La mujer en la Revolución francesa asumió roles de liderazgo, activismo y organización de eventos que contribuyeron, junto a otros, a la caída de la monarquía francesa en 1792. Recordemos que la Revolución francesa fue un conflicto político y social que marcó el fin del absolutismo y el feudalismo en Francia.
Antes de la revolución, la sociedad estaba dividida en grupos sociales denominados “Estados”. El primer estado, conformado por miembros de la Iglesia, el segundo, por los nobles y el tercer estado, por los comunes.
Los comunes, el pueblo, estaban obligados a pagar la mayor cantidad de tributos, mientras la nobleza llevaba una vida llena de lujos que contrastaba con la miseria de los más desfavorecidos.
La marcha hacia Versalles
El 5 de octubre de 1789, en respuesta al sobreprecio y escasez de pan, un nutrido grupo de mujeres caminaron los 21 kilómetros que separaban París del palacio de Versalles, hogar de la familia real.
El objetivo de la manifestación era exigir una respuesta del rey y obligarlo a residir en París al lado del pueblo. Eventualmente, los hombres se unieron al grupo, sumando al menos 60.000 personas a la protesta.
La actividad culminó al día siguiente, cargada de violencia. Muchos manifestantes ingresaron al palacio y mataron a dos guardaespaldas del rey. Para evitar más derramamiento de sangre, el monarca se mudó con su familia a París.
Este suceso ocurrió el mismo año en el que representantes del Tercer Estado rompieron con los demás estamentos sociales, establecieron una Asamblea Nacional y exigieron a la monarquía una serie de derechos. La toma de la Bastilla había ocurrido solo tres meses atrás.
El principio del fin de la monarquía había llegado.
El rol de la mujer en la Revolución francesa
La marcha hacia Versalles ofrece una clara idea de cuán comprometidas estaban las mujeres en lograr los cambios necesarios para tener un país con mejores condiciones de vida.
Mujeres de todos los estratos sociales formaron parte de este movimiento. Desde las pertenecientes a la clase trabajadora, que participaron en manifestaciones, revueltas violentas y escondieron a perseguidos, hasta las intelectuales que desafiaron el régimen con sus publicaciones.
Eran las que llevaban los clubes y salones donde políticos y mentes brillantes de la revolución debatían y elaboraban los conceptos de una Primera República que aún no había nacido.
Activistas como Pauline Léon (1768-1838) fueron notables. Ella introdujo ante la Asamblea Nacional una petición firmada por 319 mujeres para formar una Guardia Nacional femenina armada, con el objetivo de defender París en caso de una invasión.
Una petición similar fue realizada por Theroigne de Mericourt (1762-1817), quien solicitó la creación de una “Legión de Amazonas” para proteger la revolución. Incluso afirmó que el derecho a portar un arma transformaría a las mujeres en verdaderos ciudadanos. Ambas peticiones fueron negadas.
Otra mujer notable de la Revolución fue Olimpia de Gouges, escritora que redactó los Derechos de la mujer y la ciudadana, en clara alusión a la Declaración de los Derechos del hombre y el ciudadano.
El activismo femenino siempre levantó controversia, ya que en el siglo XVIII, las mujeres eran vistas biológica y socialmente diferentes a los hombres, destinadas exclusivamente a las labores domésticas, guardianas de la moralidad y la virtud.
Su presencia estaba prohibida en las asambleas privadas de ciudadanos, pero esto no impidió que acudieran a las públicas, hasta que también se les negó el acceso a estas.
Formaron clubes femeninos para debatir sobre nuevas leyes y reformas, leían sobre ellas a las mujeres iletradas y lideraron un activismo en temas como el derecho al voto, a la propiedad y condiciones igualitarias en el divorcio. Para 1793 estos clubes también fueron prohibidos.
Mujeres contrarrevolucionarias
Un aspecto importante, durante esta época, fue el llamado movimiento de descristianización de la Iglesia, una acción revolucionaria con la que muchos no estaban de acuerdo, especialmente las mujeres que vivían en áreas rurales.
Aunque estas personas abrazaban los cambios políticos y sociales de la revolución, se oponían a la disolución de la Iglesia católica y a la formación de doctrinas como “el culto al Ser Supremo”, promovido por el líder revolucionario Maximilien Robespierre (1758-1794).
Estas mujeres comenzaron a verse a sí mismas como defensoras de la fe, y trabajaron activamente en un cambio, difundiendo panfletos y negándose a asistir a misas celebradas por sacerdotes que habían jurado lealtad a la República.
En defensa de sus derechos igualitarios
Las mujeres protestaban contra cada ley que las excluía de la nueva Francia que lentamente se formaba.
Influyentes escritoras darían pasos arriesgados en defensa de los derechos femeninos, como Olimpia de Gouges (1748-1793), fundadora de la Sociedad Popular de las Mujeres y autora de la Declaración de los Derechos de la mujer y de la ciudadana en 1791.
Este documento surgió en respuesta a la Declaración de los Derechos del hombre y el ciudadano de 1789, del que fueron totalmente excluidas.
Lamentablemente, sus ideas sobre derechos igualitarios la llevaron a ser guillotinada en 1793 durante el denominado “reinado del terror”, un periodo de un año en el que Robespierre persiguió a cada enemigo de la revolución.
Las mujeres nunca obtuvieron un trato igualitario durante la Revolución francesa, ninguna de las asambleas nacionales siquiera consideró una legislación que les otorgara derechos políticos. Sin embargo, la insurgencia sí contribuyó a generar cambios a su favor.
El fin de la Revolución francesa
Los historiadores marcan el fin de la Revolución francesa en 1799, cuando Napoleón Bonaparte derrocó el Gobierno Revolucionario, formado tras la ejecución del rey Luis XVI y de su reina consorte María Antonieta, evento ocurrido siete años antes.
Con el inicio de la República, tras la caída de la monarquía, historiadores afirman que la Revolución francesa forzó a la mujer a ser más consciente de su estatus en la sociedad, y que si bien sus derechos políticos y sociales no fueron atendidos, estos tampoco fueron olvidados con el pasar de los años.
Hoy en día se conoce mucho más sobre la participación femenina en una lucha que contó con varios frentes, ya que las mujeres no solo se concentraron en defender el derecho al alimento, sino en lograr un lugar igualitario con derechos políticos que les garantizara una sociedad más libre.
Referencias
- Role of Women in French Revolution. Recuperado de academia.edu.
- Women in the French Revolution. Archive of European Integration. Recuperado de pitt.edu.
- Feminism, Women and the French Revolution. Published by Berghahn Books. Recuperado de jstor.org.
- Science and Society. Recuperado de jstor.org.
- Liberty for All? An exploration of the status of women in Revolutionary France. Recuperado de indiana.edu.