La psicología y significado del color verde se relaciona con los efectos que este color genera en las personas. Abunda en la naturaleza, pues es el color de la vegetación, y gracias a esto nos ha acompañado desde el surgimiento de la vida en la Tierra.
El verde tradicionalmente se asocia a la serenidad y la calma, a la alegría y a la curación. Se considera un color equilibrado, con tendencia a lo frío, adecuado para habitaciones infantiles, estudios, zonas para meditación y habitaciones de hospital, en sus tantas coloraciones verdosas.
En el espectro visible, el verde se ubica entre el amarillo y el azul.
La psicología del verde
En la política y toma de decisiones
El verde está asociado al equilibrio, porque cromáticamente está en medio de dos colores polares: el rojo y el azul. Y, a diferencia de los otros colores secundarios, es un color primario en la percepción psicológica de las personas, pues abunda en la naturaleza.
Así pues, el rojo es cálido y el azul es frío, mientras que el verde es atemperado. El rojo es seco, el azul es mojado, mientras el verde es húmedo. El verde representa, por ello, el punto medio, la conciliación, la armonía y la diplomacia.
Resulta excelente para decorar espacios donde deban tomarse decisiones neutrales, porque promueve la tolerancia. Sobre todo si va acompañado del azul, que es un color sereno.
El verde es útil para salas de juntas, donde se toman las decisiones más importantes de una empresa. Para cartas de disculpas, amnistías, para llevarlo en la ropa en algún momento que se deseen limar asperezas.
En la productividad y el éxito económico
También se asocia el verde a lo natural y a la naturaleza, sobre todo en escenarios citadinos. Los urbanistas trabajan en la creación de “espacios verdes” para eliminar la sensación de fatiga que generan los colores plomizos de la ciudad. El verde es descanso natural.
Utilizar el verde en oficinas muy cerradas ayuda a aumentar la productividad y la motivación, lo mismo que a bajar el estrés. Ello, ya sea con elementos artificiales o plantas. Ayuda a los empleados a sentirse más libres y menos atrapados.
Además, por ser el verde el color de la naturaleza, ayuda a que se aprecie más un producto. Deja la sensación de ser una extensión de lo natural y, por ende, saludable.
Pero, siendo el verde el color universal del dinero y el color de la burguesía en la Europa antigua, su relación con la riqueza no acaba allí. Vestirse con elementos verdes puede dar la sensación de mayor emprendimiento, y generar confianza en un futuro inversionista.
Además, el verde es un color juvenil, de modo que su uso puede ayudar a mostrar una idea como más innovadora, más fresca y atractiva. Siendo el verde el color de lo vital y la salud, puede conseguir que una idea gastada se vea renovada y llena de vida.
“Dar luz verde” a algo no es una expresión fortuita. Es un puesto que el verde se ha ganado a pulso por sus características ópticas que han pasado al terreno psicológico. Por eso, es el color ideal para iniciar proyectos, contratos y cualquier relación económica.
En la salud y la fertilidad
De la misma forma, es útil para la recuperación de la salud. Muchas píldoras usan un verde claro, igual que las paredes de muchos hospitales, porque mejora la disposición a curarse. Rodear de plantas a un enfermo puede renovarle el ánimo y el espíritu para seguir luchando.
El verde, por la misma razón, puede ayudar a sobrellevar un duelo. Al ser un símbolo de vida (incluso de vida eterna en algunas culturas), rodearse de verde en medio de un duelo lo hará más llevadero. Igualmente, ayudará durante la depresión.
Una habitación con elementos verdes puede ser el escenario ideal para una pareja que busca procrear un hijo. Al ser el color de lo fértil, puede predisponer el estado de ánimo de la pareja y la confianza sobre los recursos de su cuerpo.
Igualmente, la primavera es la estación del amor y la fertilidad, y es una estación verde. Planear una escapada romántica a algún paraje natural verde podría ser el afrodisíaco perfecto para la búsqueda de un hijo.
En lo espiritual
El verde es un color sagrado en muchas religiones. En el islam lo es, porque el profeta Mahoma vestía de ese color. En la religión católica, los sacerdotes visten de verde la mayoría de los días y el Espíritu Santo está representado por el color verde.
Pero también el verde es el color de la esperanza, según lo demuestran las encuestas. Por ello es un color perfecto para orar, meditar y para reconectar con la fe propia. Es el color de la confianza, y toda fe se alimenta de esto.
Renacer, resucitar, reencarnar o tener vida eterna es la promesa de muchas religiones, y todo ello está asociado al reverdecer y al no marchitar. De allí la esperanza que el verde genera.
Por ser el verde un color tranquilo y apacible, es ideal para meditar, para descansar, para reflexionar y buscar la paz con un mismo. Es un color que permite el ensimismamiento necesario para explorar la espiritualidad.
En China y otros países orientales, el verde simboliza la fertilidad y la esperanza, las buenas intenciones y la virtud. De allí que el jade sea la piedra preferida (verde) para regalar.
En lo negativo
El verde también ha sido asociado a la envidia (“se puso verde de la envidia”), a los celos y a la debilidad o cobardía. De hecho, antiguamente el mal se representaba con este color.
También hay una relación entre el verde y la muerte en algunas culturas. Por ejemplo, Osiris, el dios de la agricultura y el renacimiento en el antiguo Egipto, tenía la piel verde, y era el encargado de los juicios a las almas, por lo que también era un dios funerario.
Psicología del color verde
La psicología del color también toma nota de los rasgos de personalidad, de acuerdo a los colores que más nos gusten. Resulta lógico que las personas que gustan del verde tengan muchos de los rasgos ya dichos (equilibrio, vitalidad, espiritualidad). Pero ¿qué más?
Veamos diez puntos clave de la personalidad verde:
– Son personas con una visión práctica de la vida (con los pies en la tierra).
– Son buenos acompañantes en crisis, ya que pueden mantener la calma.
– Son personas inteligentes, hábiles en captar nuevas ideas y conceptos.
– Pueden presentar una alta necesidad de afecto y pertenencia a grupos.
– Tienen un estándar moral elevado. Necesitan hacer las cosas bien.
– Son grandes amantes de la comida y los placeres de la vida.
– Les suele gustar más observar y analizar que tomar acción o partido.
– No son personas detallistas. Los detalles pueden aburrirlos.
– Pueden llegar a ser muy complacientes, olvidándose de sí mismos.
– Parecen inocentes a simple vista, pero son bastante astutos.
Y si no te gusta el verde, ¿qué pasa? Pues los colores que no nos gustan también dicen mucho de nuestra personalidad. Los que odian el verde pueden ser personas poco sociables y a quienes no les agrada la naturaleza.
También son personas que no gustan hacer lo mismo que la mayoría. Es decir, no son personas tan adaptables o flexibles, por lo que se concentran más en sus propias necesidades.
En definitiva, pueden tener varios valores opuestos a la personalidad verde, pero de ello dependerá también el color que más les guste. Si eres de los que rechazan el verde, quizás hayas descubierto nuevos motivos para rodearte más de ese color.