Los incendios forestales son fuegos no controlados que consumen amplias áreas de bosques u otros tipos de vegetación. Se caracterizan por ser incendios cuya materia combustible es la madera y tejidos vegetales y el viento interviene en su desarrollo.
Estos incendios pueden producirse tanto por causas naturales como antropogénicas (acciones humanas). En el primer caso ocurren por efectos de rayos en condiciones de sequía extrema con altas temperaturas, pero la mayoría son ocasionados por la acción humana accidental o intencional.
Los mismos son una de las principales causas de degradación o pérdida de ecosistemas, ya que pueden eliminar totalmente la cubierta vegetal, así como la fauna del área. Esto incrementa la erosión del suelo, aumenta la escorrentía y disminuye la infiltración, por lo que se reducen las fuentes de agua.
Existen tres tipos básicos de incendios forestales determinados por el tipo de vegetación, humedad ambiental, temperatura y régimen de vientos. Estos son los incendios superficiales, los de copas y los subterráneos.
Para prevenir los incendios forestales es fundamental la concienciación ciudadana respecto al problema y sus consecuencias. De igual forma la guardería ambiental, sistemas de detección y alerta temprana, así como contar con equipos de bomberos forestales.
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Características de los incendios forestales
Los incendios forestales se caracterizan por ocurrir en áreas abiertas donde el viento cumple un papel determinante. Por otra parte, el material inflamable que los alimenta es la materia vegetal, como lignina y celulosa que arden con facilidad.
Para que se originen es necesaria la combinación de un material combustible, calor y oxígeno. Los principales factores que influyen son la presencia de vegetación seca y baja humedad del suelo y del aire, así como altas temperaturas y viento.
Composición específica
Las especies de plantas en un sitio dado pueden determinar la magnitud y velocidad de propagación de los incendios. Por ejemplo, coníferas como los pinos y cipreses producen resinas que incrementan la combustibilidad del material vegetal.
Asimismo, algunas angiospermas de familias como Anacardiaceae y los pastos secos (gramíneas) son excelente combustible. Particularmente, en los pastizales altos las llamas se propagan con gran velocidad.
La topografía
El relieve del terreno donde se desarrolla el incendio forestal y la dirección del viento, son determinantes en la propagación y alcance del incendio. Por ejemplo, un incendio en laderas montañosas con corrientes de aire que suben se propaga a alta velocidad y con llamas de gran altura.
Además, cuando hay mucha pendiente, los fragmentos de material combustible encendido (pavesas) se desplazan fácilmente hacia abajo.
El fuego y los ecosistemas
Hay ecosistemas donde el fuego es una de sus características de funcionamiento y las especies se han adaptado a incendios periódicos e incluso son dependientes del fuego. Por ejemplo, en las sabanas y bosques mediterráneos ocurren quemas periódicas que renuevan la vegetación y promueven la germinación o rebrote de algunas especies.
Por otra parte, muchos otros ecosistemas no toleran el fuego, y se ven gravemente afectados por los incendios forestales. Este es el caso de las selvas húmedas tropicales, los bosques tropicales deciduos entre otros.
Partes de un incendio forestal
Las partes del incendio forestal están determinadas fundamentalmente por la dirección de avance del fuego, que depende del viento. En este sentido se define un frente del incendio, flancos y una cola así como los focos secundarios.
A partir del punto de inicio, el fuego se expande en todas las direcciones del plano, pero la dirección dominante del viento define sus características.
El frente del incendio
Es el borde frontal del incendio favorable a la dirección dominante del viento donde las llamas son altas y se pueden presentar lenguas de fuego. Estas últimas son prolongaciones longitudinales del frente, que van abarcando el terreno y ampliando el área de incendio.
Los bordes laterales
Se trata de las partes laterales del incendio con relación al frente de avance, donde los vientos inciden de forma lateral. En esta zona, la intensidad del fuego es menor y su avance más lento.
La cola
Es la parte posterior del incendio forestal y corresponde al lugar de origen del mismo. En este punto, las llamas son más bajas debido a que se ha consumido la mayor parte del material combustible.
Focos secundarios
Es común que se generen focos de incendio alejados del núcleo principal, por la acción de fragmentos de material encendido que se desplazan por acción del viento o pendientes pronunciadas.
Causas
Los incendios forestales pueden originarse por causas naturales o ser provocados por acciones del ser humano.
– Causas naturales
Algunos incendios de vegetación ocurren por causas estrictamente naturales como lo es el impacto de un rayo. Igualmente, se ha señalado la posibilidad de que exista la combustión espontánea de cierto tipo de vegetación en condiciones adecuadas.
Sin embargo, algunos investigadores niegan esta posibilidad debido a que las temperaturas requeridas para el inicio de un incendio forestal sobrepasan los 200 ºC.
– Causas humanas
Más del 90% de los incendios forestales son debidos al ser humano, bien sea por accidente, negligencia o provocados intencionalmente.
Accidentes
Muchos incendios forestales se inician por cortocircuitos o sobrecargas en líneas de transmisión eléctrica que pasan por áreas naturales. En algunos casos esto sucede porque no se eliminan las malezas en las bases de las torres y curso de las líneas eléctricas.
Negligencia
Una causa muy común de incendios forestales son las fogatas mal apagadas o no controladas. De igual forma la quema de basura o colillas de cigarrillos lanzadas a la orilla de la carretera.
Intencionales
Los incendios forestales provocados intencionalmente por el ser humano son muy frecuentes. Así, están los ocasionados por personas con problemas mentales que disfrutan provocando incendios (piromaniacos).
Por otra parte, muchos incendios forestales son causados premeditadamente para acabar con la cubierta vegetal y justificar el uso de la tierra para otros fines. Por ejemplo, se ha denunciado que la principal causa de incendios en la Amazonía es la quema intencional para introducir pastos y cultivos, principalmente soya.
Consecuencias
Para los ecosistemas donde el fuego forma parte de su dinámica natural, las consecuencias en general son positivas. Sin embargo, en la mayoría de los casos los incendios forestales traen consecuencias altamente negativas para el ecosistema y el ser humano.
Pérdidas de biodiversidad
Los incendios forestales causan un impacto directo disminuyendo la biodiversidad en el ecosistema. El fuego causa la muerte de las especies vegetales y animales, así como también otros organismos como hongo, musgos, líquenes y helechos.
No se ven afectadas solo aquellas especies tolerantes al fuego (pirófilas), como algunas palmas, árboles y gramíneas. Por otra parte, cuando el hábitat se degrada hay una desaparición secundaria de especies o muchas se ven forzadas a migrar para sobrevivir.
Pérdidas de fuentes de agua
La desaparición o degradación de la cubierta vegetal y la materia orgánica del suelo, aumenta la escorrentía del agua de lluvia, disminuyendo la infiltración. Por tanto, se reducen las reservas de agua subterránea y aumentan los sedimentos arrastrados del suelo que colmatan los embalses.
Además, al disminuir el área de bosque, se ve afectada su capacidad para contribuir a la producción de lluvia y a la captación de humedad ambiental.
Deterioro del suelo
Al quedar el suelo descubierto por la pérdida de la vegetación, aumenta la pérdida por erosión. Además, el fuego disminuye la materia orgánica del suelo y afecta su actividad biológica, contenido de humedad y capacidad de intercambio de iones minerales.
Calentamiento global
Los incendios forestales contribuyen de forma importante a incrementar el calentamiento global. Se destruyen los bosques que captan y retienen el carbono atmosférico y se libera el carbono retenido en forma de CO2, que es un gas de efecto invernadero.
Problemas de salud pública
El humo y partículas generadas por los incendios forestales causan graves problemas respiratorios a las poblaciones cercanas. De forma más directa las personas pueden sufrir quemaduras e incluso la muerte al verse atrapadas en los incendios forestales.
Daños a infraestructura y servicios
Los incendios forestales producen llamas que en ocasiones alcanzan grandes alturas y pueden afectar infraestructuras presentes en el área donde se desarrollan o en zonas cercanas.
Viviendas y otras infraestructuras
Cuando los incendios forestales alcanzan grandes extensiones, en ocasiones terminan afectando zonas residenciales cercanas. Por tanto, son comunes los casos de incendios forestales que terminan generando incendios de estructuras.
Líneas eléctricas
Cuando las llamas de los incendios forestales alcanzan las líneas eléctricas de alta tensión producen sobrecargas. Estas sobrecargas disparan los mecanismos de seguridad del sistema y se corta el suministro eléctrico a amplias zonas urbanas e industriales.
Pérdida de recursos provenientes del ecosistema
Los bosques y otros ecosistemas son fuente de recursos alimenticios, medicinales, genéticos e industriales que pueden ser aprovechados de forma sustentable. Los incendios forestales al destruir las especies del ecosistema provocan la pérdida de estos recursos.
Disminución de la actividad turística
Un valor de los ecosistemas es su potencial para el turismo. Sin duda que este se ve negativamente afectado con los incendios forestales, tanto por el riesgo a la seguridad de los turistas durante su ocurrencia, como por la degradación ambiental que producen.
Pérdidas económicas
El impacto negativo de los incendios forestales se manifiesta también en lo económico, debido a la pérdida de recursos forestales e infraestructuras, los costos asociados a problemas de salud, desplazamientos humanos y medidas de remediación posteriores.
Tipos de incendios forestales
Los incendios forestales se pueden clasificar tomando en cuenta diversos criterios, entre ellos el tipo de formación vegetal donde ocurren. En este sentido se habla de incendios forestales propiamente dichos e incendios de sabana o de herbazales en general.
En cuanto a la forma en que ocurren, los incendios forestales se clasifican en tres tipos: de superficie, de copas y subterráneos.
Incendios de superficie
Este tipo de incendio se propaga principalmente por la superficie del suelo, quemando la vegetación herbácea y arbustiva del sotobosque. Ocurre principalmente en ecosistemas como las sabanas inarboladas (sin árboles).
Incendios de copa
Ocurren en zonas boscosas donde los árboles tienen las copas muy cercanas y el fuego ataca las mismas. Por tanto, el incendio avanza de copa en copa con independencia del suelo del bosque.
Incendios subterráneos
Los incendios forestales subterráneos suceden principalmente en áreas con suelos ricos en materia orgánica. Por ejemplo, en zonas de turberas porque el fuego consume la turba por debajo del suelo.
Muchas veces los focos no son detectados y no son fáciles de combatir. Así, las turberas pueden durar semanas ardiendo en estas condiciones.
Los super incendios forestales o incendios hambrientos
Consisten en incendios forestales que por su gran magnitud se retroalimentan al generar sus propias condiciones de desarrollo. Ocurren formaciones vegetales muy extensas en condiciones de sequía extrema, por lo que hay abundante material combustible.
Por su extensión e intensidad generan grandes cantidades de calor y producen tormentas de fuego. Estos súper incendios o incendios de sexta generación son cada vez son más comunes, por las condiciones climáticas cambiantes en el planeta.
Por ejemplo, durante 2019, este tipo de incendios forestales consumió millones de hectáreas en la Amazonía, Norteamérica, Siberia, Europa occidental, Indonesia y Australia.
Tormentas de fuego
En algunos casos, el calor extremo que se genera en el área causa una zona de baja presión hacia la que fluyen masas de aire. Asimismo, el oxigeno alimenta las llamas y el incendio se vuelve más intenso y se extiende,
Las masas de aire caliente suben como columnas, formando un tipo de nube particular (pyro cumulonimbus). Cuando estas columnas colapsan, arrastran masas de aire hacia abajo que alimentan el fuego y hacen que cambie drásticamente su dirección.
Prevención
Prevenir la ocurrencia de incendios forestales requiere un programa integrado de medidas que va desde promover la conciencia ciudadana hasta sistemas de alerta temprana.
– Conciencia ciudadana
El punto de partida de un programa de prevención de incendios forestales es contar con una ciudadanía consciente del problema y sus consecuencias. Así, se podrá generar presión política a las administraciones estatales a fin de que inviertan los recursos necesarios.
Por otra parte, un ciudadano consciente contribuye a la vigilancia y alerta, al tiempo que cumple las medidas preventivas necesarias.
– Erradicación o control de la práctica de quema de rastrojos
Una causa muy común de incendios forestales es la práctica de quemas rastrojos y restos de cosecha antes de cultivar un terreno. Esta práctica además de afectar al suelo y a la atmósfera, aumenta el riesgo de incendios.
– Cortafuegos
Para evitar la propagación de los incendios, se debe establecer un sistema de cortafuegos, bien sea mediante franjas desprovistas de vegetación o barreras vivas. Estos cortafuegos se disponen separando áreas sensibles de posibles fuentes de inicio de incendios como carreteras, áreas pobladas y otras.
También contribuye a evitar la ocurrencia de incendios forestales o su propagación las podas controladas y las quemas controladas de material combustible,
Barreras vivas
Este método de cortafuego consiste en disponer franjas con vegetación siempre verde de especies pirófilas. Estas son especies que están adaptadas específicamente a resistir o tolerar el fuego.
– Mantenimiento y asistencia al bosque
Un sistema adecuado de prevención debe incluir el monitoreo del bosque y su mantenimiento periódico. Se deben eliminar las acumulaciones de material seco en áreas sensibles e incluso proveer fuentes de agua artificial.
– Sistema de alerta temprana
Un elemento fundamental para prevenir la propagación de un incendio forestal es detectar a tiempo los focos. Para esto se emplean sistemas de vigilancia directa, sistemas tecnológicos de detección satelital y sistemas detectores de humo.
Por ejemplo, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil (INPE), detecta focos de calor mediante el satélite AQUA. Este satélite emplea el sensor Modis con una resolución de 1 Km2.
– Bomberos forestales
La existencia de un cuerpo de bomberos forestales con personal idóneo y equipado adecuadamente es vital para prevenir la expansión de un incendio forestal.
Incendios forestales en México
Según la Comisión Nacional Forestal, el 98% de los incendios forestales en este país son de origen humano. Del 1998 al 2013 el promedio anual de incendios forestales superó los 10 mil eventos, afectando más de 2 millones de hectáreas en total.
En el año 2019 ocurrieron en total 7.410 incendios forestales afectando más de 600.000 Ha. Sin embargo, el 95% de esta superficie corresponde a vegetación herbácea y arbustiva, solo el 5% implicó bosques.
Incendios forestales en Colombia
Colombia posee un 18,44 % de su territorio que es altamente susceptible a la ocurrencia de incendios forestales. La región Orinoquia es la que presenta la mayor susceptibilidad a los incendios forestales con 20.000 hectáreas perdidas entre 1999 y 2002.
En el período de 2002 al 2012, ocurrieron más de 6.000 incendios forestales consumiendo más de 900 Ha. En el 2019 se produjeron más de 500 incendios forestales en este país.
Incendios forestales en España
En España existen formaciones vegetales donde el fuego forma parte de su dinámica natural, como es el caso del bosque Mediterráneo. Sin embargo, los incendios forestales afectan diversas áreas de la geografía nacional.
Entre el 2000 y el 2006 se quemaron más de 900.000 Ha del país por incendios forestales. Entre 2007 y 2017, hubo más de 8 mil conatos de incendio al año y los incendios propiamente dichos superaron los 4 mil por año.
En el año 2017 se afectaron más de 178 mil Ha por incendios forestales, incluyendo 56 grandes incendios (más de 500 Ha en cada caso). La región más afectada por incendios forestales es el Noroeste (51,57%) y en la provincia de León (municipio Encinedo) se afectaron más de 9 mil Ha.
Incendios forestales en Perú
Entre 1973 y el 2000 ocurrieron 117 incendios forestales de gran magnitud en este país, afectando a más de 122.000 hectáreas de bosques. La tasa de incendios forestales anuales se incrementó de 30,7 Ha en los años 70 (siglo XX) a más de 11 mil Ha en los 90, debido a causas humanas.
Incendios forestales en Venezuela
En Venezuela los incendios forestales son recurrentes durante la época seca y cerca de dos tercios de su territorio enfrenta un riesgo de alto a muy alto. Durante 2016 ocurrieron más de 200 incendios en áreas naturales protegidas y en 2019 la cifra aumentó a más de 700 incendios forestales.
En la vertiente sur de la cordillera de la Costa, se ha reducido sustancialmente la selva semidecidua e incluso los incendios afectan a la selva nublada. Por su parte, la cordillera de Perijá en la frontera con Colombia, sufrió en 2016 el peor incendio en 15 años.
Incendios forestales en Argentina
Según cifras del Ministerio de Ambiente de este país, más de 8,5 millones de hectáreas sufrieron incendios forestales entre 2005 y 2017. Una de las zonas más afectadas por los incendios es la Patagonia.
Además, cerca del 30 % de las áreas de serranía de Córdoba se quema recurrentemente todos los años.
Referencias
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- Mondragón-Leonel, M.F., Melo-Ardila, A. y Gelvez-Pinzón, K. (2013). Causas de los incendios forestales en la región Caribe, Andina y Orinoquía de Colombia. Prevención de incendios forestales a través de ejercicios regionales vinculando la comunidad y demás actores locales que lleven a la protección de los bosques y los servicios ecositémicos. Organización Internacional de Maderas Tropicales.
- Navarrete, R., Oberhuber, T. y Reina, J. (2007). Incendios forestales. Manual práctico. Ecologistas en Acción.
- Vignote, S. (2020). Cambio climático e incendios forestales en España. Technical Report