¿Qué es la desensibilización sistemática?
La desensibilización sistemática es un tipo de terapia de exposición, muy utilizada en algunas terapias psicológicas, y uno de los componentes fundamentales de la terapia cognitivo-conductual. Se trata de un enfoque que ha demostrado ser extremadamente efectivo en el tratamiento de todo tipo de trastornos, especialmente en los trastornos de ansiedad.
La desensibilización sistemática consiste en ir haciendo que una persona se vaya enfrentando poco a poco a situaciones que le provocan miedo o están relacionadas con su trastorno. Así, en lugar de tener que superar todos sus problemas de golpe, puede ir reduciendo sus sensaciones de ansiedad de manera sencilla y progresiva.
Esta técnica está basada principalmente en las teorías sobre condicionamiento clásico y operante. La idea detrás de la desensibilización sistemática es que una respuesta aprendida (como el miedo a las arañas) puede ser desaprendida mediante condicionamiento clásico, siendo reemplazada por otra más útil.
Técnica (pasos)
La idea detrás de la desensibilización sistemática es muy simple. Para ayudar a una persona a eliminar un miedo o situación ansiógena, es necesario que se enfrente a ella poco a poco y en un entorno seguro, a la vez que aprende a relajarse. Sin embargo, para llevarse a cabo correctamente, es necesario seguir una serie de pasos.
Diagnóstico del problema
Antes de empezar a aplicar la desensibilización sistemática (o cualquier otra técnica terapéutica), el psicólogo tiene que realizar una evaluación en profundidad al paciente.
Es habitual que se le haga una entrevista estructurada en la que se indague sobre la naturaleza del problema, para asegurarse de que esta técnica es la más adecuada.
En esta entrevista estructurada, el psicólogo hará preguntas sobre cuándo y cómo apareció el problema, el pasado del paciente en este sentido, la historia familiar y médica y las terapias recibidas hasta el momento, si es que se ha probado con alguna.
De esta manera, se puede comprobar la idoneidad de utilizar la desensibilización sistemática con la persona.
Técnicas de relajación
Una vez que se ha decidido que la desensibilización sistemática realmente puede ayudar al paciente a solucionar su problema, es posible comenzar con el proceso propiamente dicho. El primer paso es enseñarle a la persona una técnica de relajación y practicarla con ella hasta que la domine completamente.
Las técnicas de relajación más empleadas en terapia son la relajación muscular progresiva, la respiración profunda o la meditación o mindfulness. En principio, solo es necesario que el paciente domine una de ellas antes de pasar a la siguiente fase, pero si fuese necesario, se podría probar con varias hasta encontrar una idónea.
La enseñanza de la relajación tiene un motivo principal: cuando se está practicando una de estas técnicas, debido a un efecto conocido como “inhibición recíproca”, es físicamente imposible estar en un estado de ansiedad, miedo o preocupación. Sin embargo, la relajación solo funciona cuando el malestar no es demasiado alto.
Creación de una jerarquía de situaciones ansiógenas
En el segundo paso de la desensibilización sistemática, el paciente tiene que pensar en una lista de situaciones posibles en las que experimente su miedo concreto.
Por ejemplo, si la persona va a terapia debido a una fobia a las serpientes, algunas de las situaciones incluidas pueden ser imaginar a uno de estos animales o tener a uno cerca.
Una vez que se hayan encontrado entre cinco y diez situaciones ansiógenas, se le pide a la persona que las clasifique en función del miedo que le provoca cada una.
Además, también se le dice que categorice cada una de ellas con un número entre el 1 y el 10, siendo un 1 “nada de malestar” y 10 el máximo miedo posible.
Exposición progresiva
El último paso de la desensibilización sistemática es el más largo, y también el más importante. Una vez realizada la clasificación del punto anterior, el terapeuta ayudará al paciente a enfrentarse a cada una de las situaciones de la lista, comenzando por la más sencilla, hasta acabar en la más difícil.
En cada una de estas situaciones, la persona tiene que aplicar la técnica de relajación que trabajó en el primer punto hasta que sea capaz de vivirla sin miedo. Una vez que se haya dominado una de la lista, se pasará a la siguiente, repitiendo el proceso hasta que la ansiedad sea eliminada por completo.
Esta exposición puede hacerse de dos maneras. La primera, conocida como “método In Vitro”, consiste en que el paciente se imagine cada una de las situaciones de la manera más realista posible. En la segunda, por el contrario, la persona tiene que enfrentarse realmente a las situaciones que la asustan. Este método se conoce como “In Vivo”.
La elección de uno u otro método dependerá de varios factores. Por ejemplo, de si es realista o no crear las situaciones en vivo, o del nivel de miedo que tenga la persona al comenzar la terapia. En cualquier caso, es posible combinar ambos o cambiar de uno a otro en cualquier momento.
¿Para qué trastornos se indica la desensibilización sistemática?
A pesar de su probada efectividad, la desensibilización sistemática no sirve para tratar todos los problemas psicológicos que existen. En algunos casos parece no ser demasiado útil, mientras que con ciertos trastornos podría incluso llegar a ser contraproducente.
Por lo general, la desensibilización sistemática funciona perfectamente con la mayoría de tipos de fobias específicas. Cuando se da uno de estos trastornos, normalmente tan solo son necesarias unas pocas sesiones para eliminarlo por completo y que no suponga un problema para el paciente.
Además de las fobias específicas, la desensibilización sistemática también puede ayudar a tratar problemas más complejos, como la fobia o ansiedad social, y algunos otros trastornos de ansiedad, como el estrés postraumático o el trastorno obsesivo-compulsivo. Sin embargo, en estos casos generalmente será necesario acompañarla de otras técnicas.
Por último, otras enfermedades psicológicas, como las pertenecientes a los trastornos del estado de ánimo o la esquizofrenia, no pueden tratarse utilizando este enfoque. De hecho, algunos estudios parecen sugerir que la desensibilización sistemática podría incluso empeorar el problema en estos casos.
Ejemplo de aplicación
Caso de paciente con fobia a avispas
Durante la entrevista inicial, el paciente le cuenta al psicólogo que lleva toda la vida sufriendo un gran malestar cada vez que tiene una avispa cerca.
Solo de imaginarse esta situación, empieza a ponerse visiblemente nervioso, y manifiesta que el problema le está causando interferencias en su vida cotidiana.
Tras enseñarle un ejercicio de respiración profunda, el psicólogo y el paciente lo practican juntos hasta que este último es capaz de calmarse partiendo de un estado de ánimo algo agitado. Se le pide que realice el ejercicio en casa durante una semana, y en la siguiente sesión se pasa a la siguiente fase.
En el siguiente paso, la persona crea una lista de situaciones que le provocan ansiedad, y les agrega una cifra del 1 al 10, simbolizando su nivel de malestar hacia cada una de ellas. La lista queda de la siguiente manera:
- Pensar en una avispa: 2.
- Ver una imagen de una avispa: 4.
- Ver una avispa a tres metros de distancia: 6.
- Ver una avispa a un metro de distancia: 8.
- Que una avispa se pose en su brazo: 10.
Una vez que la lista está terminada, la persona tiene que ir pasando por cada una de las situaciones mientras realiza la técnica de relajación que ha aprendido.
Así, en una sesión tiene que imaginarse una avispa mientras respira profundamente, hasta que consiga estar calmada. En la siguiente, se le presentará una imagen de este insecto.
Otros ejemplos
- Una persona con fobia a los perros se expone poco a poco a ellos. Primero en imaginación y más tarde en la realidad.
- Persona con fobia a volar se expone primero en realidad virtual, luego en un avión en tierra y finalmente en un vuelo real.
Referencias
- Systematic Desensitization. Recuperado de simplypsychology.org.
- Systematic Desensitization for Panic Disorders. Recuperado de verywellmind.com.