¿Qué es el psicodrama?
El psicodrama es un tipo de terapia que emplea técnicas como la dramatización, los juegos de roles y los diálogos entre varios participantes para investigar sobre sus problemas psicológicos, resolver conflictos internos y mejorar su estado de salud mental. Fue desarrollado por Jacob Moreno a principios del siglo XX.
El nombre de esta terapia deriva de la utilización de elementos propios del teatro. A menudo, la terapia se desarrolla en un escenario, con varios participantes. Cada sesión busca representar de manera visible situaciones del pasado o del futuro, o bien procesos mentales internos.
Al ver representados sus estados mentales, los participantes pueden evaluar su propio comportamiento y emociones, además de entender cómo una situación particular está afectando sus vidas. Esta terapia proporciona herramientas útiles para resolver problemas personales.
A pesar de ser realizado en grupo, el psicodrama habitualmente no se considera una forma de terapia grupal. Esto se debe a que cada sesión se enfoca en los problemas de uno de los participantes. No obstante, los demás también pueden obtener beneficios de observar los problemas de sus compañeros y analizarlos.
Historia
El psicodrama fue desarrollado a principios del siglo XX por un psiquiatra llamado Jacob Moreno, que llevó a cabo la primera sesión oficial en 1921. Una de sus principales intenciones fue combinar los beneficios de las sesiones grupales de otros enfoques con el trabajo individual de cada cliente.
Moreno tuvo la idea de desarrollar un tipo de terapia basada en el teatro al observar a una actriz con un temperamento habitualmente violento, que parecía calmarse cuando tenía que representar un personaje agresivo. Esto le llevó a pensar que los comportamientos actuados podían influir en la vida real de un individuo.
Para desarrollar esta forma de terapia, combinó sus conocimientos sobre filosofía, psiquiatría, teatro y misticismo. Durante la década de 1930, fundó el Hospital Beacon en Nueva York, que incluía un pequeño teatro, en donde podía practicarse el psicodrama como parte de una terapia más amplia.
En 1942, Moreno creó la Sociedad Americana de Psicoterapia Grupal y Psicodrama. Durante el resto de su vida, se dedicó a viajar y enseñar a utilizar las técnicas que había desarrollado en gran cantidad de países. Y tras su muerte, en 1974, su esposa Zerka prosiguió con esta labor.
A pesar de que Jacob Moreno fue el principal impulsor del psicodrama, no fue el único que contribuyó a su desarrollo. Entre las figuras más notables de esta disciplina encontramos a psicólogos como Martin Haskell, Anne Ancelin Schtzenberger, Eya Fechnin Branham, Marcia Karp o Gretel Leutz.
¿Para qué sirve el psicodrama?
Moreno describió el psicodrama como una exploración científica de la verdad a través de un método dramático. Su enfoque combina elementos de la sociometría, las dinámicas de grupo y la teoría de roles, además de fomentar la creatividad y la espontaneidad.
El objetivo de las sesiones es generar respuestas emocionales, comportamentales y cognitivas en los pacientes, de tal modo que sean capaces de entender mejor los papeles que representan en distintas facetas de sus vidas, los retos a los que se enfrentan y las maneras en las que interactúan con otros.
Se considera que el principal beneficio del psicodrama es que permite que los pacientes generen nuevas perspectivas sobre sus vidas pasadas, presentes y futuras.
Al permitir a las personas explorar su vida “desde fuera”, son capaces de pensar en nuevas soluciones y observar racionalmente lo que les ocurre.
Áreas en las que se emplea
Aunque el psicodrama surgió en un principio como terapia psicológica, hoy en día se aplica a una gran cantidad de campos distintos. Esta técnica, y otras derivadas de ella, lleva varias décadas utilizándose en ámbitos como el de los negocios, la educación y el entrenamiento profesional, además de en profesiones como el coaching.
Dentro del mundo de la clínica, el psicodrama encaja con distintos enfoques, y puede utilizarse como complemento a otros tipos de terapia más tradicionales. Habitualmente se emplea en conjunto con técnicas derivadas de la psicología de la Gestalt, la intervención social, las psicologías profundas y la terapia cognitivo-conductual.
El campo clínico en el que más se usa es en el tratamiento de todo tipo de traumas. Por ejemplo, se ha demostrado que esta terapia es especialmente efectiva para paliar gran parte de los síntomas del trastorno de estrés postraumático.
Un ámbito especial en el que se puede emplear el psicodrama es en el tratamiento a personas con estilos relacionales insanos. Los distintos tipos de apego inseguro se forman habitualmente debido a problemas en la relación con los padres, por lo que revivir esta relación en terapia puede ayudar a resolver los problemas que surgen de ella.
Fases de las sesiones
Todas las sesiones de psicodrama tienen tres fases: calentamiento, representación e intercambio.
Calentamiento
La fase de calentamiento sirve para meter a los participantes en la tarea que van a realizar, generar confianza entre ellos y el director, y familiarizarles con el método que se va a seguir. La idea es poner a los individuos en el estado emocional adecuado para que el psicodrama surta efecto.
Existen muchas maneras de llevar a cabo el calentamiento. Moreno hacía que todos los participantes hablasen y compartiesen sus pensamientos y experiencias.
Otras alternativas pueden ser efectuar dinámicas de grupo, presentarse o elegir a varios voluntarios para que muestren brevemente cómo va a funcionar la sesión.
Representación
En la fase de representación, un voluntario comparte un problema en el que quiera trabajar con el grupo, y junto al director, da instrucciones al resto de participantes para que se comporten de acuerdo a la situación que quiere revivir o representar.
Generalmente, las sesiones de psicodrama se dan en un escenario determinado, que se divide en tres círculos concéntricos. En cada uno de ellos, los participantes representan un papel. En el externo están los observadores, en el del medio los que representan el entorno de lo ocurrido, y en el centro se lleva a cabo la situación como tal.
El protagonista puede elegir tanto participar en la representación, en el papel de cualquiera de los implicados, como quedarse fuera y convertirse en un observador.
Intercambio
En la última fase, todos los implicados comparten las impresiones que les ha transmitido la representación. Normalmente, primero el protagonista comparte lo que ha aprendido de la situación, pero más adelante, el resto de participantes también hablan de su experiencia.
La idea es que tanto los actores como los observadores le transmitan al protagonista de qué manera se sienten identificados con su historia. De esta forma, se normaliza una situación que es en principio traumática y complicada, y se adquieren nuevos conocimientos sobre cómo enfrentarse a ella.
Esta parte de las sesiones de psicodrama es la más valiosa. De hecho, se suele decir que si la fase de intercambio no ha salido bien, todo el proceso ha sido en vano. Por ello, el director tiene que conseguir que todos los implicados participen y se sientan capaces de compartir lo que han vivido.
Por último, después de la fase de intercambio, se suele llevar a cabo algún tipo de ejercicio que ayude a los participantes a desprenderse de las sensaciones que se han llevado de la sesión, y a poner de nuevo su atención en el mundo real.
Técnicas
Las sesiones de psicodrama se realizan como parte de una terapia semanal, en grupos de entre 8 y 12 participantes. Cada sesión dura aproximadamente 2 horas, enfocándose en un problema concreto de uno de los participantes, con el resto del grupo representando a distintos personajes de la situación elegida.
A pesar de que existen técnicas para cada una de las fases, las más importantes son aquellas que se llevan a cabo en la de representación. A continuación, veremos algunas de las más comunes.
Cambio de roles
Con el cambio de roles, el protagonista abandona su papel y actúa representando el personaje de una persona importante en su vida. De esta manera, puede comprender mejor el papel que juega el otro individuo en la situación, de tal manera que pueda aumentar su empatía.
Al mismo tiempo, el cambio de roles también puede ayudar al terapeuta a comprender qué tipo de dinámicas se están dando en la situación concreta. Esto le sirve para descubrir qué enfoque puede tomar a la hora de solucionar los problemas que se estén dando.
Espejeo
Con el espejeo, el protagonista se convierte en un observador de la escena, mientras que otro participante representa su papel en la escena. Así, el protagonista puede mirarse a sí mismo desde fuera, lo que ayuda a reducir el impacto emocional de la terapia y a reflexionar racionalmente sobre lo que ocurre.
Al mismo tiempo, el espejeo es muy útil para ayudar al paciente a darse cuenta de las maneras en las que está actuando, algo que es muy difícil de ver desde dentro.
Duplicación
En la duplicación, uno de los participantes adopta el comportamiento y movimientos del protagonista, y comparte con el grupo los pensamientos y emociones que cree que este está sintiendo. Esta técnica puede servir para ayudar al resto de componentes del grupo a ponerse en el lugar del paciente.
Por otro lado, también es muy útil para confrontar al protagonista sobre su manera de comportarse. De esta forma, puede darse cuenta de lo que está haciendo que no le gusta, y buscar una forma alternativa de actuar.
Referencias
- What is psychodrama? Recuperado de psychologytoday.com.
- What is psychodrama. Recuperado de fepto.com.
- Psychodrama. Recuperado de goodtherapy.org.
- What is psychodrama? Recuperado de psychodrama.org.uk.
- Psychodrama. Recuperado de en.wikipedia.org.