas “paquetes tecnológicos”, de tipo intensivo. Estas técnicas fueron impulsadas desde los gobiernos de cada país, con el apoyo de la comunidad agrícola y de las empresas productoras.
- Estas prácticas comenzaron a internacionalizarse en 1963, cuando la FAO organizó un Congreso Mundial de la Alimentación, y una de las conclusiones obtenidas fue poner en marcha un plan de desarrollo agrario en todo el mundo.
- La motivación para el desarrollo de este plan fue la necesidad de producir más alimentos dado el aumento de la población mundial. El proyecto recibió el apoyo de las fundaciones Ford y Rockefeller.
- El programa animaba a los países a realizar cambios profundos en su agricultura. El objetivo era que adoptaran el modelo de monocultivos dependientes de los fertilizantes químicos para incrementar el rendimiento y la rentabilidad.
- Una de las características de la revolución verde es el uso de semillas de variedad de alto rendimiento, desarrolladas en laboratorios. Los estudios se centraron en el maíz, el arroz y el trigo. Fueron realizados en el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) de México y el International Rice Research Institute (IRRI) de Filipinas.
- Las plantas obtenidas eran más resistentes al viento y presentaban un crecimiento más acelerado, hasta el punto de que ofrecían tres cosechas anuales.
- Como aspecto negativo, su uso requería de grandes cantidades de agrotóxicos y de fertilizantes, además de importantes sistemas de riego.
- Una de las críticas más comunes a la revolución verde es que hace que la actividad agrícola sea totalmente dependiente del petróleo. Esto incluye desde la maquinaría necesaria hasta los combustibles o lubricantes utilizados.
- El petróleo también está presente en los diferentes agrotóxicos utilizados, como los insecticidas, los herbicidas o los insecticidas.
- La ineficiencia energética de estos cultivos es, también, bastante pronunciada. Este tipo de agricultura requiere más energía de la que genera.
- Los cultivos principales tenían baja calidad proteica y alto contenido en hidratos de carbono (altos en calorías), lo que propició en gran medida las llamadas “enfermedades de la civilización”: obesidad, diabetes, hipertensión, etc.
Objetivos de la revolución verde
La revolución verde fue concebida como una manera de ayudar a los agricultores de los países en desarrollo. Con su uso, la producción aumenta y, por lo tanto, se cultivan muchos más alimentos.
- Erradicación del hambre y de la desnutrición: el principal propósito de la revolución verde era reducir el hambre en el mundo. Según los expertos, el aporte energético mínimo por persona debe ser de 2.200 kcal/día. Los informes de la FAO de los años 60 afirmaban que el 56% de la población mundial no llegaba a esos mínimos vitales. Los nuevos sistemas agrícolas han reducido esa cifra y, en los años 90, el porcentaje había caído hasta el 10%. Aun así, la malnutrición sigue afectando a 2.000 millones de personas.
- Aumento del volumen de la cosecha: otro de los objetivos era aumentar las cosechas. Los datos indican que su uso ha logrado aumentar el volumen por hectárea y, además, permite obtener más cosechas al año. Las semillas modificadas son las responsables de ese aumento, sobre todo en el cultivo de cereales. El mayor rendimiento implica más ingresos para los agricultores pobres y el incremento de la cantidad de alimentos reduce el hambre en los países en vía de desarrollo.
Ventajas y desventajas de la revolución verde
Aunque las cifras globales sobre aumento de las cosechas son positivas, la revolución verde también ha tenido algunos efectos negativos.
En la actualidad, se está desarrollando un importante debate para eliminar esas desventajas y desarrollar una agricultura igual de productiva y respetuosa con el medio ambiente.
Ventajas
- Se aumentó la cantidad de cosecha por hectárea cultivada. Esto implica la obtención de más alimentos en el mismo terreno.
- Las semillas obtenidas son más resistentes. La hibridación del maíz, el trigo y el arroz supuso que los cultivos fueran más fuertes ante plagas y heladas. Esto provocó que las cosechas se incrementaran en un 50%.
- En tiempos recientes se han modificado semillas para que los productos obtenidos tengan características específicas. Dentro de este campo destaca la creación de un tipo de arroz que ayuda a prevenir la ceguera infantil causada por ciertas dolencias.
Desventajas
- Tiene un alto impacto medioambiental por el uso intensivo de fertilizantes y pesticidas.
- Es un tipo de agricultura muy dependiente del petróleo y sus derivados.
- Los cultivos de esta revolución necesitan una gran cantidad de agua, algo muy negativo en zonas en las que, tradicionalmente, hay escasez de este recurso. A esto hay que unirle los perjuicios causados por el vertido de químicos en el agua.
- Los críticos de este sistema también denuncian la salinización y destrucción del suelo, la deforestación y la pérdida de biodiversidad como desventajas asociadas al modelo.
Consecuencias de la revolución verde
- Aunque las consecuencias positivas de la revolución verde son innegables, sus efectos no están libres de problemas. Los dos más importantes son los daños ambientales y la cantidad de energía necesaria para su implantación. Los más críticos señalan que este tipo de agricultura es, en realidad, un sistema de conversión de energía, especialmente petróleo, en alimentos.
- Otro problema que ha provocado esta revolución es la pérdida de biodiversidad agrícola. Las variedades mejoradas introducida han desplazado a las tradicionales y locales, que han llegado a desaparecer en algunas partes del mundo.
- La revolución verde ha significado que la estructura ambiental de grandes áreas se ha modificado. La biodiversidad natural ha desaparecido, reemplazada por un pequeño número de plantas cultivadas. Además, por sus mismas características, es un sistema que tiende al monocultivo.
- Los cultivos son nutricionalmente más pobres, lo cual ha afectado la salud de millones de personas alrededor del mundo. Si bien, por un lado, el hambre disminuyó, por otro, las dietas basadas en estos cereales ha agravado problemas de desnutrición y han surgido enfermedades crónicas asociadas a ellos.
Hacia un modelo más sostenible
Las últimas tendencias agrícolas buscan aunar las facetas positivas de la revolución verde con la eliminación de sus efectos negativos. De esta manera, se investiga cómo evolucionar hacia un modelo más sostenible.
La propia FAO, que impulsó la revolución en sus inicios como forma de acabar con el hambre, ha presentado un estudio en el que 78 científicos abordan la forma de lograr una agricultura más sostenible desde varios enfoques diferentes.
A raíz de la revolución verde y de sus efectos negativos, se creó la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica, que pretende estimular a grandes y pequeños agricultores a producir alimentos orgánicos, utilizando pesticidas y fertilizantes naturales.
Revolución verde en México
México fue el primer país latinoamericano que puso en marcha iniciativas agrícolas relacionadas con la revolución verde. A partir de 1943, introdujo técnicas de producción moderna, como la selección genética de las semillas, la explotación intensiva por regadío y el uso masivo de fertilizantes y pesticidas. Esto provocó un importante aumento de las cosechas.
La esencia de esta revolución radica en el uso de semillas de alto rendimiento, con el fin de doblar, al menos, los resultados obtenidos con las semillas tradicionales.
Semillas modificadas genéticamente
México fue una de las sedes elegidas para la investigación sobre la mejora de las semillas. Los estudios se realizaron en el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT) y dieron como resultado algunas variedades más resistentes y productivas.
Estas semillas, denominadas VAR, fueron modificadas genéticamente para ofrecer un mayor rendimiento en cualquier tipo de terreno. Sin embargo, para sacarles el máximo partido, necesitan abonos especiales, mucha agua y pesticidas. Según los expertos, en este tipo de agricultura los fertilizantes son tan necesarios como las propias semillas.
Todo ello implica que la inversión necesaria para este modelo es muy alta. Esto ha provocado que, en México, los dueños de terrenos pequeños no puedan competir con los grandes propietarios.
Además, como ha pasado en el resto del mundo, los agricultores mexicanos se ven obligados a comprar todos los años semillas nuevas, ya que las modificadas están sujetas a propiedad intelectual. La influencia de las grandes empresas multinacionales dedicadas a las modificaciones genéticas es total.
Por último, muchas de esas VAR corresponden a alimentos no tradicionales en la región, por lo que, en realidad, la cosecha está destinada principalmente a la exportación.
Aumento de las cosechas
La consecuencia más positiva de la revolución verde en México ha sido el aumento de las cosechas. El trigo, por ejemplo, pasó de un rendimiento de 750 kg por hectárea en 1950 a uno de 3.200 kg veinte años después.
En este aspecto, los resultados fueron espectaculares y contribuyeron a paliar la malnutrición en algunas zonas del país.
Desplazamiento de los alimentos básicos
La implantación de las técnicas de cultivo industriales tuvo algunas consecuencias negativas para México. Entre estas se encuentra que los cultivos tradicionales, la base de la alimentación, han sido desplazados. Así, el maíz, el arroz, el frijol o el trigo han sido sustituidos por otros productos más rentables.
Esto, junto a la dependencia de los insumos de la agroindustria relacionados con el coste del petróleo, ha provocado que los campesinos pobres se hayan visto excluidos, además de suponer un aumento de los precios de los alimentos.
Tecnificación del campo
La tecnificación del campo ha sido fundamental para el aumento de las cosechas. Sin embargo, también ha tenido importantes efectos negativos, especialmente para los campesinos.
Por una parte, se ha generado una gran contaminación debida a los agroquímicos y a las necesidades de transporte de alimentos desde regiones lejanas. El uso intensivo de la tierra y los monocultivos ha provocado una importante pérdida de la biodiversidad de las semillas.
En cuanto a los efectos sociales, los perjuicios para los campesinos más humildes han sido, según los expertos, brutales. En México se ha preferido impulsar la agricultura de la revolución verde, con muchas subvenciones públicas, frente a los pequeños productores, causando la ruina de muchos de ellos.
Revolución verde en Colombia
La revolución verde en Colombia comenzó a expandirse entre las décadas de los 60 y 80 del siglo pasado. Distintas misiones estadounidenses ayudaron a incorporar la utilización de fertilizantes, plaguicidas y semillas modificadas en la agricultura colombiana.
Según Mario Arango Marín, investigador de la Universidad Nacional de Colombia,
“los modelos de producción agraria, el régimen de tenencia de tierras, los flujos migratorios campo-ciudad y los efectos para la seguridad alimentaria en el país tienen raíces en las ideas de desarrollo promovidas por las misiones norteamericanas”.
Esas acciones desarrolladas por las misiones fueron imprescindibles para promocionar la revolución verde e implantarla en territorio colombiano.
El arroz
Uno de los productos que inauguró la revolución verde fue una variedad de arroz, la IR8. Sus primeros usos se dieron en Asia en 1966, pero, casi al mismo tiempo, se enviaron 100 kilos de semillas a la Federación Nacional de Arroceros de Colombia.
Esta organización se encargó de distribuir las semillas entre todos los afiliados y, para al año siguiente, el impactó era claramente visible.
En esa época, además, se fundó en Colombia el Centro Internacional de Agricultura Tropical. Este firmó un acuerdo con el Instituto Colombiano Agropecuario y con la mencionada organización arrocera. Su objetivo era facilitar que, para finales de los año 80, todos los terrenos agrícolas se cultivaran con variedades desarrolladas a partir del IR8.
Innovación
A principios del nuevo siglo, Colombia estaba retrasada respecto a otros países latinoamericanos en cuanto a desarrollo agrícola. Para intentar corregir esa situación, el gobierno adoptó una posición más favorable hacia el uso de transgénicos.
La regulación aprobada por el Ministerio de Agricultura daba luz verde al uso de estas tecnologías de modificación genética en la agricultura.
Revolución verde en Argentina
El primer movimiento importante en Argentina relacionado con la revolución verde se produjo en 1956, con la creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria). Después, durante la dictadura militar, se aplicaron los primeros paquetes de híbridos. Sin embargo, el punto de inflexión se produjo en los 80, con la entrada de la soja.
El propio Borlaug, inventor de la revolución verde, acudió en varias ocasiones a Argentina. Allí, proclamó las ventajas para el país, y para el resto de Latinoamérica, del uso de la modificación genética y del manejo ambiental.
Salto productivo
Como en otros lugares, la revolución verde conllevó un gran crecimiento en la productividad de la tierra. Así, las cosechas de trigo, maíz y soja se incrementaron notablemente.
Sin embargo, según los estudios, este nuevo sistema productivo provocó la pérdida del 50% de la materia orgánica del suelo. Para tratar de paliarlo, se pusieron en marcha nuevos métodos de siembra directa, sistema que permite conservar los recursos del terreno.
Además, ese sistema era mucho más eficiente en cuanto al uso del agua, algo muy importante en regiones tradicionalmente secas. Hay que recordar que los cultivos de la revolución verde necesitan grandes cantidades de riego.
Soja transgénica
La introducción de la soja en Argentina supuso un gran cambio en su modelo agrícola. En 1997, su producción de soja transgénica era de once millones de toneladas, con una ocupación de seis millones de hectáreas. Solo diez años después, la producción alcanzó los 47 millones de toneladas, abarcando 16,6 millones de hectáreas.
Esta evolución se produjo en la década de los 90, impulsada por el gobierno de Carlos Menem. Este autorizó la siembra de semillas modificadas genéticamente y el uso de los agrotóxicos. Al día de hoy, el país es el tercer máximo exportador de este producto. La demanda de Europa y China ha supuesto un gran aumento de la entrada de divisas.
Efectos en la ganadería y agricultura
El cultivo de soja transgénica también ha tenido sus efectos negativos. En la actualidad, el 55% de la superficie agrícola argentina está ocupada por este producto, lo que, obviamente, significa que tuvo que desplazar a otros.
Al principio, la soja empezó a cultivarse en la región pampeana, antes dedicada a la producción de trigo, girasol y a la ganadería. Fue, precisamente, esta última actividad la primera que sufrió los efectos de esta expansión.
El ganado debió ser desplazado a zonas menos fértiles y se comenzó a usar un sistema de engorde por corral, lo que afectó la calidad.
Los pequeños ganaderos dedicados a la leche fueron incapaces de sobrevivir. Muchos tuvieron que agruparse y, en pocos años, solo existían grandes empresas en el sector. Esto acabó haciendo que los precios de la carne y la leche se incrementaran.
En una segunda fase, los cultivos de soja se extendieron hacia otras zonas, como Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. Esas regiones estaban dedicadas a cultivos para el mercado interno, que no pudieron resistir el avance de la soja.
Revolución verde en España
Los cambios en el censo agrario muestran bien a las claras el efecto de la revolución verde. Aunque también habría que tener en cuenta aspectos socioeconómicos, el cambio en el sistema agrícola ha hecho descender en gran medida el número de explotaciones.
Mientras en 1962 se contabilizaban más de 3 millones, en 2009 solo quedaban 971.602. Las más afectadas han sido las explotaciones pequeñas, que no superaban las 20 hectáreas.
Como en el resto del planeta, esta revolución vino acompañada por un uso creciente de sustancias químicas. Lo mismo sucedió con los sistemas de regadío, lo que provocó la pérdida de las capas más superficiales y fértiles del suelo. Como señalan los expertos, el aumento de productividad tuvo graves efectos para el medio ambiente.
Monocultivos
La variedad en los cultivos ha sufrido una gran merma desde el comienzo de la revolución verde. La agricultura industrial está asociada a la creación de monocultivos, y España no ha sido una excepción.
Uno de los casos más característicos en España ha sido la expansión de los invernaderos en parte de la península. Estos, muy eficientes, han cambiado el paisaje de amplias zonas, como la costa de Almería, en el sur. Sin embargo, las consecuencias medioambientales son muy negativas.
Pérdida de biodiversidad
El modelo agroalimentario aparejado a la revolución verde ha tenido un efecto reductor en la biodiversidad. Al estar basado en un número reducido de variedades adaptadas a la agricultura intensiva, los agricultores han abandonado otros cultivos más tradicionales.
Referencias
- Enseñanzas de la revolución verde: hacia una nueva revolución verde. Recuperado de fao.org.
- La revolución verde: tragedia en dos actos. Recuperado de revistaciencias.unam.mx.
- Green revolution. Recuperado de britannica.com.
- All You Wanted to Know About the Green Revolution. Recuperado de thoughtco.com.
- Think Again: The Green Revolution. Recuperado de foreignpolicy.com.